El presidente del Parlament, Roger Torrent, insiste cada vez que se tensa el debate en la cámara en que es ecuánime y advierte por igual a los diputados de uno y otro lado del hemiciclo. Pero lo cierto es que los números de esta primera mitad de la legislatura lo desmienten absolutamente. Solo dos diputados han sido expulsados del hemiciclo, curiosamente de PP y Cs, los dos partidos más en las antípodas de la formación en la que milita Torrent, Esquerra Republicana.

El balance es igualmente doloso para el presidente de la cámara si se analizan las advertencias o amonestaciones dirigidas a los diputados durante las discusiones en el pleno. Torrent ha dirigido 19 advertencias a diputados de la oposición, mayoritariamente a Cs, pero también al PP en cinco ocasiones y al diputado de los Comunes Lucas Ferro en una ocasión.

Sólo en una ocasión ha reconvenido a un diputado independentista. Se trata del diputado de Esquerra Ruben Wagensberg, al que advirtió durante un pleno por llamar "fascistas" a Carlos Carrizosa e Inés Arrimadas. Eso sí, Carrizosa fue también convenientemente advertido en esa ocasión. Fue en septiembre de 2018. Ni antes ni después ha considerado Torrent que los diputados de la bancada independentista tuvieran ninguna incidencia en las broncas vividas en el Parlament durante su legislatura más tensa.

La actuación más cuestionada de Torrent fue, sin duda, la expulsión del diputado del PP Santi Rodríguez, el pasado 11 de abril, tras una discusión con la bancada de la CUP. Los antisistema utilizaron una fotografía del escrache a la cabeza de lista del PP en las generales por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, para asegurar que había utilizado el saludo fascista, tras lo cual se abrió un rifirrafe entre populares, cuperos y republicanos -situados en el hemiciclo junto a la CUP-.

Rodríguez intentó denunciar que habían sido insultados por los diputados de la CUP, pero Torrent se limitó a advertirle en dos ocasiones de que no tenía el uso de la palabra, tras lo cual le expulsó del hemiciclo.

Este septiembre, el presidente del grupo de Cs, Carlos Carrizosa, fue el expulsado también del hemiciclo por Torrent durante el debate de política general que abría el curso parlamentario. Carrizosa reprochó a los grupos independentistas las muestras de apoyo a los miembros de los CDR detenidos en el marco de la Operación Judas y aseguró sentir "vergüenza por el Parlament".

Torrent y Carrizosa se enzarzaron en una bronca en la que el diputado naranja aseguró sentirse "amenazado" por quienes amparaban a los detenidos por orden de la Audiencia Nacional bajo la acusación de terrorismo, mientras el presidente de la cámara le conminaba a guardar silencio para acabar expulsándolo.

Intento de pacificación en 2018

De hecho, el enfrentamiento entre Carrizosa y Wagensberg en noviembre de 2018, en un momento de especial tensión en el Parlament tras el primer aniversario del 1-O, Torrent reunió a los portavoces de todos los grupos para instarles a respetar el código de comportamiento de la Cámara y evifar el "clima de crispación" que todos se comprometieron a rebajar.

El resultado, sin embargo, fue que en el siguiente pleno otro diputado de Cs, Nacho Martín Blanco, fue amonestado por Torrent por citar los escritos de Quim Torra en que calificaba de "bestias taradas" a los castellanohablantes residentes en Cataluña.

Desde ese acuerdo, la presidencia del Parlament ha llamado al orden hasta en 17 ocasiones a diversos diputados de la oposición. Pero no ha vuelto a amonestar a ninguno de los diputados que dan apoyo al Govern desde los bancos de JxCat, ERC y la CUP. Aparentemente su respeto al acuerdo sobre el comportamiento en el hemiciclo ha sido exquisito desde noviembre de 2018.

El papel de Josep Costa

Aunque Torrent no ha sido el único responsable de esas broncas. Josep Costa, vicepresidente primero de la cámara y hombre de confianza de Carles Puigdemont en el Parlament, ha sido el protagonista de varios de los incidentes protagonizados. El más esperpéntico, el que se produjo en abril de este año, cuando Costa acabó enfrentándose al entonces vicepresidente segundo, José María Espejo-Saavedra, que le afeó sus interrupciones a la diputada del PP Esperanza García.

"Tiene que motivar" las llamadas al orden a la diputada, le recordó Espejo a Costa, que intentó defenderse advirtiendo al vicepresidente segundo de la Mesa que no tenía el uso de la palabra y llamándole al orden hasta en dos ocasiones. "Si me puede llamar al orden siete veces; yo le voy a llamar al orden a usted cada vez que se salte el Reglamento de una manera tan flagrante, delante de todos los ciudadanos", le respondió el diputado naranja.