Y tú… ¿Con cuántos asesinos en serie te has cruzado a lo largo de tu vida, y cuánto de ‘olvidables’ son? Lo que puede intuirse chistoso, loco o bárbaro fue el impulso que Peter Vronsky, el autor del libro Hijos de Caín, necesitó para adentrarse en el mundo de los monstruos.

El término ‘asesino en serie’ como tal no comenzó a utilizarse hasta 1981, aproximadamente con el descubrimiento del psicópata Wayne Williams. Sin embargo, el sadismo y desequilibrio mental que conlleva cometer estos actos, con tal rigor, está presente en las sociedades desde que el mundo es mundo.

Antes de los 80 era habitual denominarlo “asesino de desconocidos”, “asesinatos en patrón” o “multicidio”. Pero sería el agente y perfilador conductual del FBI Robert K. Ressler quien explicó que este tipo de actos le recordaban en cuanto a la descripción a unas películas en episodios cortos que se veían los sábados por la tarde en las décadas de 1930 y 1940: 'series de aventuras'.

Tal y como dice Vronsky en su libro: "Los espectadores volvían siempre al cine semana tras semana debido a que cada episodio tenía un final inconcluso, que solía denominarse 'el gancho'". De esta forma, Ressler entendía que era lo mismo que ocurría con los asesinos en serie, que al matar experimentan una tensión que les mantiene "engachados" al deseo de cometer otro asesinato que se acerque aún más a sus 'fantasías'.

Dorothe, Andrei, Samuel o Richard son algunos de los sencillos nombres que identifican a unas mentes terriblemente perversas y complicadas, capaces de todo. Actos de violación, tortura, mutilación, canibalismo o necrofilia. Esta es una selección de algunos de los asesinos en serie más crueles, fríos y honestamente 'originales' que recoge Peter Vronsky en su libro: 'Hijos de Caín'.