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Beatriz Becerra, el día a día de una legislatura de cinco años luz

La europarlamentaria liberal hace balance de su trayectoria en el Parlamento Europeo

La eurodiputada Beatriz Becerra
La eurodiputada Beatriz Becerra | Mario Viciosa

No es de etiquetas sino de valores. El compromiso con la libertad, la igualdad y la solidaridad es su brújula moral. Beatriz Becerra (Madrid, 1966) sabe cómo convertir una legislatura “en cinco años luz” porque hay que multiplicar las horas del día cuando se entiende la política como el arte de hacer posible lo que para muchos ciudadanos parece inviable. Es una incansable activista europea que interpela a quienes detentan el poder para que actúen con la vista puesta en aquellos a quienes han de rendir cuentas. Es la primera que lo hace.

Elegida europarlamentaria por Unión Progreso y Democracia (UPyD) en 2014, se ha entregado a Europa y los europeos como independiente en el Grupo Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE, en inglés). Liberal es la única etiqueta con la que se siente cómoda porque lo entiende “como una manera de ver la vida, basada en el ejercicio de tu libertad de acción como adulto, a la vez que asumes tu responsabilidad individual”, como expone en su ensayo Eres liberal y no lo sabes (Deusto). Su obra es un manifiesto contra el populismo.

Con formación de psicóloga y especialización en dirección de empresas, comunicación y marketing, su carrera profesional se ha desarrollado en empresas privadas dedicadas al entretenimiento. Entusiasta desde el primer momento del proyecto liderado por Rosa Díez (UPyD), se afilió en 2008 y comenzó a trabajar entre bambalinas. Llevaba comunicación en un partido que supo aprovechar los primeros pasos de las entonces nuevas tecnologías.

El Parlamento Europeo es el corazón de las inquietudes, de las soluciones y del futuro común de los ciudadanos"

Fue cuando Rosa Díez le propuso formar parte de las listas europeas en 2014 cuando no pudo negarse a pasar al primer plano. “El Parlamento Europeo me pareció que era el lugar donde había que estar. El tiempo me ha dado la razón. Es el corazón de las inquietudes, de las soluciones y del futuro común de los ciudadanos europeos”, explica Becerra, en conversación con El Independiente.

UPyD logró entonces cuatro escaños en el Parlamento Europeo. Ahí empezaron “los cinco años luz”, en sus propios términos, de Becerra a camino entre Bruselas, Estrasburgo y Madrid, donde reside, que no descansa, los fines de semana.

A Beatriz Becerra le cuesta contar cómo es su día a día como europarlamentaria porque cada jornada es diferente. Lo único que tienen en común es que son interminables. Le faltan horas para hacer todo lo que considera su deber para devolver al ciudadano la confianza depositada en ella en las urnas.

En esta legislatura Becerra ha formado parte como vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos, y ha sido miembro de las comisiones de Desarrollo, Derechos de la Mujer e Igualdad de Género y de Peticiones. A su vez, ha trabajado en la delegación en la comisión parlamentaria mixta UE-México y en la delegación en la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana.

“Al hacer balance de esta legislatura que está concluyendo, pensaba que han sido cinco años luz. Quienes afrontamos esta actividad con determinación de servicio público, de lograr resultados y devolver la inversión que hacen los ciudadanos en nosotros, sabemos que el tiempo ha de ser elástico”, señala la eurodiputada.

Sin horario de trabajo

“No tengo horario de trabajo. Hay mucho movimiento logístico de desplazamientos, hay muchos frentes que abordar al formar parte de cuatro comisiones y es imprescindible estar permanentemente informado y actualizado de lo que ocurre no sólo en Europa, sino en el mundo. Son siete días, 24 horas, salvo las horas que dedico a dormir, menos de las que me gustaría”, comenta sonriente.

Viaja los lunes a Bruselas y regresa a Madrid los viernes. Hay citas obligatorias en las cuatro comisiones de las que forma parte. En las comisiones se trabajan los dosieres y las iniciativas que luego se debaten en el Pleno en Estrasburgo, que se reúne una vez al mes.

