En la campaña para las elecciones generales del próximo 28 de abril se está hablando más que nunca de la España rural. Caladero habitual del bipartidismo, la presencia de cinco partidos compitiendo acrecenta la importancia de estas provincias, muchas de las cuales reparten sólo tres o cuatro diputados. Por fuerza, alguno se quedará fuera del reparto.

En hasta 26 provincias de la geografía española, los partidos con menos representación se arriesgarán a perder una bolsa de escaños vital para su desempeño final. Como ya le sucedió a Ciudadanos en 2016, un buen resultado en las grandes ciudades no bastará para franquear la barrera de los 35 diputados. La misma amenaza acecha a día de hoy a Podemos, y también a Vox, según reflejan la gran mayoría de las encuestas.

En 2019, Madrid volverá a ser la circunscripción con más peso en el Congreso con 37 diputados. Le siguen Barcelona con 32, Valencia con 15, Alicante y Sevilla con 12, Málaga 11 y Murcia 10.