No piensa contestar a sus palabras, no piensa "bajar al lodazal" que cree ha provocado el teniente fiscal del Tribunal Supremo, Luis Navajas, al acusar públicamente a varios compañeros, los fiscales de Sala que intervinieron en el juicio del procés, de estar "contaminados ideológicamente" contra el Gobierno y criticar en los medios de comunicación el informe con el que solicitó a la Sala Segunda del alto tribunal archivar las más de 20 querellas contra Pedro Sánchez y el resto de ministros por su gestión de la pandemia.

Así habla uno de los fiscales que se sintió aludido por las palabras del número dos del Ministerio Público en dos entrevistas concedidas a Okdiario y Onda Cero y que cayeron como un jarro de agua helada en la carrera fiscal. "Ahora no es momento, pero más adelante contestaré", traslada a El Independiente.

En las citadas entrevistas, publicadas entre el domingo y el lunes, Navajas habló de una especie de facción de los fiscales de Sala del Tribunal Supremo "contaminados ideológicamente" que, según consideró, no estaban en condiciones de emitir una opinión, por su imparcialidad, sobre las querellas presentadas por distintas asociaciones de Guardia Civil, funcionarios, médicos o por familiares de víctimas contra el Gobierno por distintos delitos como homicidio imprudente o lesiones, entre otros.

Así justificó Navajas no haber convocado a la Junta de Fiscales de Sala para decidir al respecto: "Yo con esa tropa no podía entrar a debatir. Con esa tropa no puedo ir a la guerra. Me rodee de los dos fiscales más antiguos y prestigiosos del Supremo (Juan Ignacio Campos y Pilar Fernández Valcarce) y de la Secretaría General Técnica", dijo en Onda Cero, aireando una guerra ideológica o política dentro de la Fiscalía contra quienes quisieron influir en su decisión, aseguró, en contra del Gobierno.

Habló incluso de dos personas que le visitaron en su despacho para "influirle", lo que "me puso en guardia", desveló. Puso nombre a una de ellas, la fiscal de Sala Consuelo Madrigal. Apuntó también hacia otros filtradores de críticas contra su informe a los medios "que son los que van llorando por las esquinas porque el Supremo les tumbó la rebelión". Dejó poco espacio para la especulación, porque los fiscales de Sala del procés fueron cuatro: Consuelo Madrigal, Fidel Cadena, Jaime Moreno y Javier Zaragoza.

O contra el Gobierno, o con la neutralidad

De esta manera, Navajas (que repitió en distintas ocasiones que se jubila el próximo diciembre, insinuando que no le importa la imagen que pueda trasladar de sí mismo ni del Ministerio Público) enfrentó a dos sectores dentro de la Fiscalía: quienes están contra su informe y, por tanto, ideologizados contra el Gobierno socialista, y quienes apoyaron su decisión.

Trasladó por tanto a la opinión pública la falta de neutralidad de los primeros que los inhabilita, según considera, para tomar ninguna decisión sobre querellas o denuncias que se presenten contra miembros del Gobierno.

"Sus palabras están fuera de lugar"

Las manifestaciones de Navajas no sólo han molestado a los aludidos, sino también a otros fiscales consultados por este diario. Consideran que, incluso aunque tenga razón en alguna de las cosas que dijo, como que "la mayoría de fiscales considera que no se puede exigir una responsabilidad penal, sino sólo política al Gobierno por su gestión de la pandemia", su "rabieta hará mucho daño a la imagen de la Fiscalía, que no atraviesa su mejor momento después del nombramiento de Dolores Delgado".

La Asociación de Fiscales, que solicitó que se convocara a la Junta de Fiscales desde que se presentaron las querellas y denuncias contra el Ejecutivo, denunció las palabras del fiscal Navajas. La presidenta de dicha asociación, Cristina Dexeus, afirmó en declaraciones a Europa Press que "tachar ideológicamente a los compañeros está fuera de lugar".

La Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF), también trasladó en un comunicado público que la "crítica entre compañeros no ayuda". "No se puede poner en tela de juicio el buen funcionamiento de la Institución. Todo es mejorable, todos nos podemos equivocar, pero la crítica entre compañeros no ayuda, en modo alguno, a potenciar el ejercicio de nuestras funciones con la debida autonomía e imparcialidad", afirmaron.