La idiosincrasia de La Mancha y de los manchegos no se puede entender aislada de la muerte y la cultura alrededor de ésta. Trasladar el pésame, "cumplir", con quien ha perdido a un ser querido supone una de las mayores muestras de afecto entre vecinos.

Por eso estos días en Tomelloso (Ciudad Real) al impacto de ser el pueblo español con más fallecidos de coronavirus por habitante (el Ayuntamiento habla de 104 y fuentes municipales extraoficiales de casi 200 en una población que no llega a los 36.000 vecinos) se suma el dolor de perder una de sus señas de identidad: la liturgia en torno a la muerte. "Ni cumplir en los entierros podemos ya, esto es muy fuerte, es demasiado", cuenta a El Independiente un vecino del municipio.

Precisamente el recuento de muertos en la localidad ciudadrealeña ha traído un enfrentamiento entre el consistorio y el Gobierno de Castilla-La Mancha, a pesar de ser ambos del PSOE. Tras este desencuentro subyace el verdadero problema de la situación insólita del pueblo: la tardanza en la adopción de medidas para contener la expansión del virus. Con tres focos activos la primera semana de marzo, allí se celebró una multitudinaria feria del stock, una manifestación de agricultores y el mercadillo semanal.

Sextuplican los muertos de marzo de 2019

El Consistorio maneja la cifra de 104 vecinos fallecidos (último dato oficial según la alcaldesa) y el Gobierno regional la de 84 (último dato oficial proporcionado a este diario) pero las dos funerarias del municipio y los sacerdotes manejan una cifra de cerca de 200. Mientras las muertes en marzo de 2019 rondaron las 30, este año se han triplicado según los datos del Consistorio y sextuplicado según los extraoficiales. El número de fallecidos en Tomelloso por la pandemia es muy superior al del resto de España en proporción con su población total. En todo el país, las muertes por coronavirus ascienden a 10.935 (datos del viernes). De éstos, la Comunidad de Madrid aglutina 4.485, Cataluña 2.335 y Castilla-La Mancha, 916. En la Conca d'Odena (Barcelona) -que abarca el municipio de Igualada y los tres adyacentes confinados con un total de 70.000 habitantes- el total de fallecidos por el Covid-19 ascendía a 107 este viernes 3 de abril, según datos de la Generalitat catalana, mientras que en Tomelloso se elevaba a 104 entre los cerca de 36.000 habitantes, según el último dato oficial.

Desde el Ayuntamiento, en conversación con este diario, quieren dejar claro que la cifra proporcionada por la alcaldesa socialista, Inmaculada Jiménez, durante una comparecencia oficial se basa en la información del registro municipal. Durante ésta también afirmó que "la autoridad competente sanitaria ha decidido no ofrecer los datos oficiales, mirar para otro lado".

Desde el Gobierno de Page la corrigen. Aseguran que de esos 104 fallecidos, únicamente 84 fueron por coronavirus y destacan que cerca de 50 muertes ocurrieron en la residencia de ancianos privada de la Fundación Elder, contra cuyo gerente han anunciado acciones legales por supuesta actuación negligente, aunque de momento no han llevado los hechos ante la Fiscalía. "Cuando pase la urgencia sanitaria en la que estamos volcados veremos qué actuaciones emprendemos", trasladan a este diario fuentes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que ya ha tomado el control de la citada residencia de ancianos a través de la Consejería de Sanidad.

Los focos iniciales

En la residencia Elder fallecieron hasta un cuarto de los ancianos que vivían en el centro cuando estalló la pandemia (casi 50). Sin embargo, el primer paciente confirmado con Covid-19 en Tomelloso no se dio allí, sino en el Hospital General de la localidad el pasado 3 de marzo. Se trató de un varón dedicado a una profesión de cara al público, según confirman a este diario fuentes médicas.

Por otro lado, varios miembros de una familia de vendedores ambulantes del municipio manchego naturales de Haro (La Rioja), viajaron al funeral de Vitoria donde resultaron contagiadas casi una cuarentena de personas del municipio riojano y del vecino Casalarreina. A su vuelta, fueron atendidos en Tomelloso con síntomas, aseguran fuentes locales. De hecho, el centro de salud II del municipio, el pequeño y más cercano al barrio de Los Olivos donde viven los miembros de esta familia, cerró por precaución la segunda semana de marzo al ver que cundían los contagios entre sanitarios. También porque la atención sanitaria del municipio se centra en el Centro de Salud Virgen de las Viñas, el principal y más grande.

En Haro, las autoridades tomaron medidas de aislamiento nada más conocer el contagio en el funeral, como poner en cuarentena a manzanas enteras del pueblo. Sin embargo, según denuncian vecinos de Tomelloso a este diario, en la localidad ciudadrealeña no sólo no se obligó a confinarse a los habitantes de este barrio y aledaños, sino que durante esos días se permitió la celebración de la feria del stock, 'Stockalia', los días 7 y 8 de marzo en el pabellón deportivo municipal con "numeroso público", como afirmó el propio Consistorio en una nota de prensa; se permitió una manifestación agrícola el lunes 9 de marzo y el mercadillo municipal también se desplegó el mismo día.

