Política

Torra regala a Iceta la pole position en la carrera electoral catalana

Anuncia elecciones sin candidato en JxCat, con dudas sobre Cataluña Suma y la incógnita sobre el tirón electoral de Pere Aragonés

Miquel Iceta, en la campaña electoral del 28-A.

Miquel Iceta, en la campaña electoral del 28-A. EFE

Cuatro meses. Ese es el plazo que tienen los partidos catalanes para prepararse para unos nuevos comicios autonómicos que cogen con el pie cambiado a todas las formaciones menos a los dos favoritos: PSC y ERC. Miquel Iceta y Pere Aragonés son los dos únicos candidatos que hoy por hoy parecen seguros. En el extremo contrario, JxCat aprieta el acelerador para completar la fusión del PDeCat y el "club de fans de Puigdemont" -como lo llaman sus detractores dentro de la coalición-, decidir qué hacer con la fracasada Crida y buscar un candidato.

De hecho, ni Miquel Iceta ni Pere Aragonés son todavía oficiamente candidatos a la Generalitat. Pero Iceta no tiene ningún competidor en el partido y las aspiraciones de Roger Torrent a disputar la cabeza de lista de ERC parecen haberse diluido en su enfrentamiento con JxCat. Paradójicamente, la única dirigente que ostenta oficialmente el cartel de candidata, la líder de Cs, Lorena Roldán, podría ser sustituida en aras de una alianza con el PP bajo el paraguas de Cataluña Suma.

Los republicanos parten como favoritos en todas las encuestas. El último barómetro del CEO, del pasado diciembre, otorga a ERC una intención directa de voto del 24,3% y 38-39 escaños, muy por encima de JxCat y el PSC, con un 10% y un 12,5% de intención directa de voto respectivamente. Pero Aragonés es un gran desconocido para el público, y no pocos incluso en su partido dudan de su carisma como candidato.

Aragonés, a la sombra de Junqueras

Es un buen gestor, y presentará los presupuestos de la Generalitat como el gran logro de su hoja de servicios, pero dependerá irremediablemente de la presencia que Oriol Junqueras pueda tener en campaña, para contrarrestar el "efecto Puigdemont". Y esta semana puede ser, en ese sentido, un avance de lo que programe Esquerra para dar presencia mediática a su líder, pese a estar recluido en Lledoners. La intervención en el Parlament y la entrevista en La Sexta, que se emitirá mañana, han devuelto a líder de ERC a la primera línea, pero ese efecto puede desdibujarse muy rápidamente.

Aragonés cuenta a su favor con un partido bien estructurado, aunque no tan monolítico como aparenta. Y será el único candidato que podrá exhibir obra de gobierno en primera persona. Como la inauguración de la estación de la Línea 10 de metro de la Zona Franca que hoy comparte con el president Quim Torra, el conseller de JxCat Damià Calvet y la alcaldesa Ada Colau.

Por contra, Miquel Iceta es el candidato con mejor índice de conocimiento según el CEO. Lo conoce el 85% de los catalanes, un nivel sólo por debajo de Junqueras, Puigdemont, Torra e Inés Arrimadas. Aragonés no aparece en el ránking, pero a Lorena Roldán (Cs) no la conoce ni la mitad de los encuestados, a Alejandro Fernández (PP) sólo lo conoce el 36% y la dirigente de los comunes Jessica Albiach cierra la lista por la cola con un 32%.

JxCat, sin candidato a la vista

Cuando Quim Torra se refrenó el pasado lunes y no rompió la baraja convocando elecciones -parecía la única salida tras la división escenificada en el Parlament con sus socios de ERC- muchos señalaron que quienes echaron mano al freno, encabezados por Carles Puigdemont, pensaban precisamente en la falta de estructuras del espacio posconvergente para afrontar unos comicios. El presidente del PDeCat, David Bonvehí, reconocía este jueves que tendrán que "pisar el acelerador" en un proceso acordado por sus bases en diciembre para integrarse en una coalición electoral estable con ese conjunto heterogéneo de fieles a Puigdemont con el que el ex presidente catalán afianzó su control sobre el grupo parlamentario de JxCat.

