Las elecciones de 2020 pasarán a la Historia por ser las de mayor participación desde 1900. El candidato demócrata, Joe Biden, ha batido todos los récords. Es el más votado de la Historia con más de 73,7 millones de votos. Supera los conseguidos por Barack Obama en su primera elección, en 2008. Biden era su compañero de fórmula electoral.

También el presidente Donald Trump ha conseguido más votos que hace cuatro años, más de 69,6 millones. En 2016 se quedó cerca de los 63 millones.

La participación se prevé que superará el 65%. Más de 100 millones de personas votaron de forma anticipada o por correo, algo insólito y cuya explicación hay que buscar en la pandemia.

Joe Biden ganará el voto popular, lo que no siempre va aparejado a ser el vencedor en votos electorales. La ex secretaria de Estado Hillary Clinton superó por casi tres millones de votos a Donald Trump en 2016 pero finalmente perdió la Presidencia. Y lo hizo por unos 77.000 votos en tres estados: Michigan, Wisconsin y Pensilvania. Vivimos una secuela de 2016 con variantes más inquietantes.

Este hecho se debe a que los votos electorales, que se reparten por población con un mínimo de tres votos electorales, se asignan por un sistema en el que el ganador se lleva todo. Es decir, si Wisconsin tiene 10 votos electorales y un candidato lo gana por 1 voto popular, se lleva los 10 votos electorales. De ahí que las elecciones en EEUU sea como 50 elecciones en realidad.

Las excepciones son Maine y Nebraska, con sistema proporcional al voto popular. Por ejemplo, Nebraska tiene cuatro votos electorales, tres se ha llevado Trump y Biden, uno por el segundo distrito.

En total hay 538 votos electorales, producto de la suma de 100 senadores, 435 miembros de la Cámara de Representantes, más tres por Washington DC. Para lograr la Presidencia el candidato necesita 270 votos electorales. Es el objetivo de Biden y Trump que necesitan cada voto para lograr la Casa Blanca.

En esta convocatoria a las urnas también se ha renovado la Cámara de Representantes, que tenía mayoría demócrata que se mantiene. La presidenta de la Cámara, la veterana demócrata Nancy Pelosi, se felicitaba por esta buena noticia.

La Cámara de Representantes, demócrata

Las cuatro jóvenes senadores que compone el llamado Escuadrón, entre ellas popular Alexandria Ocasio-Cortez, han renovado su escaño. Están en el ala izquierda del Partido Demócrata y son blanco de continuas críticas de Donald Trump.

En el término opuesto figura la congresista por Georgia Marjorie Taylor Green, afín a Qanon, defensora de las teorías de la conspiración y muy del gusto de Donald Trump.

La gran revolución en la Cámara de Representantes tuvo lugar en 2018, cuando se registró un alza en la participación y las mujeres dieron un paso adelante en representación.

En 2018, en las llamadas midterms o elecciones de mitad de mandato, fueron elegidas un total de 127 mujeres, 102 en la Cámara de Representantes y 25 en el Senado. Aún es menos del 25% del total de los miembros del Congreso.

La batalla del Senado

La gran esperanza de los demócratas era recuperar la mayoría en el Senado, que se renovaba parcialmente, exactamente un tercio. El Senado tiene un papel muy relevante en procesos como el impeachment (juicio político al presidente) y en la confirmación de jueces del Supremo.

Los republicanos contaban hasta ahora con mayoría: 53 republicanos frente a 45 demócratas y dos independientes.

Donald Trump superó sin problema el proceso de impeachment a principios de año gracias a esta mayoría en el Senado. También ha podido promover al Supremo a la juez conservadora Amy Comey Barrett, de 47 años, en el puesto vacante tras el fallecimiento de Ruth Bader Gainsburg.

En estas elecciones el Senado parece que se mantendrá con mayoría republicana: 46 demócratas, 47 republicanos y siete pendientes de asignar. En caso de que los dos partidos tengan igual número de representantes, el voto de calidad lo tiene el vicepresidente. Hasta ahora era Mike Pence.

La última victoria republicana ha sido Maine. La senadora Susan Collins ha podido mantener su puesto, lo que sepulta las posibilidades de los demócratas de lograr esa ansiada mayoría.

También han entrado en el Senado la primera persona transgénero, Sarah McBride, por Delaware, el estado de Joe Biden. La demócrata McBride ha derrotado al republicano Steve Washington, que se va a retirar después de ser el senador con más años de servicio en la Cámara.

Uno de los primeros senadores republicanos que conocieron que seguirían adelante ha sido el líder de la mayoría del Senado saliente, Mitch McConnell, quien ha planteado que ahora urge la aprobación de un nuevo paquete de estímulo. McConnell es reelegido por séptima vez.

"Tendremos sesión el próximo lunes. Confío en que las pasiones partisanas no impidan que lo aprobemos. Y creo que es necesario hacerlo antes de fin de año", ha dicho McConnell en Kentucky.

El Senado suele ser la antesala de la Presidencia para muchos candidatos. Obama era senador por Illinois. Biden lo fue por Delaware más de cuatro décadas y su compañera de fórmula electoral, Kamala Harris, por California.

No es el caso de Donald Trump, un caso insólito, ya que llegó a la Casa Blanca directamente desde su despacho en la Trump Tower.