En Unidas Podemos mantienen el escepticismo sobre la posiblidad de que Íñigo Errejón se presente a las próximas elecciones generales del 10 de noviembre. El mutismo del portavoz de Más Madrid y su propia trayectoria política, en la que siempre ha evitado el enfrentamiento con Pablo Iglesias, hacen que en la cúpula de Podemos no cunda el pánico.

"No es lo mismo enfrentarse a Isa Serra que a Pablo Iglesias", sentencian en la dirección de Podemos, que aguarda con cautela la decisión de Errejón. Hasta ahora, el ex secretario Político ha negado que vaya a construir un proyecto a nivel nacional de forma inmediata. A pesar de que federaciones de Podemos como la andaluza anhelaban que Más Madrid activara una candidatura confederal que permitiera independizarse de Iglesias a Teresa Rodríguez, Errejón no ha emitido señales en esa dirección desde las elecciones autonómicas del 26 de mayo.

Más bien lo contrario. En sus entrevistas, el ex dirigente de Podemos siempre ha descartado convertir Más Madrid en un proyecto nacional, aunque no se ha cerrado las puertas a concurrir a las generales como partido regional. “No hay que extender Más Madrid por toda España, Más Madrid tendrá que entenderse con más fuerzas políticas”, explicaba el  29 de mayo en una entrevista concedida a eldiario.es

Los sectores críticos que se posicionan contra la deriva centralista y personalista de Podemos esperan a una fuerza que aspira a construirse desde los territorios con vocación confederal. El propio Errejón describía a su partido como una fuerza “con un gran espíritu federal” que “tendrá que saber hacer virtud de esa contradicción”. “Somos una fuerza madrileña que, para ser útiles en la recomposición del espacio progresista en España, tendremos que llegar a entendimientos federales, flexibles y generosos con muchísimas fuerzas”.

Con los datos de las encuestas, en el entorno de Errejón sentencian que hay que aprovechar la oportunidad de volver al Congreso. Según el sondeo de DYM para El Independiente-Prensa Ibérica de septiembre, el político madrileño despierta simpatías a casi la mitad de los votantes del PSOE. En concreto, un 48,3% del electorado que votó a los socialistas en las pasadas elecciones generales ve ahora con buenos ojos que el líder de Más Madrid concurra con un partido propio, una posibilidad que gusta algo menos a los votantes de Unidas Podemos (36,4%), su antigua ‘casa’.

Como elemento en contra juegan dos factores fundamentales. El númerico es la dificultad para formar grupo propio que se encuentran los partidos autonómicos, que deben superar el 15% de los votos para disfrutar de una presencia en el Congreso que les permita visiblidad y recursos económicos y materiales: contratación de asesores, desplazamientos pagados, etc.

El segundo es de índole humana, y es al que apelan sus antiguos amigos de Podemos, hoy adversarios: nunca se ha presentado como número 1 para nada. Ni en Vistalegre 2, cuando compitió sólo en materia programática con Iglesias, sin optar a la Secretaría General, ni en las autonómicas del 26-M, cuando unió su foto a la de Manuela Carmena utilizándola así como parapeto. La ex alcaldesa asegura en su entorno que no se dejará volver a engañar de esa manera por él.

¿Dará por fin el salto a primera línea el 20-N? Ése es el dilema de Errejón, que cada día recibe más presión de su equipo para volver al Congreso. Ya en el mes de julio valoró ese escenario y lo rechazó. Como diputado de Más Madrid tenía la opción de convertirse en senador autonómico, un puesto que le permitiría medirse con el presidente en funciones, Pedro Sánchez, y con su Gobierno durante las sesiones de control al Gobierno. Tras estudiarlo detenidamente, Errejón rechazó la idea por la soledad que le podría causar ese trabajo en la Cámara Alta.

Tras el 'no' de Errejón aceptó el cargo el joven diputado Eduardo Rubiño, que junto a cinco senadores de varias confluencias de Podemos, todos de designación autonómica, han conformado el grupo parlamentario Izquierda Confederal, formado por los representantes de Adelante Andalucía, Més per Mallorca, En Comú Podem (el partido de Ada Colau), Más Madrid, Compromís y En Marea. En las elecciones del 26 de mayo, Podemos perdió a los 16 escaños que había conseguido en los comicios de junio de 2016 en la Cámara Alta.

A pesar de que a Errejón le cuesta enfrentarse a su antiguo amigo, su breve experiencia autonómica no le resulta tan apasionante como la política nacional, donde su equipo cree que podría recuperar su auténtica dimensión política. El problema es que para conseguirlo su candidatura supondría un auténtico misil en la línea de flotación de Podemos, la lista por Madrid, que encabezan Iglesias y su pareja, Irene Montero.

"Sería precipitado" hablar de un salto a la política nacional, aseguró el propio Errejón el lunes en Los Desayunos de TVE. "Nosotros no estamos en eso". "No quiero ser un factor de inestabilidad y de ruido", afirmó antes de constatarse el martes la repetición de las elecciones.

Por su parte, la número dos de Podemos, Irene Montero, señaló ayer que su formación no teme la candidatura de Errejón. "Es lo más natural". "Respetamos la democracia y nosotros nos presentaremos con nuestras propuestas", apuntó.

En una entrevista en TVE recogida por Europa Press, Montero, que reaparecía por primera vez tras su permiso de maternidad, ha indicado que lo que realmente teme y ve como peligroso es que "las cloacas" entren en su despacho del Congreso, pero no que una formación se presente a unas elecciones. "Insisto, me preocupan las cosas serias y no la democracia", añadió la portavoz parlamentaria que sustituyó a Errejón tras su desencuentro político con Iglesias.