Política

Units y los escindidos del PDeCat mueven ficha para una alianza electoral

Imagen tomada de la señal institucional de Tribunal Supremo del exdirector de los Mossos Albert Batlle

Imagen tomada de la señal institucional de Tribunal Supremo del exdirector de los Mossos Albert Batlle EFE

Marta Pascal, Carles Campuzano o Albert Batlle han dado el paso en los últimos días para dejar claro que el soberanismo moderado sigue existiendo y busca su espacio en el nuevo mapa político catalán. Un paso adelante que deja claro cómo los grupos que durante dos años han estado tanteando la posibilidad de recuperar un espacio catalanista y moderado han acelerado sus preparativos en las últimas semanas ante inminencia de elecciones autonómicas en Cataluña.

El movimiento más destacado es sin duda el congreso fundacional del Partit Nacionalista Català que lidera oficiosamente de momento la ex secretaria general del PDeCat, Marta Pascal. Nacido del movimiento de Poblet, este grupo oficializó hace dos semanas su voluntad de convertirse en un partido político desde el que recuperar ese espacio que en su día ocupó CiU y que parece diluido ahora entre el independentismo y la abstención.

El mismo espacio al que aspiran Units, los herederos de Unió Democrática que lideran Ramon Espadaler y Albert Batlle, coaligados con el PSC durante estos dos años de "travesía en el desierto" forzada por el 1-O. Con matices, es también el espacio al que aspiran los impulsores de La Lliga, liderada por la politóloga Astrid Barrio y el ex presidente de Sociedad Civil Catalana, Ramón Bosch. Y los Lliures del ex conseller de Convergencia Antoni Fernández Teixido. Ambos grupos realizaron unos primeros tanteos para sumar fuerzas antes de que el confinamiento forzado por el Covid-19 lo paralizara todo.

Todos apelan a la unidad del espacio, pero todos reclaman para sí el liderazgo de la futura marca electoral. Saben que sin sumar fuerzas difícilmente tendrán más recorrido que los Convergents que lidera Germà Gordó, otro de los grupos en movimiento por incorporarse a ese espacio. El partido midió sus fuerzas en las generales de abril 2019, con un escaso rédito de 2.500 votos, muy por detrás del Front Republicà o el Pacma.

Candidatura de Batlle

Albert Batlle, actual teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, ha dado el primer paso esta semana postulándose como posible candidato del espacio. Ha exhibido credenciales catalanistas y al tiempo rigor en contra de la vía unilateral -abandonó el Govern siendo el máximo responsable de los Mossos en julio de 2017-. El líder de Units, Ramon Espadaler, ha bendecido este martes su candidatura.

"Me pongo al lado del Albert, es idóneo para liderar el proyecto, estaré al lado sabiendo que él quiere sumar mucho más allá de nuestras fronteras en Units" explicó en Radio4, argumentando además que Batlle "tiene experiencia en el mundo local, que es una escuela de pactos" y en la administración de la Generalitat, donde compartieron responsabilidades cuando Espadaler era conseller de Interior y Batlle director general de la Policía.

Unas credenciales que lo hacen más aceptable para todas las partes que Marta Pascal, ex líder del PDeCat, que apoyó desde la dirección del partido -al menos, oficialmente- el 1-O y la declaración unilateral de independencia.

Partit Nacionalista Català

El nuevo Partit Nacionalista Català (PNC), nacido del movimiento de Poblet, sin embargo, puede exhibir pedigrí nacionalista. Y Pascal promete arrastrar con ella a una parte de los cargos locales del PDeCat harta de los desprecios de los nuevos líderes de JxCat y de las exigencias de que el partido se desintegre en la Crida que promueve Carles Puigdemont y Jordi Sánchez. Una negociación que sigue embarrada pese a los intentos de avanzar del nuevo presidente del partido, David Bonvehí.

A ellos podría sumarse oficialmente el ex portavoz de Convergencia en el Congreso, Carles Campuzano, otro de los "purgados" por Puigdemont. Campuzano ha anunciado esta semana en sus redes que abandonaba la militancia del PDeCat. "Para todo hay un momento oportuno, y un tiempo para cada cosa en este mundo" apuntaba el ex convergente para anunciar su baja del partido en el que ha hecho una larga carrera política.

La Lliga y Lliures, por su parte, siguen explorando la alianza electoral que antes de la pandemia parecía un hecho y que los de Teixido han enfriado ahora, quizá a la espera de ver cómo evoluciona el PNC. Ambos grupos mantienen además las vías de diálogo abiertas con Units, a la búsqueda de una coalición electoral, ya que la formación de un único partido parece ya descartada.

La principal dificultad, los vetos cruzados por el papel que unos y otros dirigentes han tenido durante el procés -en el caso de Ramón Bosch, al frente de Sociedad Civil, en el caso de Pascal o Campuzano, como dirigentes del PDeCat-, aunque oficialmente nadie los admite. Y la definición ideológica del PNC, que en opinión de algunos le acerca más a las tesis de ERC que a las de Units, empeñados en defender el derecho a la propiedad privada o la escuela concertada ante la gestión del Govern de Quim Torra.

A favor, la convicción de que solo juntos tienen alguna posibilidad de aglutinar de nuevo el espacio catalanista-soberanista de corte moderado que en tiempos representó CiU y que podría servir para romper la mayoría del bloque independentista y forzar nuevas alianzas de gobierno en Cataluña que permitan "pasar página del procés".

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