El día 31 de diciembre Gijón no solo se despidió del 2023. También dijo adiós a Pablo Ferreira, que falleció un mes después de haberse convertido en un personaje ilustre del centro de la ciudad. Este asturiano, camarero de profesión de 47 años cuyos problemas económicos le habían dejado sin un techo donde cobijarse, se fue dejando atrás una historia difícil de olvidar.

Dormía en un portal, y después de su fallecimiento todavía el día 1 de enero estaban sus cosas en la calle como si se hubieran olvidado de ellas. Pero en noviembre, este hombre había sido noticia. En un acto de generosidad desinteresada ayudó a un policía que, practicando surf, se había lesionado gravemente la espalda.

El héroe humilde

Después de que sacaran del agua al policía, también de 47 años, estaba helado de frío y tiritando mientras esperaban a la ambulancia. Pablo Ferreira quiso ayudar. Cogió sus pocas pertenencias, su saco de dormir y su manta, y se las puso por encima al surfista.

Él le quitó importancia: "La verdad es que no lo pensé y creo que cualquiera hubiese hecho lo mismo por mí. Otra gente ayudó también. Pero tiritaba de frío y yo era el único que tenía esto a mano", aseguró entonces.

Una surfista con fuerte oleaje al fondo en la Playa de San Lorenzo este lunes, 1 de enero.
Una surfista con fuerte oleaje al fondo en la Playa de San Lorenzo este lunes, 1 de enero.

Un policía que había destapado la trama de Villarejo

A Pablo Ferreira le dio igual que el lugar donde dormiría esa noche se quedara mojado, incluso teniendo en cuenta las bajas temperaturas nocturnas tan cerca del Cantábrico.

Fue un tema muy comentado en Gijón, y la información duró varios días porque el accidentado resultó ser uno de los policías que había destapado la trama de Villarejo, tal y como publicó La Nueva España. Aunque no quería protagonismo, el humilde héroe de la escalera 9 de la playa de San Lorenzo de Gijón ganó cierta relevancia entre los vecinos.

Falleció a causa de una parada cardiaca

No era casualidad verle por la zona. En la escalera 9 se encuentra el bar Solimar, un clásico en el barrio, regentado por Jorge García, un hombre a quien Ferreira conocía desde niño. Allí se había hecho sus amistades, y varios vecinos ayudaban como podían a este hombre que vivía en la calle y dormía en un portal desde hacía solo unos meses.

Fue precisamente en este local donde fue atendido por los servicios de urgencias este sábado 30 de diciembre. Acudieron ante la llamada del dueño de la cafetería, que le vio mal aspecto después de varios días con una infección respiratoria y se preocupó al verle ir al baño.

Imagen del bar Solimar visto desde la calle.
Imagen del bar Solimar visto desde la calle.

"Cuando llegaron los sanitarios, ya tuvieron que reanimarle. Les estoy muy agradecido: lo intentaron los cuatro, a turnos, durante un buen rato. Y lo hicieron sin asco, sin reparos de ningún tipo. Hicieron todo lo posible", asegura Jorge García, que regenta el bar, a LNE.

Se lo llevaron al HUCA con el diagnóstico de parada cardiorrespiratoria, donde desgraciadamente falleció horas antes de Nochevieja. Un triste desenlace para un hombre que solo hace unas semanas se había convertido en una pequeña celebridad local.