Una madre reclama "justicia" por la supuesta "cacería" contra su hijo encerrándose entre los muros de una parroquia. El sainete de tintes berlanguianos en el que ha desbarrado la resistencia numantina de Luis Rubiales a dejar su cargo y renunciar a su astronómico sueldo tras el beso a Jenni Hermoso ha superado las fronteras de España, ocupando también las portadas de los medios internacionales.

Los tabloides británicos han sido de los primeros en caer en la tentación. El Daily Star abría este martes su edición impresa con un "Some mamas do 'ave' em" en honor a una comedia que cosechó popularidad en las pantallas de Reino Unido en la década de 1970. Lo enmarcaba con un “Peak cringe” -"vergüenza máxima", en inglés- que resumía el sentir compartido en las redes sociales. "Es una historia global y una gran historia. Además de que es agosto y no hay mucho más de lo que escribir", reconoce a El Independiente Nick Pisa, periodista del Daily Mail entre la barahúnda que este martes deambulaba por las inmediaciones de la iglesia Divina Pastora de la localidad granadina de Motril.

Entre Berlanga y Almodóvar

Pisa, de raíces italianas, fue junto a uno de los fotógrafos del rotativo uno de los reporteros más madrugadores en desembarcar en la Costa Tropical. Volaron el sábado, un día después de que Rubiales se negara a dimitir y anunciara desafiante su decisión de tomarse unas vacaciones en su ciudad natal, desde Londres hasta Málaga. Y desde el lunes narraron al minuto -"al más puro estilo Almodóvar", como lo catalogó en redes el también periodista británico Jeremy Cliffe, tal vez pensando en un personaje digno de Chus Lampreave- la resolución de Ángeles Béjar, madre de Rubiales, de atrincherarse al amparo de "Pastora fortaleza de los justos", como reza la verja que jalona el acceso al patio del santuario.

Abren la puerta de la iglesia Divina Pastora donde se encuentra la madre de Rubiales rodeado de medios de comunicación.
Abren la puerta de la iglesia Divina Pastora donde se encuentra la madre de Rubiales rodeado de medios de comunicación.

Vergüenza máxima, lo calificaba un tabloide británico

"Es una historia que capta la atención porque toca muchos aspectos sensibles", arguye el periodista británico entre el tumulto de los equipos de las televisiones nacionales, que este martes trataban con cierta desesperación de mantener la atención con unos audios de whatsApp enviados por Ángeles a una de sus amigas. "Mi jefe me ha dicho que esto empieza a aburrir a la audiencia, pero no sé lo que buscar", reconocía una reportera entre la sucesión de directos en los que se repetían frases cada vez más vacías y lugares más comunes.

Al calor de unos hechos propios de la ficción más disparatada también acudió Joana Rita de Almeida, periodista de la CNN portuguesa. Llegó desde Faro a primera hora del martes. "Hay un interés internacional por este tema y la proximidad también explica nuestra presencia", señala la joven reportera. Lisboa tiene, entre otros motivos, una razón de peso: el vecino ibérico comparte con España y Marruecos la candidatura para albergar el Mundial de fútbol de 2030, una apuesta que puede quedar maltrecha por el escándalo de la última semana y el descrédito de la federación española.

"Es que en el mundo están flipando con lo que está pasando en España", decía en español Dermot Corrigan, el corresponsal de La Liga de The Athletic, la web de información deportiva que el New York Times adquirió el año pasado y que reforzó el mes pasado con su decisión de desmantelar su histórica sección de Deportes. "Una huelga de hambre, protestas en la iglesia y el día en que los muros se cerraron sobre Luis Rubiales", tituló Corrigan su crónica desde Motril. "Desde la final y el beso de Rubiales nadie ha entendido fuera lo que está pasando. Ni siquiera han caído bien los comentarios que ha hecho tratando de defenderse", agrega.

Refugiada en la sacristía

Motril, de 60.000 habitantes, se ha convertido desde el pasado fin de semana en un centro de atracción de periodistas. Mientras en Madrid los hechos se sucedían sin tregua, desde la ofensiva gubernamental y judicial para apartarle hasta los movimientos internos en la federación para obligarle a dimitir, en la ciudad su núcleo de incondicionales -desde parientes a amigos- trataba de salvarse de la onda expansiva. El lunes, tras un fin de semana marcado por cancelación del partido que Rubiales debía compartir con algunos amigos y también la manifestación convocada por colectivos feministas, su madre entraba en escena. "El lunes, antes de encerrarse en la iglesia, nos dijo que está preparada para morir. Es un gesto extremo", asevera Pisa, seducido por el relato.

Es que en el mundo están flipando con lo que está pasando en España

"No creo que esto pudiera ocurrir en Inglaterra. Digamos que los españoles sois más apasionados. Los británicos damos la impresión de ser muy rígidos, muy distantes, muy reservados. Así que no creo que no hubiéramos llegado a esto", opina el periodista, que -como el resto de homólogos españoles- se preguntaba a última hora del martes por los designios de la cobertura. Poco después, la misa prevista para las 8 de la tarde se celebraba sin la presencia de Ángeles y su cuñada -ambas en huelga de hambre- entre los parroquianos. La madre atendió brevemente a los medios alojada en la sacristía del templo mientras en las redes algunos maldecían el daño propinado a la marca España. "Solo quiero que se diga la verdad, ella sabe que mi hijo es muy honrado", declaró Béjar, decidida a permanecer en el inmueble "hasta que el cuerpo aguante".

"Mi editor nos dijo: id y ved lo que podéis averiguar. No sabíamos lo que íbamos a conseguir y, de repente, saltó al noticia de que Ángeles había iniciado una huelga de hambre", admite el periodista británico. Enfilando el camino hacia la la tercera jornada de un vía crucis transfigurado en una mediática retransmisión, Pisa no duda: "¿Cuál es le plan? Quedarnos aquí y ver qué dice ella". "En todo el mundo nos sorprende lo que hizo Rubiales y también su reticencia a aceptar que lo que hizo estuvo mal. Es cierto que estaba en la euforia de lo que había sucedido, pero tal vez debería haber mostrado un poco de moderación. Un beso en los labios no es lo mismo que uno en la mejilla o la cabeza".