“Llevaba sin mover el coche una semana. Lo había aparcado donde siempre, en la calle, pero cuando fui a cogerlo empezó a hacer un ruido muy raro, parecía un tractor. Vino la grúa, lo levantó y vimos que el tubo de escape estaba cortado con una radial y me habían robado el catalizador. Lo denuncié a la Policía Nacional, y ellos me dijeron que últimamente tenían un montón de denuncias por el mismo tema”, relata Gonzalo Rus, residente en Madrid. Según explica, su seguro no le da cita para que el perito revise su vehículo hasta después de Reyes así que, si nada cambia, estará más de un mes sin poder utilizar el coche.

Fuentes policiales confirmaron a este periódico que en los últimos meses se ha producido un incremento de este tipo de robos en Madrid, pero lejos de la capital la situación es la misma. Sin ir más lejos, en las últimas semanas los periódicos digitales Diario de Sevilla y Málaga Hoy han alertado de “oleadas” de robos en sendas ciudades. Y haciendo una búsqueda rápida es fácil encontrar noticias parecidas en gran parte del país. 

“Tanto la Policía como el mecánico de la grúa me dijeron que, por lo que están viendo, los coches que más roban son los Toyota y los Volkswagen Polo. Y me avisaron de que ahora en Navidades va a haber muchos más casos”, añade Rus. Al parecer, algunos de los nuevos modelos de Toyota llevan incorporado los llamados catalizadores dobles, que son aún más valiosos que los normales, por lo que la marca japonesa se ha convertido en una de las favorita de los ladrones. 

Los taxistas, los más perjudicados

Los taxistas detectaron el incremento de este tipo de robos hace unos seis meses. Según explican, desde hace un par de años Toyota es la marca número uno en ventas de taxis en nuestro país, por lo que en muchas ocasiones ellos mismos están siendo víctimas de estos hurtos. Y señalan un modelo en concreto como el que más robos acumula: el Toyota Prius Plus.

“Los taxistas, sobre todo de Madrid, lo están pasando mal con este tema”, explica Magno Castillo, que forma parte del gremio. Y su compañero Alfonso Campos añade:  “Toyota ya no tiene catalizadores originales en stock, se les han agotado por la cantidad de robos que ha habido. Ahora mismo hay una lista de espera de un mes y medio para que te den uno nuevo. Así que si nos lo roban tenemos que elegir entre estar ese tiempo sin trabajar o instalar un catalizador que no sea original, que suelen dar muchos fallos y provocar averías en el motor”. 

Por ello, muchos taxistas están optando por proteger sus vehículos. Campos explica que existen dos métodos: instalar un sistema de varillas en el tubo de escape o colocar un cubre catalizador, aunque ésto último impide que se disipe bien el calor, y en teoría no está permitido para que el vehículo pase la ITV. “Pero aún así, muchos prefieren hacer eso a pagar los 1.300 euros que les puede costar un catalizador nuevo”, afirma Campos. 

¿Por qué son tan valiosos los catalizadores? 

En muchas ocasiones, los responsables de estas sustracciones son auténticas bandas organizadas, que posteriormente revenden los catalizadores en el mercado negro. Sin ir más lejos, hace apenas unos días Europa Press informaba que la Policía Nacional había detenido en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca a dos individuos, tras detectar un comportamiento inusual en ellos. En el interior de su vehículo localizaron seis catalizadores y herramientas como un cortatubos de escape y un gato elevador.

Los catalizadores son un elemento situado en la parte de abajo de los vehículos, a mitad del tubo de escape, y su objetivo es reducir la emisión de los gases contaminantes que expulsa el motor a la atmósfera. Para ello constan de un panel de cerámica que tiene un recubrimiento de tres metales preciosos: paladio, rodio y platino. Éstos, al entrar en contacto con los gases tóxicos generan gases nobles o inertes, que son menos dañinos. Y son precisamente esos materiales los que le otorgan su gran valor. 

La empresa SilverGold hace una evaluación en tiempo real del precio de algunos metales preciosos, entre ellos los tres presentes en los catalizadores. Según sus datos, el gramo de platino se paga a 31,27 euros, el de Paladio a 58,39 euros, y el de Rodio se dispara hasta los 405,10 euros. Por poner en contexto, el oro cuesta unos 54,69 euros por gramo, aunque todos estos precios fluctúan diariamente, normalmente de manera leve.

La industria automovilística consume el 80% de toda la producción del metal rodio para los catalizadores de los coches. Históricamente ha sido uno de los más caros del mundo, y debido al gran uso que tiene y a su rareza parece probable que el precio siga subiendo en un futuro. Se consigue a través de la extracción del platino, así que no es muy común. Por eso se lo considera el metal precioso más caro del mundo”, explican en la página web de SilverGold.

Cabe mencionar que los catalizadores son obligatorios en todos los vehículos de gasolina desde 1993, y desde 1997 también en los diesel, por lo que, en caso de no contar con ellos, el vehículo no pasaría la ITV.

¿Cómo roban los catalizadores?

En agosto de este año, la Policía Nacional de Logroño inició una campaña para evitar estas sustracciones, que ya habían detectado que estaban en auge. En una nota de prensa recogida por Europa Press, explicaron que el robo de los catalizadores es un procedimiento “sencillo”, que consiste únicamente en soltar los tornillos que lo unen al tubo de escape y al silenciador. Pero, dado que el objetivo de los ladrones es venderlo posteriormente, y no reutilizarlo en otro vehículo, la opción más "rápida y eficaz" que suelen utilizar es directamente cortarlos con las herramientas apropiadas. 

Aunque, según explicaron, la mayoría de estos robos se llevan a cabo “de noche y en lugares urbanos destinados al estacionamiento de vehículos, como aparcamientos, descampados, zonas periféricas o polígonos industriales”, lo cierto es que pueden producirse en cualquier circunstancia. “Yo le vi las orejas al lobo cuando le robaron a dos compañeros míos el catalizador el mismo día. Uno lo tenía aparcado en el garaje y otro en la calle, y vivían uno de otro a 40 kilómetros de distancia”, concluye Campos, que ya ha instalado un sistema de varillas para proteger su taxi.