Internacional

May gana por 19 votos la moción de censura laborista por el Brexit

Corbyn rechaza colaborar para lograr un plan B hasta que no se descarte la salida sin acuerdo

La primera ministra británica, Theresa May, responde al líder opositor, Jeremy Corbyn,, en el Parlamento.

La primera ministra británica, Theresa May, responde al líder opositor, Jeremy Corbyn,, en el Parlamento. EFE

May sigue adelante (keep buggering on, decía Churchill). De momento se mantiene en la lucha. A pesar de la derrota histórica del martes, por 230 votos de diferencia, sobre el Acuerdo de Salida de la UE, ha superado la moción de censura planteada por el líder la oposición, el laborista Jeremy Corbyn. Votaron a favor de May 325 diputados y en contra 306, un escaso margen de 19 votos.

May ha anunciado que comienza de inmediato las conversaciones con todos los partidos de la oposición sobre el plan B del Brexit. Lo primero que ha exigido Corbyn es que May descarte una salida sin acuerdo. Condiciona su participación a que cumpla este requisito.

En el 10 de Downing Street, May ha hecho al final del día una declaración: "El Parlamento ha dejado claro lo que no quiere. Ahora hemos de trabajar todos por el interés nacional y determinar lo que quiere".  Pese al rechazo inicial de Corbyn, ha dicho que tiene "la puerta abierta".

Ha sido la primera vez en 25 años que un primer ministro hacía frente a una moción de censura. May también ha sobrevivido recientemente a una moción de confianza de su propio partido, el conservador. En esa ocasión votaron contra ella 117 correligionarios y 200 a favor. Pero de ahí a apoyar a Corbyn hay un abismo para los tories.

Y lo mismo suscriben sus socios, los diez diputados unionistas de Irlanda del Norte (DUP). May se ha reunido con la líder del DUP, Arlane Foster, y su portavoz en Westminster, Nigel Dodds, para garantizar su crucial respaldo. Sus diez diputados han sido fundamentales para la supervivencia de May.

En el debate, Corbyn ha aprovechado la ocasión para atacar a la yugular de May. “Usted no solo ha fracasado por el Brexit. Tampoco ha dado soluciones a los problemas de este país. Usted ha dejado de lado a la gente de este país. Usted no puede gobernar. Es deber de este Parlamento tomar las riendas”.

El líder laborista, Jeremy Corbyn, ha defendido con contundencia su moción de censura en la Cámara de los Comunes contra el Gobierno de la primera ministra conservadora. Theresa May, al que ha calificado como “un gobierno zombi”.

“El Acuerdo Frankenstein está muerto. La primera ministra ha fracasado. Su derrota (del martes) es histórica. Ningún otro gobierno ha perdido por más de 200 votos. Cualquier ministro dimitiría”, ha declarado Corbyn al presentar la moción de censura.

No puede seguir gobernando este país, cuando ni siquiera controla su partido. Cualquiera dimitiría", afirma Corbyn

“No puede seguir gobernando este país, cuando ni siquiera controla su partido. Ha convertido el Brexit en una cuestión sobre su partido no sobre el país. Si sigue al frente del país, la incertidumbre irá a más”, ha añadido. “La enorme dimensión de la crisis hace necesario que volvamos a las urnas. Necesitamos un gobierno con un nuevo mandato”.

Ha despedido el voto en nombre de los laboristas, el número dos, Tom Watson, quien ha sido más brillante que Corbyn. "Admiro su resiliencia. Muchos otros no habría podido afrontar tanta humillación. Pero usted ha fracasado. No tiene mayoría, ni autoridad, ni alternativa", ha señalado Watson. "Todo el mundo en esta Cámara sabe que esta primera ministra no puede poner en marcha la salida de la UE".

Le ha contestado Michael Gove, ministro de Medio Ambiente, que ha defendido ardientemente a la primera ministra y su gabinete. Ha recordado a Watson cómo muchos laboristas, como ha hecho algún diputado independiente,  no ve a Corbyn como jefe del Gobierno. La prueba de que Watson debe de tener sus dudas es que ni lo ha mencionado, a juicio de Gove.

Ahora May ha de buscar una fórmula consensuada que reciba el lunes el apoyo del Parlamento británico. Sin embargo, no parece dispuesta a acercar posiciones a los laboristas, que quieren un Acuerdo más suave, con un pie en la unión aduanera, aunque muchos defienden un segundo referéndum. Liberaldemócratas, Verdes y nacionalistas escoceses han pedido a Corbyn que haga bandera de dar la voz al pueblo de nuevo en una consulta.

