Fue la primera conocida en protagonizar una portada en la ya desaparecida Interviú —hasta ese momento salían mujeres anónimas—, hizo 16 películas en un año, se relacionó con hombres como Felipe González o Juan Carlos I y fue una de las actrices más taquilleras y mejor pagadas del cine español... para terminar viviendo en la calle y buscando comida en los contenedores de basura.
Se trata de Nadiuska. Con el fin de arrojar luz sobre su origen, los hechos que la llevan a esa situación, contrastar algunos rumores malintencionados y las historias inventadas por su antiguo manager, Damián Rabal; la periodista Valeria Vegas presenta El enigma de Nadiuska.
Esta serie documental, dirigida y narrada por la también autora de La mejor actriz de reparto (Temas de hoy), cuenta con tres episodios de 40 minutos que permiten reflexionar sobre las partes menos nobles de la fama en los setenta a la vez que nos acerca a la actriz del destape como ocurrió antes con La Veneno o Manolita Chen.
El enigma Nadiuska cuenta con testimonios de José Sacristán, Alaska, La Prohibida, Andrea Duro, Berta Vázquez, Angy Fernández, Anna Allen, Jorge Sanz, Máximo Valverde, Lidia San José o las actrices del destape Silvia Aguilar, Jenny Llada, Sara Mora o Carmen Platero. Entre todos ellos, ayudarán a perfilar a una artista de la que, como se ve en la serie, no se sabía a ciencia cierta ni de dónde venía.
En las lagunas argumentales o cuando el relato lo pide, es la propia cronista social la que se pone frente a la cámara y cuenta los hechos, aunque en la presentación de la serie documental en el International South Fest de Cádiz confesó que era algo que no le gustaba hacer.
Para conocer la historia de Nadiuska —y no solo la suya, pues la serie albergará el nacimiento del #MeToo español, gracias a actrices que ya están fuera de la industria y pueden hablar— habrá que esperar al 29 de octubre, cuando se estrenará el primer capítulo en Atresplayer.
Pero antes, la escritora habla con El Independiente sobre el cine del destape y su efecto en quienes lo protagonizaron, qué le hechizó de la que llama la Sophia Loren española, sus próximos proyectos o si ve con buenos ojos la moda de los biopics.
Pregunta.- ¿De dónde viene su interés por los personajes históricos?
Respuesta.- Creo que es algo neurológico, igual que a alguien le da por coleccionar sellos o por viajar. Siempre me ha dado mucha inquietud todo lo que ha ocurrido en el show business antes de que yo naciese. También disfruto de lo que vivo, pero siempre me han interesado mucho nuestro cine y nuestros artistas. A veces, un poco en broma, pienso que, si existe Dios, me ha dado la misión de recuperar la memoria de aquellas que estaban un poco olvidadas.
P.- ¿Qué tiene que tener un personaje para atrapar a Valeria Vegas?
R.- Mucha personalidad, o al menos ser diferente con todas las consecuencias. Me gusta que no dejen indiferente. Soy especialmente admiradora de mujeres valientes, diferentes, únicas, atrevidas, sensuales, divertidas... los hombres me gustan para los asuntos íntimos.
P.- ¿Recuerda su primera toma de contacto con Nadiuska?
R.- Perfectamente. Yo conozco a Nadiuska en lo que podríamos llamar su segunda etapa, que es en el año 1999, cuando cae en desgracia y se anuncia que la han desahuciado de la casa en la que vive. Se contaba que estaba malviviendo, alimentándose de lo que encontraba en los cubos de basura. Yo tenía 14 años, nunca había escuchado hablar de esa actriz de los años setenta y no tenía el instinto tan desarrollado como ahora, pero recuerdo que mi madre, se alarmó muchísimo al ver la noticia en la tele. La recuerdo frente a la pantalla diciendo "pero pobre chica, ¿Cómo le ha ocurrido esto? Qué pena más grande, por Dios, qué tristeza". Esto me hizo levantar la mirada y preguntarle quién era, ese fue el primer caso que me hizo pensar que a veces hay dos caras de una misma moneda.