Para conocer bien los temas mantiene reuniones constantes con ONG, como Amnistía, o afectadas de endometriosis o hepatitis C. Recuerda que su primera intervención en el Pleno fue sobre esta enfermedad. Pidió que hubiera un genérico para el tratamiento a los afectados. “Los diputados estamos obligados a conocer los temas desde todos los puntos de vista”, explica.

A su vez, ha desarrollado mucha actividad interinstitucional con la Comisión Europea y el Comité de las Regiones, especialmente, así como en las delegaciones de Eurolat y con México. Y las misiones, donde ha tenido oportunidad de conocer los problemas sobre el terreno.

En su memoria están grabados los viajes a la frontera colombo-venezolana para poner en marcha la ayuda humanitaria, a Sierra Leona, donde la UE contribuyó a poner fin al brote del Ébola, o a Nueva York para acompañar el proceso de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

Es fundamental contar lo que hacemos para el fin que nos han encomendado y establecer una posición"

“A eso hay que sumar la rendición de cuentas con los ciudadanos y en gran parte lo hacemos en medios de comunicación, son socios imprescindibles como servicio público. Es fundamental contar lo que hacemos para el fin que nos han encomendado y también hay que establecer una posición. Lo hago en temas clave como representante de los 500 millones de ciudadanos. Son posibilidades de acción”, señala Becerra.

Domina las redes sociales, que considera esenciales en su tarea, y considera extraordinario cómo gracias a internet tenemos las ventanas abiertas al mundo. Es consciente de que han de usarse con prudencia, siempre guiados por un principio: "No escribas en un tuit lo que no dirías en un programa en televisión en prime-time".

Le duele que los populistas arremetan contra Bruselas con eslóganes facilones y acusen a los representantes de los ciudadanos de ser unos eurócratas que no hacen nada. Deja claro cómo el Parlamento Europeo es la institución más transparente del mundo, donde es fácil saber quién hace qué y cuándo. “Los ciudadanos hemos de saber exigir a nuestros representantes”, destaca.

Explica, con satisfacción, como el eurobarómetro refleja que en España seguimos siendo europeístas convencidos. Concibe Europa como “una aventura compartida por la libertad”.

“Me ha ayudado en esta legislatura la experiencia previa, mi brújula moral y mi capacidad de trabajo”, añade. Quienes tratamos con ella damos fe de su pasión, su entrega y su compromiso. Siempre está dispuesta a explicar su actividad y dar su opinión sobre los asuntos candentes, atiende sus redes sociales con esmero y sabe escuchar.

Es de las eurodiputadas que mejor ubicarán los presidentes del Consejo, de la Comisión y del Parlamento, no por afán de protagonismo, sino por su exigencia. También la Alta Representante de Política Exterior, Federica Mogherini, va a echar de menos sus cartas en las que demanda una posición clara sobre tal o cual asunto, desde Cataluña a Venezuela.

A Beatriz Becerra le gustaría continuar su tarea en el Parlamento Europeo, pero no ha encontrado un barco al que subirse, “donde supiera que ese trabajo se podía realizar con la conciencia y actitud adecuada. El barco son listas electorales y partidos españoles. Una pena que no haya tenido cabida”.

Las listas transnacionales habría sido una fórmula para alguien sin etiquetas como ella. El grupo liberal fue un gran defensor, pero el Partido Popular Europeo se opuso. Macron podría retomar la idea.

Jornadas memorables

Beatriz Becerra ha vivido muchas jornadas memorables en esta intensa legislatura. Destaca, como decisivas para España, las cuatro semanas desde el 7 de septiembre hasta el 2 de octubre de 2017.

“En esos días conseguimos cambiar las agujas del tren sin frenos que había puesto el separatismo en España desde el punto de vista europeo. El 7 de septiembre el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, me respondió a una carta en la que requería una contestación expresa a los tres presidentes de las tres instituciones requiriendo una posición expresa con respecto al proceso golpista. El presidente Tajani estableció de forma clara y contundente que cualquier amenaza a la Constitución de un Estado miembro es una amenaza y un ataque a la Unión Europea, que es un marco legal y de valores inseparable”, cuenta la eurodiputada.

