La comunicadora Inés Hernand y el actor Félix Gómez protagonizaron la última entrega de Planeta Calleja. Y lo hicieron, además, desde Marte, pues ambos se sometieron a un experimento que consiste en que los dos invitados vivan durante cinco días en condiciones similares a las del planeta rojo, en la estación más realista que existe —en una cueva en el Valle de Asón, en Cantabria— para averiguar cómo sería la vida de los primeros pobladores del planeta.

La segunda parte del especial se podrá ver en Cuatro el próximo 26 de febrero, pero ya en la primera, además de todo tipo de pruebas límite y tensión, ambos han compartido algunos aspectos personales. Inés Hernand ha repasado su vida junto a Jesús Calleja, quien no ha dejado pasar la oportunidad de alabar la personalidad y el carácter de la madrileña.

Inés Hernand recordó una infancia en la capital en la que se escolarizó más tarde de lo habitual y en la que su abuela fue imprescindible, pues sus padres priorizaron sus trayectorias laborales y pasaron poco tiempo con ella, por lo que definió su distanciamiento de ellos como consecuencia de algo "estructural" y propio del ritmo al que se vive en las grandes ciudades, que deja poco espacio para las relaciones.

Inés Hernand recordó su infancia en 'Planeta Calleja' | Cuatro

"De niña lo pasé bien, aunque siempre he tenido particularidades. Empecé el colegio tarde, con seis años. He tenido una infancia un poco más alternativa", comenzó. Pasando después a su adolescencia, recordó a dos "personas maravillosas" con las que dio el salto a las redes, que fueron su mejor amiga, la influencer Andrea Compton; y su mejor amigo, el actor Gonzalo Caps.

En la actualidad, la joven no tiene relación con sus padres. "Me parece incluso una decisión inteligente. Si no se lleva una bien desde hace mucho tiempo eso se cronifica. Me fui de casa con 18 años y los hechos un poco más fuertes ocurrieron cuando tenía 25. Desde esa edad no he sabido nada más de ellos y tengo 31 ahora", recordó.

Como es habitual en sus apariciones y entrevistas, Inés Hernand aprovechó para verbalizar la importancia de hablar de que no todas las familias son perfectas y de que un lazo sanguíneo no implica que una relación sea irrompible.

"Siempre he sido una especie de periodista narcisista frustrada"

"A mí me parece guay visibilizar que no porque te hayan parido tienes que tener una buena relación. Si esto sirve para visibilizar los modelos alternativos familiares…", reflexionó. En cuanto a sus estudios, la comunicadora terminó Derecho e hizo el Máster en Abogacía.

"Pero siempre he sido una especie de periodista narcisista frustrada. No me dio la nota para meterme en la pública, entonces empecé Historia del Arte pero no la terminé", apuntó. Posteriormente, hizo el "Erasmus del pobre": "Todas las personas de mi quinta que no teníamos pasta nos fuimos a poner pintas a un pub en Londres".

De esa época, recordó que se fue con solo 300 euros, que le tocó compartir cama con un antiguo profesor de batería y que comía los restos de la comida de los clientes del restaurante en el que trabajaba.

"Eso me ha generado estrés, tengo ansiedad cronificada", aseveró, dejando perplejo a Calleja. Hernand contó que utilizaba el humor para superar sus peores momentos, pero involuntariamente.

"Ser así tampoco es fácil. Esto tiene un precio, hay una estructura social que no absorbe tan bien a las tías así", añadió, sobre el peaje que sufren las mujeres con carácter o que muestran sus ideas abiertamente.