P.- ¿Y qué hace que cuente su historia tantos años después?
R.- Desde que supe de su existencia, se convirtió en parte de mi top 10 de mujeres referentes. Siempre fue una de mis obsesiones y llevaba desde 2019 pensando en hacer un documental en torno a ella por reivindicarla, porque el hecho de que lleve mucho tiempo fuera de circulación no quiere decir que no lo merezca. Fue más que una actriz, trabajó muchísimo y fue un fenómeno social. Gracias a Lavinia, que ha producido, por ejemplo, Alaska y Mario, ha sido posible. Fue como encontrar la horma de mi zapato.
"Se cree que Nadiuska cayó en desgracia por drogas y alcohol, como suele ocurrir con los juguetes rotos, pero aquí no hay nada de eso".
valeria vegas
P.- Como Cristina Ortiz, Nadiuska tiene un componente trágico.
Respuesta.- Claro, las historias que tienen algo de tragedia son muy atrayentes, empezando por la propia Marilyn Monroe, Elvis Presley... a la hora de de de contar, de escribir, de grabar y también de ver tienen tienen mucho de enigmático y de magnético, porque te atrapan y piensas "ostras, esto me podría ocurrir". Te hacen reflexionar sobre que, en la vida, uno a veces está arriba y otras abajo.
P.- ¿Con qué testimonios ha contado para hacer la serie?
R.- Hay 50 entrevistas con actores como el Goya de Honor del año pasado, que trabajó mucho con Nadiuska [José Sacristán], a otros como Jorge Sanz, Máximo Valverde, Josele Román, Pedro Mari Sánchez y algunas actrices de la llamada época del destape que hacen un alegato que va a impactar sobre el #MeToo. También aparecen actrices contemporáneas que no conocieron a Nadiuska, como Andrea Duro, Angy Fernández o Ana Allen, que hablan de cómo ellas también han tenido miedo y han vivido momentos donde su salud mental se ha visto resquebrajada por la profesión.
P.- ¿Le ha sorprendido algo de esas entrevistas?
R.- Me sorprendió encontrar a gente muy valiente que pide perdón, lo que quiere decir que estaban muy cerca de hechos que no eran tan correctos; gente que destapa parte de un entorno muy tóxico de Nadiuska, relaciones sentimentales que no se conocían; gente que hizo que se metiera en negocios y por eso se arruinó... hay una idea muy equivocada en la gente más mayor, piensan que Nadiuska cayó desgracia por un asunto de drogas y de alcohol, que es lo que suele ocurrir con los juguetes rotos en general, pero aquí no hay nada de eso. Es una cuestión de de que algunas mujeres te odian y otros hombres se aprovechan.
"El destape fue como el sarampión: había que pasarlo"
P.- ¿Cree que a veces se blanquea el destape por el contexto en el que se dio?
R.- El destape tenía que pasar, era como el sarampión, había que vivirlo y había que desnudarse. Entiendo que dentro de ese fenómeno pudo haber víctimas, pero yo me quedo con las que se han podido empoderar y no le han dado importancia. Pero eso es muy fácil decirlo si no lo has vivido, ¿no? Cuando eres actriz y solo te llegan ese tipo de guiones y papeles con desnudos, entiendo que al final se te hace desagradable y te cansas. Lo contrario era un cine con censura, de 1976 hacia abajo no solo no había desnudos, tampoco había ciertas ironías, ciertas frases ni ciertos argumentos. El problema del destape era que en ocasiones no había ningún motivo de peso y se ven secuencias, por ejemplo, en las que llaman al teléfono y la actriz sale de la ducha para cogerlo desnuda. Creo que no habría que darle más importancia, pero sí analizarlo como un fenómeno cinematográfico y sociológico de un momento dado. El desnudo, por suerte, se quedó. En los noventa no se llamaba destape, pero se seguían desnudando Victoria Abril Aitana Sánchez Gijón o Maribel Verdú con la suerte de que, como lo hicieron otras mujeres mucho antes, ellas podían hacerlo con mucha más naturalidad. Las que pagaron el pato y acabaron etiquetadas y en cierta forma marginadas por la industria fueron las primeras y eso me parece importante destacarlo.
