Política

Millo afirma que contabilizó hasta "150 acciones violentas" en Cataluña antes del 1-O

El ex delegado del Gobierno en Cataluña describe ante el tribunal el "clima de tensión y violencia" que se fue instalando en la comunidad y denuncia "el acoso, hostigamiento y agresión" de vehículos y personas cuando la Policía practicaba diligencias por orden judicial

Enric Millo, ex delegado del Gobierno en Cataluña, durante su declaración ante el Tribunal Supremo.
Enric Millo, ex delegado del Gobierno en Cataluña, durante su declaración ante el Tribunal Supremo. | EP

El ex delegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo dibujó este martes un escenario de violencia generalizada en Cataluña en los días previos al referéndum ilegal del 1-O y la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) aprobada por el Parlament. En un testimonio absolutamente demoledor para los líderes independentistas que se prolongó durante cuatro horas en el Tribunal Supremo, Millo explicó el clima de “acoso” que se instauró en dicha autonomía por el ‘procés' y sostuvo que contabilizó “entre 100 y 150 acciones" de tipo violento ante edificios públicos en Cataluña aquellos fatídicos días.

"Se generó un clima en el que cada día, allí donde había una diligencia de la policía judicial, aparecía un grupo numeroso de personas para acosar, gritar, hostigar, amenazar e incluso en algunos momentos agredir vehículos y personas para impedir la actuación de esa comisión judicial”, recalcó el que fuera delegado del Gobierno con Mariano Rajoy en dicha autonomía durante sus cuatro horas de declaración.

A preguntas del fiscal Javier Zaragoza, Enric Millo insistió en que desde el 10 de septiembre de 2017 -tras la aprobación de las 'leyes de desconexión' en el Parlament- "se empezó a generar un clima de conflictividad que fue aumentando progresivamente y que dio lugar a episodios de acoso, hostigamiento y violencia en muchos ámbitos". Esa situación se mantuvo hasta después de la consulta ilegal, como el día (3 de octubre) en que se convocó un 'paro de país' con cortes de carreteras e invasión de las vías del tren.

El clima de conflictividad en Cataluña fue aumentando con episodios de acoso, hostigamiento y violencia, no solo el 20-S", declara el testigo

Los episodios previos al 1-O, según su versión, “tenían como objetivo intimidar o impedir la acción de la policía judicial. Prácticamente en todas se concentraban grupos numerosísimos de personas en diferentes modalidades, más de 150 acciones distintas en diferentes municipios, ante diferentes edificios, a veces con artefactos incendiarios, acosos a las comitivas judiciales y a sus vehículos, a los hoteles donde había guardias hospedados, hubo que desalojar algunos, a la propia Delegación del Gobierno".

En este sentido, Enric Millo ha subrayado el papel desempeñado por los Centros de Defensa de la República (CDR) -inicialmente para apoyar la celebración del referéndum-, que ha descrito como "células autónomas" que actúan supuestamente de manera espontánea pero tras los que hay unaa "estructura y organización". "Negar que algunos son violentos...", ha subrayado con tono de asombro.

En el tramo inicial del interrogatorio, el testigo ha descrito como cordial su relación con el ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont hasta que el hoy rebelde optó por un plan “suicida” -la vía unilateral- para declarar la independencia violando el orden constitucional. Millo ha precisado que la primera reunión que mantuvieron fue poco después de que Rajoy lo nombrara a él a finales de 2016 y en aquel encuentro su interlocutor le expresó "de manera clara" que su intención era la de buscar una "solución" que no implicar el conflicto con el Estado.

Esa primera toma de contacto tuvo continuidad en febrero y mayo de 2017, cuando Millo intentó "persuadir" a Puigdemont -ha insistido- de que abandonaran la hoja de ruta y que el incumplimiento de le legalidad democrática era "muy mal camino". El testigo ha dicho que, en sus encuentros con el presidente catalán, éste nunca mostró interés por ningún otro asunto que no fuera "conseguir el visto bueno del Estado" para poder convocar el referéndum de autodeterminación.

Yo no puedo dar marcha atrás", le contestó Puigdemont a Millo cuando éste le pidió meses antes del 1-O que suspendiera el referéndum ilegal

Enric Millo explicó que ofreció diálogo al ahora prófugo pero que se encontró una “silla vacía”, parafraseando a Oriol Junqueras cuando el ex vicepresidente de la Generalitat criticó ante el tribunal que le juzga por rebelión la supuesta falta de voluntad de diálogo del anterior presidente del Gobierno.