Pero más allá de la batalla por la listas está la elección de un cabeza de lista que finalmente, nadie lo duda, decidirá el propio Puigdemont. Todos en JxCat y el PDeCat tienen claro que el fugado en Waterloo es un auténtico talismán electoral y que será el gancho en la campaña. "Estará en la campaña aunque no sea el candidato" afirmaba esta semana un dirigente de Junts, asegurando no temer que se precipitara la convocatoria electoral.

"Unas elecciones en meses no me dan miedo, Puigdemont es una bestia electoral, sigue siendo una figura transversal que une al independentismo", apunta la misma fuente, recordando el resultado de las europeas, cuando Puigdemont volvió a ganar y el PSC relegó a Esquerra a tercera fuerza, pese a colocar a Junqueras como cabeza de lista. Pero Carles Puigdemont no abandonará ahora el preciado escaño de eurodiputado, y está por ver si el electorado independentista se deja arrastrar por una candidatura con su imagen y algún mitin como el previsto a final de mes e Perpiñán.

En este escenario puede buscar su espacio Artur Mas, que a final de este mes cumple su condena por inhabilitación. El ex presidente y último líder de Convergencia lo "celebrará" con la presentación de un libro que le devolverá a la primera línea política, si algún día la dejó. Y muchos volverán a suspirar con un liderazgo que devuelva a la antigua convergencia el poder perdido, aunque él insista en los medios en que no tiene aspiraciones políticas.

Cataluña Suma busca candidato

Lo mismo sucede en el espacio del constitucionalismo. Lorena Roldán es oficialmente la candidata de Cs a las elecciones autonómicas desde que así lo decidieron los militantes naranjas en las primarias celebradas el pasado verano. Pero la nueva apuesta de los naranjas por Cataluña Suma, una fórmula que antes rechazaban frontalmente, pone en duda su liderazgo. También la candidatura de Alejandro Fernández, presidente del PP catalán. Mucho más consolidado en su partido que Roldán, Fernández sabe sin embargo que partiendo de una relación del 36 a 4 diputados, si se confirma la coalición, será Cs quien ocupe la cabeza de cartel.

En cuanto a los comunes, las encuestas les auguran una ligera subida gracias al empuje de la entrada de Podemos en el Gobierno y la continuidad de Ada Colau al frente de la alcaldía. Pero también tienen que bregar con una candidata prácticamente desconocida. La presidenta del grupo, Jessica Albiach, se ha consolidado al frente del grupo en el Parlament tras la crisis abierta por la salida de Xavier Domènech y Elisenda Alamany. Este verano se vio ratificada por Colau, al convertirse en una de las tres coordinadoras del partido, junto a la alcaldesa de Barcelona y Candela López.

Queda por calibrar la incidencia de la CUP, a la que los sondeos otorgan una ligera recuperación, y la entrada de Vox. Los antisistema deben cumplir la tradición y renovar la candidatura, lo que reabrirá las especulaciones sobre el regreso de su primer líder parlamentario, David Fernández. Sigue siendo una figura transversal y muy valorada dentro del independentismo, que podría dar un resultado inesperado a la CUP en detrimento de ERC y JxCat.

En cuanto a Vox, el partido de Santiago Abascal tiene una estructura muy frágil en Cataluña, como demuestra el hecho de que Ignacio Garriga liderara en el pasado ciclo electoral todas las listas en Barcelona, tanto a las generales como en el Ayuntamiento de Barcelona. Pero incluso sin candidato, algunas encuestas apuntan a una entrada que podría llegar a los 6 escaños, lo que le permitiría ya tener grupo propio en la cámara catalana.

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