Hace un año que se anunció el final de Sálvame diario y del Deluxe, pero el formato no ha dejado de estar presente en las redes sociales o en las calles en todo este tiempo, ya sea por su infinidad de frases célebres y memes o por las teorías sobre cómo tratarían en el programa alguna polémicas de estos últimos meses, como el caso Sancho, el de Antonio Tejado o la ruptura de Laura Escanes y Álvaro de Luna.

Con la despedida del directo, algunos colaboradores probaron en otras cadenas, se fueron de viaje con Netflix... y ahora regresa Sálvame. Fabricantes Studio, anteriormente llamados La Fábrica de la Tele, recuperan la marca, pero esta vez desvinculada de Telecinco —aunque a 300 metros de Mediaset— y con algunas bajas, como la de Jorge Javier Vázquez, Terelu Campos y Kiko Hernández.

Una de las veteranas que vuelve es María Patiño, que además lo hace como presentadora y sin cue. Desde el colorido plató de Ni que fuéramos Sálvame (sí, por aquel "¡Ni que fuera yo Bin Laden!" de Belén Esteban), en colores pastel y con un mural con rostros como el de Victoria Federica o Bad Bunny; la presentadora cuenta a El Independiente qué sensaciones tiene a menos de dos días del estreno, que tendrá lugar el próximo 15 de mayo con un horario de 16:00 a 19:00 horas en YouTube y Twitch en canal Quickie.

"Esto es trabajar con alguien con mi mismo lenguaje, así que tiene un punto hasta de comodidad. Es como cuando llevas muchos años de matrimonio con alguien, rompes y te da pereza volver a meter a alguien de nuevo en tu casa. Yo tendría amantes más que una pareja fija, no quiero otro cepillo de dientes en mi casa... pues esto es lo mismo", relata, sobre lo que supone volver al ruedo con Lydia Lozano, Chelo García-Cortés, Kiko Matamoros, Víctor Sandoval y Belén Esteban.

Mientras que Lozano explica que espera que el programa retome el tono de sus primeros años, "más cómico" y sin que los colaboradores sean personajes ni protagonistas de las tramas; María Patiño comenta que, por el contrario, se desenvuelve como pez en el agua en la polémica y el conflicto.

"No es que esté preparada, es que necesito la adrenalina. Ahora venimos de relax, pero a los 5 días ya te contaré cómo estamos. A mí me gusta el conflicto y me gusta la polémica, mi vida personal la sigo teniendo para mí y si tengo que contar algo lo contaré, pero siempre he tenido el poder de proteger lo que quiera y lo voy a seguir haciendo", afirma, con rotundidad.

"Cuando frené, vi que estaba completamente agotada"

Ante esta nueva era en las plataformas de streaming, la periodista se muestra flamante, segura e ilusionada. Recuerda que, al despedirse de Sálvame, estuvo "fatal" y tuvo que pedir ayuda, pues no sabía aprovechar su tiempo libre. "Me ha costado mucho aprender de mí misma y de mi gente, pero me ha venido bien, porque estaba totalmente agotada. Hasta que no frenas, no te das cuenta", añade.

Pese a esos momentos más bajos y en consenso con la audiencia, Patiño apunta que no sintió en ningún momento que Sálvame hubiese llegado a su fin. "Tenía claro que el programa no había muerto por el público. La gente sigue hablándome y abrazándome como cuando estábamos en directo, algo que no me ha pasado con otros programas que también duraron bastante, como DEC [¿Dónde estás, corazón?].

En su regreso, y a diferencia de los años previos en Telecinco, el programa ya no está vinculado con Mediaset, por lo que se libera no solo de los vetos que prohibía a los colaboradores expresarse libremente en sus últimos meses en emisión, sino que también se abre el espectro y, tras llegar a un acuerdo con una agencia respecto a los derechos, los colaboradores podrán hablar de propuestas como MasterChef Celebrity u Operación Triunfo.

Colores pastel, neones y conejos en el plató de 'Ni que fuéramos Sálvame' | El Independiente

Sin embargo, Patiño confiesa que le encantaría tratar la polémica en torno a la serie de Netflix Mi reno de peluche después de que la Martha real haya salido a la luz y declarado que todo lo que plasma la serie ideada por Richard Gadd es mentira. "Además, vi la serie y me impactó muchísimo, quiero hablarlo con mi director", dice, en alusión a David Valldeperas, que también conserva su cargo.

Pero lo que promete destapar la gallega en los primeros programas de Ni que fuéramos Sálvame es información nueva — y capaz de desencadenar un giro de guion— sobre el conflicto entre Carmen Borrego, su hijo José María Almoguera y su nuera Paola Olmedo.

"Carmen Borrego no es la víctima"

"Estuve al lado de Carmen y sigo ahí en cuanto las palabras que su concedió a través de la revista Semana. Pero hay una segunda parte, me he enterado de cosas y puedo llegar a entender a otro de los tres vértices. Tendemos a beatificar o a tumbar, pero ni todos somos tan buenos ni tan malos", añade, críptica.

Y es probable que con ese relato consiga la que llama su "única obsesión": volver a ser "referente en la actualidad" y "que haya gente que tenga interés en el programa". De momento, habrá Ni que fuéramos Sálvame hasta julio, aunque la comunicadora narra que ha reservado su viaje a Fuerteventura con posibilidad de cancelación, consciente de la imprevisibilidad de la vida en general y de su sector en particular:

"La vida me ha enseñado a no planificar nada. En principio tengo ese viaje, pero mira lo que nos ha pasado y todo lo que nos quedará por pasar. Desde que murió mi madre en la cama, por muerte súbita, me di cuenta de que no puedes organizar nada. La vida te sorprende siempre, unas veces para bien y otras para mal", concluye.