"No se puede descartar que el nuevo coronavirus procedente de China se convierta en una pandemia sanitaria". El 23 de enero, ocho días antes de que el Centro Nacional de Microbiología confirmara el primer positivo por covid-19 en el país, la unidad de riesgos biológicos de la Guardia Civil ya barajaba la posibilidad de que el brote detectado a finales de año en la ciudad china de Wuhan pudiera extenderse por todo el mundo y que se registraran casos en España.
Así lo detallaron agentes de la unidad técnica NRBQ (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química) -integrada en el servicio de Desactivación de Explosivos de la Guardia Civil (SEDEX)- en un informe de cuatro páginas en el que hacían una valoración del riesgo que suponía el nuevo coronavirus 2019 n-CoV y planteaban recomendaciones para los agentes que por su trabajo pudieran tener contacto con personas que presentaran "síntomas de gravedad" o que padecieran "infecciones respiratorias agudas".
El pasado 19 de mayo, el Gobierno reconoció la emisión de dicho informe en respuesta a una pregunta que había formulado el grupo del PP en el Congreso, que exigía saber en qué fecha había elaborado el instituto armado su protocolo de actuación contra el coronavirus y qué medidas de prevención se habían adoptado para evitar contagios después de que Okdiario hubiera informado de que la unidad de riesgos biológicos de la Guardia Civil había alertado de la virulencia del brote.
De forma sucinta, el Ejecutivo respondió que la unidad NRBQ hacía en ese documento un "análisis sistematizado de la información disponible en aquel momento" y que la Dirección General de la Guardia Civil envió cuatro días después (27 de enero) un correo electrónico a todas sus unidades con "información de interés sobre medidas preventivas". El gabinete de Pedro Sánchez despachó la contestación en 116 palabras, sin detallar siquiera qué precauciones se habían recomendado a los agentes.
Declaración de pandemia
El Independiente publica hoy el informe, el primero posiblemente que avisó en España del riesgo de pandemia. Entonces el foco estaba en China y sólo se había notificado un caso fuera del continente asiático: en Estados Unidos. El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que la epidemia pasaba a ser una pandemia.
En su informe, la unidad técnica NRBQ de la Guardia Civil tampoco descartaba que el brote pudiera provocar "casos en España", en contra de la nula incidencia que las autoridades sanitarias presagiaban en ese momento que tendría la enfermedad en el país. "Nosotros creemos que España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso", declaró el 31 de enero el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón.
Con todo, la Guardia Civil precisó que no existía "emergencia internacional" en ese momento y dejó claro que la "iniciativa" correspondía a las autoridades sanitarias, que estaban elaborando un protocolo de actuación "ante la aparición de posibles casos sospechosos en España". "Se ha convocado a la ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta para revisar la situación, la actualización epidemiológica, así como la capacidad de diagnóstico y actuaciones de respuesta en España", exponía.
"No se puede descartar que el nuevo coronavirus se convierta en una pandemia sanitaria", alertó la Guardia Civil el 23 de enero
Entre las recomendaciones formuladas, la unidad de riesgos biológicos del instituto armado proponía que los agentes que no dispusieran de "guantes, mascarillas, gafas, máscaras y traje de protección" evitaran el "contacto cercano" con personas que pudieran presentar "síntomas graves" de la enfermedad o de su entorno y de "sus fluidos corporales (aproximadamente tres metros)".
También aconsejaba el lavado de manos "con agua y jabón o con cualquier desinfectante comercial o incluso lejía" después de mantener un contacto cercano con ciudadanos que tuvieran síntomas compatibles con la covid-19 -como fiebre alta, tos o estornudos- y la protección de las vías respiratorias con mascarillas del tipo FFP3, las de mayor eficacia de filtración (98 %).
Dispersión del patógeno
Igualmente, la unidad NRBQ hacía ver la conveniencia de que las personas afectadas se cubrieran la boca y la nariz para evitar que el patógeno pudiera dispersarse al toser o estornudar, así como eludir el contacto con "animales silvestres o de granja" en caso de zonas en los que pudiera haber habido contagios.
"Cabe reseñar que, con la información de que se dispone en este momento, los trajes de protección individual (EPI), que poseen las Unidades del Sistema de Defensa NRBQ (donde se incluyen las de Comandancia), superan el nivel de protección recomendable, siendo de categoría 3, tipo 3, por lo que ante la posibilidad de un incidente ante este tipo de amenaza, las unidades del Sistema de Defensa NRBQ cuentan con el material adecuado para intervenir", concluía.
La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, declaró la emergencia para la compra de una remesa de mascarillas FFP2. La Jefatura de Asuntos Económicos adjudicó el contrato de suministro a Iturri SA, que se comprometía a entregar 454.000 unidades a cambio de 1.499.970,45 euros (a 3,30 euros). Se trata de la empresa sevillana a la que, un mes antes del inicio del coronavirus, le encargó 50.000 mascarillas del tipo FFP3 por 50.000 euros (sin impuestos).
Durante el estado de alarma, la Secretaría de Estado de Seguridad también ha realizado varios pedidos de material sanitaria para proveer tanto a la Guardia Civil como a la Policía Nacional y a los funcionarios de Instituciones Penitenciarias, muy expuestos al contagio en el desempeño de sus funciones.
El informe del policía 'purgado'
El informe emitido por esta unidad especializada de la Guardia Civil está fechado un día antes del firmado por José Antonio Nieto en su condición de jefe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Policía Nacional. En dicho documento, Nieto -destituido en víspera de la declaración del estado de alarma por una supuesta "falta de lealtad" al enviar a los técnicos de Riesgos Laborales del Cuerpo un documento con instrucciones que aún no había sido firmado por el director general- proponía que los agentes destinados en los puestos fronterizos de aeropuertos utilizaran guantes de nitrilo y mascarillas FFP2 en el control de la documentación de "pasajeros procedentes de cualquier ciudad de China u otras zonas afectadas".
Nieto ha revelado que el borrador de ese documento incluía la expresión "potencialmente mortal" al describir la enfermedad, pero el facultativo -ya jubilado- hubo de retirarla porque el Ministerio de Sanidad consideraba que era "demasiado alarmista" en aquel momento. "Desgraciadamente, el tiempo me ha terminado dando la razón", declaró semanas atrás a este diario.
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