La mesa de negociación entre el Gobierno y la Generalitat se reunirá por primera vez el próximo miércoles 26 de febrero, después de que Moncloa haya cedido a las exigencias de calendario de Quim Torra. Pedro Sánchez ha aceptado esta misma mañana una de las cinco fechas propuestas por el presidente catalán en una misiva de respuesta a la remitida por Torra y hecha pública hoy, algo más de dos horas después de que la Generalitat publicara la suya.

Sánchez insiste en la "voluntad sincera de dialogar y acordar" de su gobierno y acepta la fecha del 26 de febrero entre las cinco propuestas por Torra. Señala además que "los equipos, como usted sabe, han estado en comunicación permanente", un comentario con el que el presidente del Gobierno desmiente las acusaciones de "unilateralidad" y de "poner la directa" que ayer le lanzaron desde JxCat. "De modo que nos parece prefecto poder convocar la primera sesión de la Mesa de Diálogo" el próximo miércoles.

El presidente de la Generalitat había asegurado este mismo jueves que no acudirá el próximo lunes a la Moncloa para celebrar la primera reunión de la mesa de negociación entre Gobierno y Generalitat, tal y como propuso ayer el gabinete de Pedro Sánchez. Torra rechazó la propuesta en una carta dirigida al presidente del Gobierno y hecha pública esta mañana, en la que proponía como fechas alternativas este viernes, el domingo 23 o el miércoles, jueves o viernes de la próxima semana. Finalmente, el miércoles ha sido la fecha aceptada por Pedro Sánchez. Fuentes de Presidencia de la Generalitat afirman, sin embargo, que esa respuesta, en la que Sánchez aceptaría la fecha del miércoles 26 de febrero para celebrar el encuentro, no había llegado al gabinete de Torra cuando Moncloa la ha hecho pública.

Reunión con Aragonés

Tras hacer pública esta carta, Torra ha convocado a Pere Aragonés, vicepresidente del Govern y líder de ERC, a un encuentro en el Palau de la Generalitat para preparar la mesa de negociación entre gobiernos. Un encuentro del que debería salir la composición de la comitiva catalana que el próximo miércoles se reunirá en La Moncloa con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y dos ministros que podrían ser los catalanes de Podemos y PSOE en el Gobierno: Manuel Castells y Salvador Illa.

En su respuesta el presidente catalán "lamenta que este diálogo no empiece con buen pie" por hacer propuestas de fecha a través de los medios de comunicación "sin haberlas pactado antes en la agenda de las dos partes". E insiste en que el contenido de la reunión debe ser el "reconocimiento y ejercicio del derecho a la autoderminación de Cataluña" y "el fin de la represión, amnistía y reparación".

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El presidente catalán argumenta en su misiva que "por razones de carácter personal privado de mi agenda, que mi gabinete ya comunicó al suyo ayer, antes de hacer pública" la propuesta de encuentro el lunes 24 en la Moncloa, "ese día no es posible el encuentro". Y destaca su "sorpresa" ante el hecho de que se anunciara públicamente "una propuesta hecha 20 minutos antes a mi equipo".

Pese a los reproches, Torra insiste en que su disposición al diálogo "cuanto antes mejor es completa" y avanza en "en ese contexto" su propuesta de contenidos para el encuentro, la consabida reclamación de un referéndum de autodeterminación y una ley de amnistía para los condenados por el 1-O. Torra añade además que "las condiciones favorables para la negociación" son fijar de común acuerdo el calendario de trabajo, "un sistema de validación y propuesta de mediación internacional", y el "reconocimiento de todas las partes en el conflicto" en las que incluye "la prisión y el exilio".

Exigencia del mediador

Tanto el presidente catalán como su partido, JxCat, han insistido en los últimos días en la necesidad de incorporar a la mesa de negociación la figura de un mediador internacional. Una exigencia que Pedro Sánchez ya rechazó en el encuentro con Torra celebrado el pasado 6 de febrero en Barcelona. Y que fue el motivo aducido por el Gobierno para romper las negociaciones con la Generalitat hace un año, tras el encuentro de Pedralbes, como reconocen los propios independentistas.

La exigencia de este mediador ha divido y enfrentado a los dos socios de gobierno en Cataluña, puesto que JxCat considera imprescindible esta figura para crear la mesa de diálogo, mientras los republicanos afirman que debe ser una más de las cuestiones a tratar en la propia mesa. Esta exigencia ha sido interpretada desde ERC como una argucia para retrasar la constitución de la mesa de diálogo, que los republicanos exhiben como su gran logro a cambio de la investidura de Pedro Sánchez.

En este contexto se inscribe la airada respuesta que tanto el gabinete como el partido de Torra dieron ayer a la propuesta de fecha avanzada públicamente por la Moncloa. Una propuesta que ya había sido aceptada por el líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, como admitieron los propios republicanos. La consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, recriminó sin embargo al Gobierno que se hubiera saltado el protocolo al anunciar el encuentro sin que el gabinete de Torra hubiera aceptado la propuesta.

Y el portavoz de JxCat en el Parlament, Eduard Pujol, fue más allá, insistiendo en que la puesta en marcha de la mesa de diálogo era una cuestión "entre la Moncloa y el Palau de la Generalitat" negando cualquier papel relevante en el proceso a sus socios de Esquerra. Horas después, el vicepresidente del Govern y dirigente de Esquerra, Pere Aragonés, reclamaba de nuevo abrir ya el diálogo y "no entretenerse en detallitos" como la fecha, una reclamación que Torra no parece haber oído.