En el Parlamento, Jeremy Corbyn ha tratado de ir más allá que el Brexit en sus críticas al Gobierno conservador. Ha retratado un país en el que los servicios públicos, como sanidad y educación, se han deteriorado sustancialmente y donde hay niveles vergonzantes de pobreza, “tanto entre los que querían quedarse como en los que querían seguir en la UE”. Por el contrario, May ha dibujado un panorama idílico de un país próspero, gracias a su Gobierno.

Con elecciones habrá más división y más incertidumbre. Es lo peor para el país", dice May

La primera ministra ha asegurado que celebrar elecciones es "lo peor para el país" en estos momentos. “El Parlamento debe finalizar su trabajo. Si convocamos elecciones, aumentaría la división. Retrasaremos la salida de la UE y aumentará la incertidumbre”, ha subrayado. Ha declarado que sigue sin saber qué apoya Corbyn como vía para salir de la UE.

May también ha dicho que el Reino Unido "no va a mantenerse en la unión aduanera porque así lo votaron en referéndum", algo que es dudoso ya que los ciudadanos se manifestaron a favor de salir de la UE, no de cómo sería la salida. Los laboristas, aunque carecen de plan alternativo, son partidarios de mantenerse en la unión aduanera.

“Lo que queremos ver es lo que votó el pueblo británico. Votaron por poner fin a la libertad de movimiento, por una política comercial independiente, por poner fin a la jurisdicción europea. Y eso es lo que hemos de poner en práctica”, ha señalado May.

Los conservadores se han dirigido a los laboristas como “extrema izquierda” y han asegurado que su  política basada en aumentar impuestos solo conducirá a empeorar la economía del país.

Sobre cuáles serán los pasos siguientes el Telegraph publica este jueves una exclusiva, basada en una conversación del ministro de Economía, Philip Hammond, a destacados empresarios. Hammond les ha asegurado que los diputados aprobarán en unos días que no sea posible la salida sin acuerdo, algo que rechazan los euroescépticos, que desprecian las consecuencias devastadoras que tendrá este paso.

La primera ministra cosechó el mayor fracaso en la Historia reciente en la votación del martes en el Parlamento. Así se encargó de recordarlo el líder laborista, Jeremy Corbyn, al empezar su intervención y ha vuelto a repetirlo varias veces.

Los diputados rechazaron por 230 votos de diferencia el Acuerdo de Salida de la Unión Europea, ya suscrito con los Veintisiete el pasado 25 de noviembre. Votaron contra su jefa de filas 118 conservadores, además de laboristas, unionistas norirlandeses, nacionalistas escoceses y liberaldemócratas. Sin embargo, estos 432 diputados que dijeron no al Acuerdo de May no tienen una visión común, sino cinco o seis diferentes, sobre cómo habría de ser el Brexit.

A continuación May se ofreció a someterse a una moción de censura, que presentó de inmediato el laborista Corbyn, y prometió emprender conversaciones multipartidistas para encontrar un consenso sobre cómo salir de la UE en caso de ganarla. El lunes debería comparecer ante el Parlamento con el plan B, fruto de un mínimo común denominador de una mayoría parlamentaria. De momento parece una misión imposible.

Las 'líneas rojas' de May

Al ser preguntada reiteradas veces sobre sus líneas rojas sobre el Acuerdo de Salida, May ha remarcado: “Hemos de respetar el resultado del referéndum y dejar la UE”, Los Veintisiete pactaron con May el Acuerdo que el Parlamento rechazó el martes abrumadoramente.

Kenneth Clarke, conservador europeísta, ha señalado que la mayoría en el Parlamento se opone a una salida sin acuerdo el 29 de marzo. Ha asegurado que será necesario posponer esa fecha y buscar alguna forma de unión aduanera.

May en esta ocasión parece más abierta a pedir más tiempo. Ha aclarado que para conseguirlo necesitarían un plan de salida. Serían los Veintisiete los que por unanimidad habrían de aceptar la demanda, pero están dispuestos siempre que no implique renegociar lo ya acordado y con el límite temporal del 1 de julio, cuando se constituye el nuevo Parlamento Europeo, fruto de las elecciones de mayo.

May ha insistido que para evitar salir sin acuerdo hay que tener un acuerdo. Corbyn ha recordado a May que su acuerdo fue rechazado: “¿No puede entender que ha de presentar algo diferente? Usted vive en la negación absoluta, sobre su acuerdo, sobre la unión aduanera, sobre la realidad de la pobreza en el Reino Unido”.

