El equipo de emergencias del 112 recibió una llamada el martes 24 de diciembre cerca de las dos de la tarde. El aviso indicaba que había tres personas de origen británico fallecidas en una piscina de una urbanización de Mijas (Málaga). No entendían qué había podido ocurrir para que las todas murieran ahogadas a la vez. “Las circunstancias son raras”, decían los especialistas, que habían avisado de manera inmediata a Policía Local.

El suceso ocurrió sobre la 13.30 horas cuando, según testigos presenciales, una niña de nueve años tenía problemas para salir de la piscina y su padre entró para socorrerla. Pero él tampoco pudo abandonarla, por lo que el hijo de 16 años acudió a auxiliarlos y también resultó ahogado. Fuentes de la investigación han informado a Efe de que los cuerpos fueron rescatados por un empleado de la urbanización, quien también tuvo problemas para salir del agua posteriormente.

Una de las hipótesis que se ha querido investigar es determinar si se pudieron producir fallos en el sistema de succión, por lo que efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil inspeccionaron las instalaciones, hallando el gorro de baño de la niña fallecida en este mismo sistema de succión.

Sistemas de succión

El gorro se halló en la cesta del skimmer, donde habitualmente se depositan otros elementos que caen a la piscina como hojas o insectos, según han dicho a Efe fuentes próximas a la investigación, que han precisado que ello no implica que haya habido un problema en el sistema de filtración, por lo que la investigación sigue abierta.

Expertos citados por Sur explican como posible causa del suceso un fallo masivo en el sistema de filtrado de la piscina, habitualmente compuesto por tres elementos. El skimmer, que se ubica justo debajo del bordillo y recoge elementos superficiales; el limpiafondos, que se ubica a más profundidad; y el fondo, en el suelo de la piscina. Un improbable fallo conjunto de los dos primeros sistemas podría generar un fuerte efecto de succión por parte del último, detalla un instalador al citado medio.

La investigación, a cargo de la Unidad de Policía Judicial del Instituto Armado, mantiene todas las posibilidades abiertas. De hecho, los especialistas también tomaron muestras de agua y se afanan en recomponer como ocurrió la secuencia. Además, los médicos forenses también han reconocido a la hermana de la niña fallecida. Las mismas fuentes han explicado que se trata de una pieza fundamental que puede arrojar luz a la investigación, ya que se bañaba con la víctima justo antes de lo ocurrido.

Sin embargo, no presentaba signos de enrojecimiento en los ojos ni de irritación en los pulmones, lo que descartaría una intoxicación de los fallecidos por cloro. Otra de las hijas de la familia ha declarado que ninguno de los fallecidos en la piscina sabía nadar, informa Efe.

No obstante, en las pruebas que se habrían realizado durante la jornada del pasado miércoles no se habrían detectado fallos en las instalaciones. Desde el resort comunicaron a última hora que la Guardia Civil había certificado que la piscina cumple con todos los requisitos y que autorizó su reapertura.

De la misma forma, durante la mañana de este miércoles se practicó la autopsia a los cadáveres. Las primeras informaciones de la autopsia practicada al hombre de 53 años y a sus dos hijos de 9 y 16 apuntan a una muerte por ahogamiento, sin que en ninguno de los cuerpos se hallasen elementos extraños como signos de golpes o de intoxicación, por ejemplo.