Hubo un nuevo encuentro en junio de 2017, cuando Carles Puigdemont le confesó que ya no podía hacer otra cosa que impulsar el referéndum. "Yo no puedo dar marcha atrás", fue la respuesta que le dio el ex jefe del Ejecutivo catalán. El testigo ha recalcado que le transmitió a Puigdemont que su planteamiento era “suicida” y que, además, “iba a perjudicar mucho al conjunto de la sociedad catalana porque iba a fracturarla y a provocar problemas de convivencia entre los ciudadanos”.

Junqueras: no "tan deprisa"

También ha contado el ex delegado del Gobierno en Cataluña sus contactos con Junqueras. En una "charla informal" que no se hizo pública, Millo ha revelado que el ex número dos del Govern le confesó que siempre había sido independentista y que, aunque no era partidario de ir "tan deprisa" en la ejecución del plan secesionista, estaba "comprometido con el Gobierno".

Según ha reconocido, Millo quedó "impactado" con una de las frases que Junqueras pronunció en aquella cita. Junqueras no le ocultó que siempre había sido partidario de la independencia y reconoció que algunos integrantes del Ejecutivo de Puigdemont "no lo habían sido nunca" y ahora pretendían demostrar que eran más soberanistas que él.

En su narración de los hechos anteriores a la celebración del referéndum de autodeterminación y a la posterior Declaración Unilateral de Independencia, el ex delegado del Gobierno en Cataluña ha reconocido la "preocupación" que le causó la dimisión de Jordi Jané como conseller de Interior, después de que Puigdemont hubiera instado a renunciar a los integrantes de su gabinete que no estuvieran dispuestos a llegar "hasta el final". Tanto Jané como Albert Batlle, director de los Mossos d'Esquadra que renunció también en aquellas fechas, le reconocieron que eran "absolutamente partidarios de la ley". "Nos quedamos a la expectativa", ha añadido.

Tras la intervención de Puigdemont se incrementó el número de personas que acudieron a los colegios a formar murallas humanas, explica Millo

A preguntas del fiscal, el testigo también ha contado sus encuentros con Joaquim Forn tras su nombramiento como máximo responsable de la Conselleria de Interior en sustitución de Jané en el verano de 2017. En este sentido, ha dicho que quedó "estupefacto" tras la respuesta que le ofreció en el curso de una reunión mantenida en la Delegación del Gobierno. "[El 1-O] vamos a garantizar que la jornada electoral se desarrolle con total normalidad", ha revelado, ante lo que él replicó que ese día sólo habría comicios en Cataluña si se convocaban las autonómicas.

La imposible "cuadratura del círculo"

Juan Antonio Puigserver, secretario general técnico del Ministerio del Interior, ha ratificado que la interpretación que hicieron los representantes de la Generalitat de Cataluña del auto dictado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) tres días antes del 1-O en la reunión de la junta de seguridad era que había que preservar la convivencia ciudadana mientras que el Estado insistía en que el mandato judicial obligaba a los cuerpos policiales a impedir la celebración del referéndum, suspendido semanas antes por el Constitucional. "Resultaba la cuadratura del círculo intentar hacer lo uno y lo otro", ha resumido.

Puigserver ha declarado este martes en la vista oral y ha avalado la versión ofrecida ante el mismo tribunal por Enric Millo, ex delegado del Gobierno en Cataluña, y por el ex secretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto. Dicha reunión, celebrada en Barcelona el 28 de septiembre de 2017, terminó sin que los representantes del Govern anunciaran que desconvocarían la consulta y sin que concretaran cuál sería la actuación de los Mossos d'Esquadra el 1-O.

 

Además de comunicárselo al Gobierno de Puigdemont, Millo ha señalado también que durante la primera semana de septiembre envió cartas a todos los alcaldes catalanes y a responsables de los centros educativos en los que les hacía ver la obligación que tenían de impedir la celebración de la consulta tras los pronunciamientos del Tribunal Constitucional, lo que implicaba no poder a disposición de los organizadores del referéndum los edificios públicos.

"Esperpento"

En paralelo, el ex delegado del Gobierno ha narrado el “esperpento” que se vivió en la Junta de Seguridad del 28 de septiembre entre cargos de la Generalitat y del Ejecutivo central. “Se sentó el Govern para decirnos que iba a haber un referéndum y que a ver cómo nos poníamos de acuerdo para que todo funcionara con normalidad, cuando lo que teníamos sobre la mesa era un auto del TSJC [Tribunal Superior de Justicia de Cataluña] que ordenaba impedir la celebración de ese referéndum”, describió Millo.