Para entonces ya se conocía el primer caso positivo en el hospital, los primeros ancianos enfermos de Elder habían sido atendidos por los sanitarios, igual que los miembros de la familia de Haro. "Hemos sabido que se les pidió que se quedaran en casa y se les llevó la compra allí, pero nada se comunicó de manera oficial para no alarmar. Aquí todo te ha hecho en silencio", denuncian vecinos en conversación con El Independiente.

Los médicos atendieron con síntomas

Miles de tomelloseros llevan metidos en casa, sin salir a trabajar, a la compra, a tomar el chato de vino o a misa del domingo desde que el presidente del Gobierno decretó el estado de alarma. Reciben la compra a domicilio y las novedades locales por los grupos de whatsapp, que están que arden. Sienten miedo por ser los próximos en ingresar en el hospital de la localidad, de donde sólo reciben malas noticias.

Me dijeron que me pusiera unos guantes y una mascarilla y fuera a trabajar. El primer equipo de protección que nos dieron (EPI) dejaba la cabeza y los pies al descubierto

Fuentes médicas del municipio trasladan a este diario que los protocolos del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) se han ido modificando y al inicio del brote hubo cierto "descontrol". Los sanitarios atendieron a pacientes en el centro de salud principal de la localidad a pesar de haber avisado al equipo de Medicina Preventiva del Hospital General de tener síntomas de coronavirus. "Me dijeron que me pusiera unos guantes y una mascarilla y fuera a trabajar. El primer equipo de protección (EPI) que nos dieron dejaba la cabeza y los pies al descubierto", trasladan las mencionadas fuentes, que aseguran que aun así atendieron a pacientes afectados por coronavirus tanto en el centro de salud como en la residencia de ancianos Elder. Días más tarde, y después de llamadas de queja al hospital, las fuentes sanitarias que trasladan la información pudieron aislarse en su domicilio, y esperan el resultado negativo del test para volver a la actividad.

Se rechazó a los mayores de 80 años

En este momento, tres equipos (de médico y enfermero) trabajan en el mencionado centro de salud de Tomelloso, cuando habitualmente hay dos. Tanto en éste como en el hospital, según las fuentes médicas consultadas, comienza a verse un descenso de las llegadas de pacientes afectados por coronavirus, pero los días pasados no daban abasto.

Hubo indicaciones para que los mayores de 75 años no fueran trasladados en ambulancia y no entraran casos de mayores de 80 años

"Los responsables de Sanidad nos ataron de pies y manos la semana pasada y la anterior. El 112 tenía que autorizarnos para trasladar a los pacientes en ambulancia. No valía sólo nuestro criterio. Hubo indicaciones para que los mayores de 75 años no fueran trasladados en ambulancia y no entraran casos de mayores de 80 años. Así nos pasó con algunos avisos que llegaron de la residencia de ancianos San Víctor (de las monjas Hermanitas de los Ancianos Desamparados de la localidad)" explican las mencionadas fuentes, quienes también alertan de que "tratar a estos pacientes en sus domicilios o residencias se hace complicado porque el Sescam ha requisado la cloroquina, que escasea, y los médicos no podemos prescribirla".

Puestos libres de UCI en Alcázar de San Juan

Desde el Gobierno de Castilla-La Mancha aseguran que el hospital de Alcázar de San Juan (a poco más de 30 kilómetros de distancia de Tomelloso) cuenta con puestos libres de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y se ha dotado de un equipo de respiración más, por lo que si hiciera falta trasladar a pacientes de Tomelloso hasta el Hospital Mancha Centro sería posible. También que el hospital de Tomelloso tiene entre 16 y 20 camas disponibles (según conversación telefónica este jueves) y el Sescam ha incrementado su plantilla en 3.000 profesionales sanitarios para atender esta crisis.

Puesto que de las 427 residencias de ancianos de la región 133 cuentan con casos positivos de coronavirus, se ha diseñado un plan gubernamental para llevar a ancianos de unas a otras y mantener a los contagiados o con síntomas aislados del resto. La residencia Elder de Tomelloso también entra en este plan.

El pueblo se vuelca

Mientras la actividad es frenética en el hospital, el municipio de Tomelloso se ha volcado con acciones cívicas para ayudar a superar la crisis provocada por la pandemia.

Agricultores han cedido sus camiones para desinfectar continuamente las calles con la coordinación de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA). 90 voluntarios han fabricado 6.000 mascarillas para el hospital. El municipio también ha puesto a disposición del centro 90 camas (40 de ellas del albergue de temporeros y el resto de un donante privado).

Las dos funerarias de la localidad trabajan a destajo, por lo que esperan poder atender toda la demanda sin necesidad de pedir ayuda a la Unidad Militar de Emergencias (UME) del Ejército, mientras el servicio municipal del cementerio se ha reforzado con un equipo de guardia que trabaja "según la necesidad". Los sacerdotes también están acompañando en los discretos y atípicos sepelios a los tres familiares a los que se permite acudir al cementerio. "Al menos se quedan tranquilos al ver que su padre o madre recibe una última oración", reflexiona un vecino.