Antes de que se cumplan dos semanas de su estreno, Mi reno de peluche es ya una de las series británicas que más éxito ha cosechado en Netflix. Con solo siete capítulos, es una de esas apuestas que pueden definirse como pequeñas —al menos, aparentemente—, pero completas.

Mi reno de peluche tiene como protagonista a Donny Dunn, interpretado por el escocés Richard Gadd, quien también escribe y dirige la serie. En esta, Dunn es un cómico venido a menos que se dedica a la hostelería tras mudarse a Londres desde Escocia para probar suerte en el mundo del espectáculo.

Pero su vida, marcada ya por algunos recuerdos traumáticos, se complicará notablemente cuando, en su propio trabajo, invite a una copa a Martha (interpretada flamantemente por Jessica Gunning), que le acosará.

Basada en hechos que vivió el propio Richard Gadd, el problema que retrata la serie se alargó durante cuatro años y, antes de la miniserie de Netflix, contó con una exitosa adaptación teatral en 2019. En una entrevista con Variety, reconoció que se ha tomado licencias narrativas, sobre todo, para proteger a la Martha real, alguien "muy vulnerable" y con problemas mentales.

Así, el cómico ha dicho que lo que se plasma es 100% fiel a lo que sintió en su momento con variaciones también "por razones legales" o artísticas, es decir, que favorecían la miniserie que se estaba creando. De hecho, el nombre de la serie hace alusión a un peluche real que la acosadora le regaló.

"Siento que volver al dolor y a experimentar las cosas puede conducir a una mejor comprensión de ellas", ha declarado Gadd sobre revivir uno de los peores momentos de su vida.

El boca a boca, la mejor publicidad

Durante esos cuatro años, el humorista vio limitado su día a día, su privacidad, su independencia y sus relaciones al recibir todo tipo de regalos, más de 100 cartas, otros más de 40.000 correos electrónicos, 350 horas de mensajes de voz y más de 744 tweets, entre otros comportamientos turbadores como cuando Martha le perseguía a él o a sus familiares o le espiaba desde la calle cuando él estaba en su casa.

Pese a la escasa promoción que la dejó fuera de las novedades más esperadas de abril contra propuestas de las que se ha hablado mucho más como El caso Asunta, la serie se ha convertido en la prueba de que el boca a boca positivo sigue siendo la mejor publicidad, pues cuenta con un 4,2 en Letterbox y más de un 90% de críticas buenas en Google, además de infinitos comentarios en redes sociales sobre ella.

Tanto es así que es ya la quinta serie más vista en habla inglesa de Netflix y copa también el top 1 de las más vistas en España, además de ser una de las predilectas por los estadounidenses en la actualidad... y así hasta más de 50 países. "Gracias a todos por hacerlo posible. Estoy bien, para los que preguntan. Lo prometo", ha escrito el propio director y protagonista en sus redes sociales.

Pero, ¿Cuáles son las claves de este fenómeno? Para empezar cabe destacar sus capítulos de 30-40 minutos, una tendencia a la que cada vez se suman más series —mientras que en el cine, curiosamente, ocurre todo lo contrario— que la hace muy rápida de ver.

Capítulos cortos, una víctima masculina y evitar romantizar el acoso

También cuenta con haberse estrenado en plena tendencia de los docucrimes, y de hablar de algo que por lo general genera curiosidad como una obsesión. Sin embargo, lo hace con una perspectiva nueva al ser el objeto del acoso un hombre, a no romantizar ni relativizar el acoso como ocurre con You y al evitar el fácil elemento maniqueo al retratar a Martha como una persona vulnerable y enferma.

Esta posición, lejos de convertir a Martha en el demonio, se ve claramente en el final, del que no haremos spoilers, pero que muestra cómo los roles no son inamovibles.

Además, cuenta con varios nombres en el equipo garantes de éxito: el propio protagonista ha escrito algún capítulo de Sex Education y los creadores son los mismos de una de las mejores series del catálogo de Netflix, The end of the Fucking World, con la que comparte banda sonora grunge, mostrar personajes grises e inclasificables, humor negro, decadencia y algunos puntos de ternura.