“Luego se sucedieron toda una serie de acontecimientos que desembocaron en ese día posterior al falso referéndum del 1 de octubre en el que nos encontramos con la necesidad imperiosa de que ese cambio de agujas se produjera en el Pleno de Estrasburgo. Fue una sesión especial con el contenido y orientación necesarios para un loco levantamiento de opiniones falsas se recondujera y frenamos algo que parecía imparable”, agrega.

Como jornadas negras también señala cada uno de los atentados sufridos en estos últimos cinco años, desde París a Niza, Berlín o Bruselas, entre otros. Y especialmente desgarrador fue esa madrugada del 24 de junio cuando los europeos supimos que el Reino Unido había votado por dejar la Unión Europea. “¿Cómo pudimos pensar que no podía suceder?” se pregunta todavía, si bien mantiene que la realidad apunta a que no habrá Brexit porque es imposible.

Los Premios Sájarov y el sufrimiento

Otras fechas clave marcadas por la esperanza en el ser humano serían los Premios Sájarov, especialmente los de 2016 y 2017.” Tengo el orgullo de haber impulsado las cinco candidaturas premiadas, aunque en el caso de las supervivientes yazidíes del autoproclamado Estado Islámico Nadia Murad y Lamija Aji Bashar, en 2016, y la oposición democrática venezolana en 2017, las propuse, las impulsé y salieron adelante gracias a los consensos y los apoyos. En un caso trabajé con los socialdemócratas y en el otro con los populares”, afirma orgullosa.

El Premio Sájarov es el alma del Parlamento Europeo, la encarnación del activismo político de mayor nivel y mejor perfil"

“El Premio Sájarov es el alma del Parlamento Europeo, la encarnación del activismo político de mayor nivel y mejor perfil. Tiene un valor incuestionable. Nos compromete de por vida. A los 500 millones de ciudadanos”, subraya.

Y los Premios Sájarov llevan a Beatriz Becerra a reflexionar sobre el papel del Parlamento Europeo con la defensa de los Derechos Humanos y el compromiso de los eurodiputados con quienes se dejan la vida en esta guerra con los opresores. Nos habla de la exposición al sufrimiento.

“Si hay algo que valoro de estos cinco años, con agradecimiento, es haber estado expuesta de forma permanente al sufrimiento. Es uno de los mayores privilegios. Hablo del sufrimiento como violencia sexual en guerras, y en la vida cotidiana, en la enfermedad, de la crisis del Ébola, o de Venezuela que abarca todo el abanico posible del sufrimiento, económico, social, sanitario… También agradezco haber conocido a personas que han sufrido encarcelamientos injustos o gente vulnerable que vive en entornos hostiles. Y ha sido un privilegio tratar con personas con un ADN extraordinario, defensores de derechos humanos con una gran resiliencia”, explica Becerra.

La eurodiputada se ve como “un instrumento al servicio del otro, especialmente del que sufre”. Olvidarse el yo, y servir al otro, a la comunidad es su guía moral.

La exposición al sufrimiento me ha hecho ser más consciente de la capacidad de poner en marcha todo lo posible para generar algo positivo"

“Esa exposición al sufrimiento me ha hecho ser más consciente de la capacidad de poner en marcha todo lo posible para generar algo positivo. Yo no fui al Parlamento Europeo a hablar de mi libro. Los clientes finales de mi trabajo son los ciudadanos que tienen muchos problemas y muchas necesidades. Sufrimiento no es solo lo que vemos lejos, sino mujeres con endometriosis, o mujeres con métodos anticonceptivos dañinos, o víctimas de la talidomida. Entiendes la injusticia y la crueldad. Algo se cambia”.

Está terminando su labor en el Parlamento Europeo pero continuará en la lucha. “Cuando adoptas un enfoque desde este recorrido transformador, con el referente de la Agenda 2030, te compromete para siempre. Seguiré trabajando en la lucha contra la desinformación y la facilitación para que el plan europeo sea posible y España lo lidere. También la prevención de la radicalización con la agencia de la ONU en Málaga (Unitar). Todo ello con, sobre, por y para Venezuela”, concluye la charla.

Y nos deja una enseñanza, con la ayuda de Platón. “Hay que ser amable siempre, porque cada persona que te encuentras está librando una batalla, de la que tú no sabes nada”. Su batalla es la nuestra.

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