Un día histórico y profundamente triste. Los 27 países miembros de la Unión Europea han aprobado el acuerdo del Brexit. El divorcio sellado hoy en Bruselas supone el inicio de la desconexión real del Reino Unido de la UE. Es la primera vez en la Historia que un país sale de la Unión Europea desde su creación hace más de 60 años. Así se pone fin a un matrimonio que ha durado 45 años.

La declaración pactada el domingo en Bruselas dice así en su primer punto; "El Consejo Europeo respalda el Acuerdo del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte de la Unión Europea y de la Comunidad de la Energía Atómica Europea. Sobre esta base, el Consejo Europeo invita a la Comisión, el Parlamento Europeo y el Consejo a dar los pasos necesarios para asegurar que el acuerdo  pueda entrar en vigor el 30 de marzo de 2019, para que se ponga en marcha una retirada ordenada".

También han dado su visto bueno a la Declaración Política, en donde se fijan las líneas maestras de las relaciones futuras entre la Unión Europea y el Reino Unido. El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, confirmó que el Parlamento Europeo votará estos textos en febrero próximo.

La reunión empezó a las 9 de la mañana. El presidente francés, Emmanuel Macron, señaló antes de la cumbre extraordinaria: "Hay que pararse a pensar en una refundación". El jefe negociador de la UE, Michel Barnier, aseguró que el Reino Unido y la UE seguirán siendo "aliados, socios y amigos".

En la declaración, los líderes de la Unión Europea  confirman su intención de construir "una relación tan cercana como sea posible" con el Reino Unido, siempre teniendo en cuenta que los países que estén fuera del bloque no pueden tener los mismos derechos que los que están dentro.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ya anticipaba en su invitación a la cumbre extraordinaria de este domingo que sería "un día triste, en el que nadie saldría ganando". Así es. Ni el Reino Unido ni la Unión Europea salen como ganadores de este doloroso proceso, que se inició tras el referéndum del Brexit el 23 de junio de 2016.

Un calvario que no ha terminado

Las negociaciones han sido muy duras en estos más de dos años. Y aún no ha terminado el calvario, especialmente para los británicos. La Unión Europea ha negociado con unidad. El mayor obstáculo ha surgido en la recta final debido a las demandas de España de garantías jurídicas sobre el futuro de Gibraltar.

Contra todo pronóstico, Gibraltar ha cobrado un papel protagonista debido a la introducción del artículo 184 en el Acuerdo de Retirada, cuya versión final se conoció el 14 de noviembre. La primera ministra, Theresa May, lo difundió después de lograr de forma muy apurada la aprobación de su Gobierno.

La diploamacia española se dio cuenta, alertada por los servicios jurídicos, de la falta de garantías sobre el papel de España en el futuro de Gibraltar. El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, aceptó in extremis acudir a la cumbre del domingo, tras una conversación con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que le ofreció garantías, si bien tienen más carácter político que de valor jurídico. Salvado el escollo, hoy domingo el Acuerdo de Salida ha contado con la unanimidad de los Veintisiete.

Para la primera ministra británica el alivio de hoy apenas le durará unas horas. Su próximo frente lo ha de librar en el Parlamento británico. El Brexit ya ha dejado en la cuneta a una decena de sus ministros, entre ellos los dos primeros negociadores jefe, David Davis en julio pasado y Dominic Raab, tras conocerse el borrador del Acuerdo. Raab ha llegado a decir que es mejor que el Reino Unido siga dentro de la UE antes que aceptar las condiciones del Acuerdo de Salida que defiende May con uñas y dientes.

May no ve otro acuerdo posible. "La UE no ofrecerá nada más", ha insistido una y otra vez. En el Acuerdo de Salida había que atender a las líneas rojas británicas, como el fin de la circulación de personas, y a la vez garantizar a Irlanda que no habría frontera dura con Irlanda del Norte. Es la cuadratura del círculo. Se ha salvado con el recurso a las llamadas backstops, o salvaguardas, que se ejecutarían si no se encuentra forma de evitar esa frontera.

La primera ministra británica ha intentado convencer al Parlamento de que esas garantías no serán necesarias, pero los detractores de este Brexit mantienen que hay riesgo de que la transición se prolongue eternamente. La Declaración Política estima que puede prolongarse hasta el 1 de enero de 2023.

Los británicos no tenían buenas cartas para el Acuerdo de Salida. May estaba muy limitada", dice Salvador Llaudes

"Los británicos no tenían buenas cartas para el Acuerdo de Salida. Una vez que hay líneas rojas, como el no al mercado interior, ni la unión aduanera, ni la libre circulación de personas, quedaba poco que negociar. May estaba muy limitada. Vendrá la parte más difícil en el periodo transitorio, sea quien sea quien esté a cargo en el Reino Unido", señala Salvador Llaudes, investigador principal del Real Instituto Elcano.

"La incertidumbre está en el campo de May y del Reino Unido. El debate en el Reino Unido es cuál será la alternativa: no deal, es decir, salida a las bravas, Brexit duro, o un segundo referéndum, o quedarse sin más", explica Luis Bouza, profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid.

De momento May hará campaña para convencer a los diputados, y a los británicos, de que el Acuerdo de Salida es el mejor de los posibles, algo que tiene muy difícil, tal y como se ha visto en sus últimas comparecencias en el Parlamento. Ni siquiera cuenta con el apoyo de todos los diputados del Partido Conservador. Las cuentas no salen, pero May está convencida de que tiene una misión, que el Reino Unido salga de la UE en las mejores condiciones  posibles, y de que está a su alcance.