P.- ¿Por qué es importante que esta historia se conozca?
R.- Para que no se repita. Quienes vean la serie, se van a plantear muchas cosas. Se van a dar cuenta de cómo hemos evolucionado como país y creo que también se van a entristecer, es la historia más triste del cine español. Es una mujer que pidió ayuda hace más de 30 años, hay un archivo increíble en el que ella hablaba de salud mental en los ochenta y nadie la toma en serio. Los montadores de la serie, que son jovencitos, flipaban. Ahora, si una actriz habla de sus problemas de salud mental, aunque haya mucho hate, se la protege.
P.- Bárbara Rey también pidió ayuda en varios programas cuando era maltratada y nadie la tomó en serio.
R.- Sí, pero fíjate, la diferencia era que Nadiuska estaba sola. Bárbara tenía la suerte de tener hermanas y a sus padres, pero Nadiuska se quedó sola y acabó en la calle.
P.- Como mitómana, ¿celebra la moda de los biopics o cree que algunos no están justificados?
R.- Me encanta que me hagas esta pregunta. Creo que los biopics tienen que estar justificados. Es verdad que están de moda, pero no solo en España. Hace dos años, un montón de películas nominadas en los Oscars eran biopics, Will Smith ganó por El método Williams. Jessica Chastain se lo llevó en 2021 por Los ojos de Tammy Faye... pero no todos los biopics valen, igual que todos los documentales tampoco. Hay personajes que son maravillosos, pero que no dan para una serie documental. Para que sea así, tienen que tener muchos giros, sus vidas tienen que subir al cielo y bajar al infierno después. También hay personajes que están bien, pero luego el tratamiento que se ha hecho en el biopic no es el adecuado. Veneno fue un milagro: teniendo todos los elementos para poder salir mal, salió bien.
P.- ¿Nos recomienda su biopic favorito?
R.- Pues mira, hay uno que me encanta protagonizado por Michael Douglas que es Behind The Candelabra. Va sobre el pianista Liberace, que es súper famoso en Estados Unidos. Tenía un show fijo en Las Vegas y ahora tiene allí un museo. Es muy divertido y me encanta la estética, se puede ver en HBO Max. En España no he encontrado ningún biopic que me encante, creo que se tienen que pulir un poco más. Te diría Veneno, pero eso sería barrer para casa y está feo.
P.- ¿Y qué hay de Vestidas de azul?
R.- He escrito los primeros episodios y soy productora ejecutiva. Es otro estreno inminente, me encantaría decirte la fecha de estreno, pero todavía no se sabe, aunque intuyo que será entre diciembre y enero, porque no querrán que se junte con La Mesías, dirigida por los Javis, cuando producen Vestidas de azul. Es una historia muy emotiva. Al igual que Veneno planteaba la situación del colectivo en los noventa, aquí nos vamos un poco más atrás y contamos la historia de seis mujeres en los ochenta.
P.- ¿Qué proyectos tiene? ¿Planea recuperar otro personaje histórico?
R.- Si te digo la verdad, me encantaría hacer muchas cosas a la vez, pero cuando pasa como ahora, que tengo una colaboración los domingos en La Ser, otro par de días en Y ahora Sonsoles de Antena 3, me acomodo. Tendría que ponerme a escribir, porque hace más de seis meses que escribí mi último libro. Veo a gente que hace mil cosas cada día y me gustaría espabilar. Y sí, a otra señora de este país muy conocida. En este caso no hace falta explicar quién es, porque nunca ha estado en el olvido, pero sí que ha estado muy cuestionada. No te puedo decir su nombre, porque lo estoy moviendo, pero espero que dentro de un año y medio o dos nos veamos de nuevo aquí, hablando de ella.
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