Asimismo, explicó que la convocatoria que hizo de la misma el ex presidente Puigdemont fue “poco ortodoxa”. “Durante ocho años no se había reunido por el desacuerdo para fijar el orden del día y se convoca de un día para otro con el objetivo que vimos después, durante la celebración de la junta. Fue convocada de una manera muy inhabitual”, agregó.

Como mantuvo este lunes el ex secretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto, el testigo ha explicado que en aquella reunión Forn como el mayor de los Mossos (entonces Josep Lluís Trapero) insistieron en que no era necesaria la presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado porque la Policía Autonómica tenía "capacidad sobrada" para actuar el 1-O.

"Una situación kafkiana"

Millo ha calificado de "kafkiana" la situación vivida en aquella junta de seguridad, en la que el Gobierno advirtió a la Generalitat de que “había riesgo para la integridad física de las personas”. En este sentido, explicó que “no había día en que no percibieras en la sociedad catalana inquietud y preocupación por lo que estaba pasando. Había decenas y decenas de actos de acoso, hostigamiento, cercos a la Guardia Civil; había un clima de crispación y un ánimo que hacía prever que podía haber un riesgo para la integridad de las personas si no se atendía el auto judicial, les dijimos que la mejor manera de parar eso es que salga el que ha convocado esto y lo desconvoque".

Nadie en Cataluña pensó que era simbólica" la declaración unilateral de independencia, declara el ex alto cargo del PP

Tras decir que "nunca" olvidará la jornada del 1-O, el ex delegado del Gobierno en Cataluña ha recordado que la primera información que le comunicaron aquella mañana fue que los centros de votación seguían abiertos pese al mandato judicial y que estaban "llenos" de personas.

En este punto, Millo ha recordado que tuvo una primera comparecencia ante los medios de comunicación minutos después de las nueve de la mañana para pedir la "colaboración ciudadana", a fin de que permitieran a los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado poder cumplir la orden que la autoridad judicial les había dado dado: entrar en los puntos de votación e incautar material electoral.

Hubo de comparecer ante la prensa pasado el mediodía para pedir a Puigdemont que desconvocara el referéndum a fin e evitar "males mayores" ante la actitud que mostraban muchos ciudadanos. Según ha indicado, el entonces president no sólo no desconvocó sino que compareció después para animar a la ciudadanía a que acudiera a las urnas.

"Puigdemont salió, no sé desde dónde, y leyó una declaración institucional sobre las 13 horas. En ella no sólo no desconvocaba el referéndum, sino que animaba a todo el mundo a ir a votar, hizo una crítica muy dura contra el Estado, diciendo que era represor y actuaba contra las personas. Y lo que me pareció más irresponsable de todo era que acababa aplaudiendo la actuación de las personas que estaban defendiendo las urnas y los colegios (...) A partir de ese momento se incrementó las personas que acudieron a los colegios para formar masas, murallas de personas dispuestas a enfrentarse y oponerse, en algún caso violentamente, con las fuerzas de seguridad", ha declarado.

Millo dice que aquel día cruzó varias llamadas con Forn, entonces máximo responsable de la Consejería de Interior. Según el testigo, le telefoneó "muy preocupado" a primera hora de la mañana tras la actuación de la Policía y la Guardia Civil en centros de votación para pedirle que "pararan". Su respuesta fue que había una manera más "fácil" de acabar con aquella situación, que era desconvocando la consulta. "Fue una gravísima irresponsabilidad, poniendo en riesgo la integridad de las personas", ha añadido.

El guasap de Puigdedmont antes del 155

El fiscal del Alto Tribunal Javier Zaragoza concluyó su interrogatorio preguntándole a Millo si fue simbólica la DUI. El ex delegado del Gobierno fue rotundo: "No, nadie en Cataluña pensó que era simbólica". El testigo recalcó que la actuación del Parlament con la DUI no hizo pensar a nadie que fuera "una broma. Iba en serio".

Sin comunicación fluida ya, Millo ha revelado que Puigdemont le envió un mensaje por guasap la mañana del 27 de octubre de 2017 -antes de que el Senado diera luz verde a la petición del Gobierno para aplicar el 155- en el que le preguntaba que si disolvía la Cámara y convocaba elecciones dejaría de aplicarse el citado precepto constitucional. "Le contesté que hiciera lo que tuviera que hacer, pero que la tramitación del paquete de medidas al amparo del artículo 155 dependía de lo que se votara en el Senado", ha apostillado.

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