Siguiendo la estela de Nicolás Maduro, el Ministerio Público venezolano ha rechazado este jueves el juramento de Juan Guaidó, reconocido como presidente legítimo e interino de Venezuela por Estados Unidos tras su juramento de este miércoles, en el que reclamó los derechos que le otorga la Constitución de Venezuela como presidente democráticamente elegido de la Asamblea Nacional. Guaidó reclama que la legitimidad de Maduro finalizó este 10 de enero cuando concluyó el plazo de su primer mandato. La renovación de su poder sería ilegal, toda vez que procede de unas elecciones ilegítimas, sin reconocimiento internacional y convocadas por una Asamblea paralela constituida para dejar sin funciones a la Asamblea Nacional, dominada por la oposición desde el año 2015.

Guaidó, cuya ubicación se desconoce pero que en las últimas horas ha estado en contacto con líderes internacionales, incluido Pedro Sánchez, pretende pilotar un proceso de transición hacia unas elecciones democráticas. Sin embargo, Maduro califica su movimiento como un "golpe de Estado" instigado por los Estados Unidos, línea argumental a la que se han sumado tanto el Ejército como la Fiscalía General.

"Condenamos enérgicamente la vergonzosa pretensión de querer dar un golpe de Estado", ha dicho el fiscal general Tarek William durante una comparecencia en la noche de este jueves, en la que ha reafirmado las instituciones paralelas instauradas por Maduro para puentear a la Asamblea Nacional.

La Fiscalía chavista considera "justo y transparente" el proceso electoral que reeligió a Maduro en mayo de 2018 y que el 10 de enero se llevó a cabo la renovación del mandato de Maduro de forma legal. Y, en palabras del fiscal Tarek William, considera a los afines de Guaidó "enemigos del pueblo" ante los que cabe "salir en defensa del Estado".

Minutos antes, Nicolás Maduro había hablado ante la Corte Suprema asegurando que el "golpe" era ya "un tema de la Justicia" y calificó a Guaidó como un "diputado titubeante y asustado, por no usar otra expresión", mientras descalificaba llamando "payasos" y "saltimbanquis" a los exiliados que han instaurado el Tribunal Supremo y la Fiscalía en el exilio. "Estamos preparados para cualquier circunstancia, cuando sea y como sea", ha dicho Maduro.

"El Gobierno de Estados Unidos está empujando a la derecha a llevar a Venezuela a escenarios de violencia, odio y caos", ha continuado. "Nos han subestimado", ha añadido para recordar que los Estados Unidos tienen "hasta el domingo para marcharse de Venezuela". También ha confirmado que Venezuela cerrará su embajada en Estados Unidos y todos sus consulados.

Al mismo tiempo, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) chavista de Venezuela, Maikel Moreno, ha declarado también que el país está sufriendo un "golpe de Estado con intervención extranjera".

El alto tribunal ya pidió el miércoles a la Fiscalía, en medio de las movilizaciones opositoras y antes de que Guaidó se declarara mandatario interino, "determinar de manera inmediata las responsabilidades a que hubiere lugar" por parte de los miembros de la Asamblea Nacional. El propio Guaidó sopesó tras su autoproclamación la posibilidad de que fuera detenido. "Esto va a tener consecuencias", dijo al tiempo que añadió: "No temo por eso, temo por nuestra gente, que la está pasando mal".