May ha defendido que su Gobierno ha hecho posible que un  millón de personas salgan de la pobreza, y 300.000 niños de la absoluta miseria. “Hay dos formas de evitar salir sin acuerdo: un acuerdo o bien revocar el artículo 50”, ha afirmado May.  “Usted es quien vive en la negación”, le ha replicado a Corbyn.

Por un segundo referéndum

El líder laborista está cada vez más presionado por un importante grupo de su partido que defiende que se celebre un segundo referéndum. Setenta y un diputados y 13 eurodiputados laboristas han firmado una declaración en la que piden que los británicos vuelvan a decidir sobre el Brexit. Afirman que la renegociación que defiende Corbyn “no es realista”. Así es porque la UE no va a renegociar el Acuerdo y lo ha dicho en todos los idiomas comunitarios.

“Ahora está claro que la renegociación no es realista. Una salida sin acuerdo sería una catástrofe a la que nos oponemos. El Gobierno debería buscar una prórroga para que se ponga en marcha el artículo 50 porque necdesitamos tiempo para encontrar una vía para seguir adelante. Theresa May no ha logrado aunar al país”, señala el comunicado.

También aboga por un segundo referéndum la líder del Partido Nacionalista Escocés, Nicola Sturgeon, que junto al dirigente galés, Mark Drakeford, han demandado reunirse de forma urgente con la primera ministra en la que también participen representantes de Irlanda del Norte.

Escocia votó a favor de permanecer en la UE (62% frente a 38%) en el referéndum del 23 de junio de 2016. En el Parlamento los nacionalistas escoceses (SNP) han apelado a Corbyn a que secunde la demanda de muchos jóvenes de celebrar un segundo referéndum.

Ian Blackford, líder del SNP en Westminster, ha acusado al Gobierno de perder el tiempo deliberadamente para llevar al Reino Unido hasta el abismo de la salida sin acuerdo. “Si la primera ministra y este Gobierno quiere conducir al autobús hasta el precipcio, no vamos a ser sus pasajeros”, ha dicho. El SNP, que cuenta con 35 escaños en Westminster, ha anunciado que votará contra la primera ministra.

El líder de los Liberal Demócratas, Sir Vince Cable, que cuentan con 12 escaños, ha reprochado al Gobierno haber dado la espalda al 48% de la población que quería quedarse en la UE. Ha defendido volver a las urnas y ha apoyado un segundo referéndum.

La líder de los conservadores en el Parlamento, Andrea Leadsom, ha anticipado que May se reunirá con todos aquellos que tengan “propuestas constructivas”. Ha descartado en principio al líder laborista, Jeremy Corbyn, con quien ni siquiera ha mantenido una conversación telefónica tras el vapuleo en el Parlamento.

Preparativos en Bruselas

En Estrasburgo, el negociador jefe de los Veintisiete, Michel Barnier, ha declarado que la UE debe seguir unidad y mostrar, como hasta ahora, “tranquilidad, control, diálogo y transparencia”. Al mismo tiempo ha reconocido que la UE está trabajando en los planes de contingencia en caso de que haya una salida sin acuerdo.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, citó en el debate a los Rolling Stones en relación con los británicos y el Brexit. “No puedes tener siempre lo que quieres, pero si lo intentas, podrás tener lo que necesitas”.

Desde Bruselas y Estrasburgo insisten en que la pelota está en el tejado británico. Son los que quieren marcharse quienes han de tener claro cómo hacerlo.

Durante la mañana, en Londres, el ex primer ministro conservador David Cameron, que permitió la realización del referéndum de 2016, contestó a la BBC que “no se arrepiente” de esa decisión, por la que pasará a la Historia como uno de los peores primeros ministros británicos.

Cameron defendió la permanencia pero perdió la consulta por un millón de votos (48,1% frente a 51,9%), dimitió y dejó paso al liderazgo de Theresa May.

Desde que tomó posesión, May ha lidiado con el Brexit, primero negociando más de dos años con la UE y luego con el Parlamento, donde sigue sin haber una mayoría a favor de nada, y muchas mayorías contra todo.

Ha perdido dos decenas de ministros, tres de ellos titulares del Brexit, ha cosechado una derrota histórica en el Parlamento y un centenar de sus diputados querrían que se hubiera ido como mostraron en la moción de confianza. Aún así, sigue luchando (keep buggering on, en palabras de Churchill). Pero continúa siendo una primera ministra sin poder.

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