El baile sigue conquistando espacios y un nuevo formato de danza llega a la televisión: Baila como puedas. La 1 ha presentado este lunes el programa, que se estrenará próximamente, desde su plató, situado en Fuenlabrada. Una de las concursantes de este programa es Lydia Lozano, quien afianza con su participación su relación con La 1 tras su fichaje por Mañaneros.

Ante la pregunta de por qué no se contó con ella para el talent similar de Telecinco, Bailando con las estrellas, no duda a afirmar que se vetó a aquellos colaboradores que firmaron con Netflix. Eso sí, reconoce que lo ve a veces, que le encanta el vestuario de Valeria Mazza y que Sheila Casas, a la que conoce íntimamente por su faceta como abogada, es de sus favoritas.

La madrileña ha escrito un libro y se encuentra "feliz" ante este nuevo desafío tan distinto a su trabajo desempeñado durante 25 años en Mediaset, aunque en sus apariciones nunca han faltado sus bailes ni su alegría, destacando su icónico Chuminero.

"En Telecinco había una lista de vetados que te mueres"

De su incursión en la televisión pública, en la que no había estado antes, destaca una libertad de expresión que es nueva para ella. "Eduardo Blanco [La Cometa TV], que es el director, nunca me ha dicho 'no se puede hablar de esto, prohibido'. En Telecinco, los dos últimos años teníamos una lista de vetados que te mueres", relata.

Un ejemplo de esas palabras prohibidas era Kiko Rivera, algo que complicaba mucho la ejecución de los programas: "Para hablar, por ejemplo, de Kiko Rivera, tenía que decir 'el hermano de Chabelita'. Tampoco podías decir ¡Hola!, sino 'la revista que saluda'... cuando estabas en una discusión agitada era muy difícil. Venía con el chip de Telecinco y en Televisión Española no he visto nada así, tengo una libertad que pensé que nunca iba a tener".

De la televisión postsálvame destaca lo "aburrido" que se ha vuelto todo. "El juego se puede dar igual aquí que en Sálvame, RTVE está abriendo los horizontes de lo que es el entretenimiento", cuenta. Más seria, recuerda que vivió el final de Sálvame como si le cortasen la cabeza.

"Fue una decapitación. Como dice Jorge Javier Vázquez, soy hiperactiva para el trabajo. No estoy para chupar cámara, sino porque me gusta trabajar. Soy un culo inquieto", apunta. Además, comenta que el proceso de ver que iban estrenando programas y tertulias y no contaban con ella fue angustiante.

Cuando recibió la propuesta de la productora, Zeppelin, que firma también Gran Hermano Vip, asegura que ni siquiera se lo pensó mucho. Eso sí, se muestra arrepentida por no haberse informado un poco más, pues está siendo mucho más duro de lo que había imaginado.

Lydia Lozano, en el plató de 'Baila como puedas' | RTVE

Tilda la experiencia de "intensa", pero defiende que se toma todos sus trabajos muy en serio y, a diferencia de muchos otros colaboradores, ella sí se molestaba en ver las galas completas para acudir informada a la hora de opinar en los debates, algo no tan común:

"Yo me quedaba hasta las 02:00 horas viendo las galas y al día siguiente iba a trabajar. Había gente que se iba a cenar fuera, a las 23:00 horas estaba en la cama y se limitaba a ver lo que decía la gente en X. Ningún presentador puede decir que yo no sea una curranta", insiste.

"Era duro que te diesen caña y al momento tuvieses que dar un abrazo"

En Sálvame fue, en varias ocasiones, uno de los personajes más vapuleados. El ritmo televisivo exigía que, en cuestión de minutos, esas rencillas tuviesen que estar resueltas, o al menos parecerlo. Para la periodista, ese era un ejercicio complicado psicológicamente.

"Era duro que te diesen caña y de repente un abracito en directo cuando te estás acordando de toda su familia. Y no voy a psicólogos porque les tengo mucho respeto", bromea, restándole importancia. Los días que había discusiones en plató, había también "mensajes de disculpas por las noches", algo que hacía llorar por segunda vez a la sensible colaboradora.

"Yo lloro más por los halagos que por las cosas malas", desvela. Por último, aprovecha para recordar que, con un presupuesto "mucho menor", el Deluxe conseguía cifras de audiencias mejores que De viernes, enfrentándose a La voz o al formato que fuese, ya sea en sábado o domingo. "El Deluxe era muy bueno y me duele que apenas se hable de él", concluye.