El próximo viernes 22 de abril llega a los cines Veneciafrenia, la nueva película de Álex de la Iglesia que, "desde la farsa y con tono grotesco" aborda en clave de terror un problema real que asola a muchas ciudades: el turismo de masas. "El día a día es lo que me da más miedo. Tiene guiones espeluznantes", asegura el director que con este filme inaugura The Fear Collection, el nuevo sello de terror que ha puesto en marcha en colaboración con Sony Pictures y Amazon Prime Video.

En Veneciafrenia, cuyo guión firma con su colaborador habitual, Jorge Guerricaechevarría, De la Iglesia relata la azarosa historia de cinco turistas españoles (Ingrid García Jonsson, Silvia Alonso, Goize Blanco, Nicolás Illoro y Alberto Bang) que llegan a Venecia dispuestos a disfrutar al máximo los célebres y masificados carnavales de la ciudad de los canales. Pero una vez allí, los jóvenes tendrán que hacer frente a la ira de un grupo de lugareños que, cansados de ser ignorados, están decididos a acabar con la gentrificación y la marabunta de turistas por cualquier medio.

"El terror es perfecto para contar cosas sin que se note", defiende De la Iglesia que, entre trajes de época, gritos de pánico, bufones asesinos y trepidantes persecuciones por bellos y a la vez siniestros decorados reales, enmascara un potente mensaje de denuncia social en un slashe' con fuerte aroma al giallo de autores como Dario Argento o Lucio Fulci.

Una cinta de suspensa y terror cuya trama, asegura, siempre será superada por la realidad. Especialmente por la de los últimos dos años. "El día a día es lo que me da más miedo. Y ahora el día a día ha cambiado de guionistas y parece que pretenden un éxito inmediato con sus guiones espeluznantes. Pero la realidad es todo esto que estamos viviendo estos últimos años", afirma el director en una entrevista concedida a Europa Press en la que asegura que lo que no era real era la "falsa sensación de estabilidad que hemos tenido siempre".

"El que las cosas vayan bien, que te levantes por la mañana y no haya problemas es una especie de simulacro generado para que consumamos y hagamos todo lo que tenemos que hacer para que, precisamente, esas empresas, o la sociedad en conjunto, funcione. Pero es una sensación falsa. La realidad es que estamos en manos de la naturaleza, todo puede cambiar en un segundo y no controlamos los mecanismos que hacen que esa naturaleza no se desboque", expone el director de El día de la Bestia, La comunidad o Balada triste de trompeta que confiesa que decidió hacer esta película cuando tomó conciencia de que él, que ha visitado varias veces Venecia en el marco del festival de cine, era "un turista más", uno de esos que "destrozan la ciudad".

La palanca definitiva para convertir esa idea en película fue el contacto con el movimiento 'No Grandi Navi', una movilización ciudadana que, tras años de lucha, ha conseguido alejar los cruceros y trasatlánticos de Venecia. "Los cruceros estaban provocando un cataclismo. Esos barcos son como dos rascacielos pegados, una mole enorme moviéndose en un canal sin mucha profundidad. Aquello era el desastre: El nivel del agua subió en cinco años el doble de lo que había subido en tres siglos, y todo por los cruceros", explica el cineasta que ha querido abordar esta problemática "desde el punto de vista excéntrico" que le permite el terror ya que, insiste, no quiere "ni hacer un documental ni dar lecciones a nadie".

Venecia en pandemia, fascinante y siniestra

"Esta no es una película manifiesto, es una película divertida que pretende entretener", proclama De la Iglesia que define como algo "fascinante y a la vez siniestro" la experiencia de rodar en un lugar tan excepcional como Venecia en circunstancias también excepcionales, con la ciudad prácticamente vacía por la pandemia. "Es una oportunidad maravillosa, pero también fue complicado, hizo todo fuera un poco más difícil de rodar", recuerda el director que dispuso de los enclaves de la ciudad como si fuera "un inmenso decorado para nosotros", pero también sufrió los problemas de intendencia propios de filmar en un lugar donde "todo se mueve en bote". Problemas que se vieron potenciados por el confinamiento.

Un diagnóstico con el que coinciden Ingrid García Jonsson y Silvia Alonso, las protagonistas de Veneciafrenia "Rodar allí es muy complicado porque todo se tiene que mover en barco, pero al mismo tiempo fue una experiencia única y estábamos flipando", recuerda Alonso que asegura que rodar con un director tan exigente y tan "técnico" como De la Iglesia hizo que todo fuera "más intenso".

"Todos veníamos de estar confinados y teníamos muchas ganas de ir a tope, y Álex pide mucho rodando, te pone al límite en muchas situaciones. No te puedes relajar porque es Álex de la Iglesia y tienes que estar a altura, no le puedes defraudar", apunta García Jonsson que destaca cómo a través del terror, al igual que otros géneros como la comedia o la ciencia ficción, las películas pueden "engañar" al espectador y, mientras le entretiene, "contarle en realidad algo más importante". "Creo que las películas tienen que tener algún tipo de mensaje y tienen que trascender. El arte tiene que transformar", sentencia la actriz

La primera piedra de The Fear Collection

Veneciafrenia es, además la primera producción estrenada bajo el sello The Fear Collecion. "Es una colección de películas de miedo que vamos a producir junto a Sony y Amazon. La siguiente es Venus, dirigida por Jaume Balagueró que da muchísimo miedo, mucho más miedo que la mía", avanza el propio De la Iglesia que señala nombres como Jaume Collet-Serra, Paco Cabezas, Koldo Serra, Paco Plaza, Oriol Paulo, Javier Ruiz Caldera como cineastas con los que le gustaría colaborar dentro de este proyecto.

"Tenemos un grupo profesionales muy alucinante y con prestigo. Hay mucha gente muy buena. ¿Y yo qué les ofrezco? Tranquilidad y haz lo que quieras, solo quiero que dé miedo", dice el director que ha buscado también dar el pistoletazo de salida a esta iniciativa con un estreno en cines, aunque esto haya supuesto meses de retraso. "Queríamos estreno en pantalla grande, pero sin Amazon la película no hubiera sido posible", señala De la Iglesia que fue una de las primeras voces que hace casi ya una década se alzaron en defensa del modelo híbrido en el que las salas y las plataformas "convivan perfectamente".

"Y espero que esta situación de bajón en las salas que estamos viviendo poco a poco se reduzca. Creo que aún tenemos mucho miedo a salir y eso afecta al cine, sin duda. Cuando en interiores sea seguro totalmente estar sin mascarilla, iremos avanzando pero siempre con las condiciones de salud necesarias", concluye.