Los Reyes están hoy en Cataluña con sus hijas para la entrega de los Premios Princesa de Gerona, que se han celebrado este lunes por la tarde en el auditorio de Cornellà de Llobregat. Junto con la entrega de los premios Princesa de Asturias, éstos que ha entregado hoy son una de las citas más importantes del calendario de Leonor desde el 2019, cuando participó en ellos por primera vez y sorprendió a todos los presentes con un discurso en catalán (con un acento magnífico, por cierto).

Los Reyes han llegado hoy, pero sus hijas ya estaban desde ayer en Cataluña y se las vio ayer en Gerona, territorio nada fácil para la monarquía dado que es el epicentro del movimiento independentista. Leonor, de hecho, nunca había pisado esta tierra a pesar de ostentar el título de Princesa de Gerona desde junio de 2014, cuando su padre fue proclamado rey y ella adquirió automáticamente todos los títulos del heredero o heredera a la Corona, muchos de ellos catalanes (princesa de Asturias, de Gerona y de Viana, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer). Las turbulencias políticas en la zona hicieron desaconsejable que la familia real fuera a Gerona hasta tal punto que la celebración de los Premios Princesa de Gerona se solían celebrar antes de la pandemia en Barcelona. Eso sí, rodeados de extraordinarias medidas de seguridad.

Visita al Museo Dalí de Figueras

Este año también la entrega en sí se hace en el Área Metropolitana de la ciudad (en Cornellà de Llobregat, uno de los municipios más socialistas que hay en Cataluña, por cierto), pero desde Casa Real se pensó en hacer un gesto --muy arriesgado-- y se envió ayer a la princesa Leonor y a su hermana, la infanta Sofía, a visitar Gerona. Por eso de mantener un perfil bajo, los Reyes no las acompañaron. Las dos princesas visitaron el Museo Dalí de Figueras y se reunieron con jóvenes de su edad para participar en unos programas que impulsa la Fundación Princesa de Gerona.

No fue una visita fácil y, a las puertas del museo, se acumularon decenas de manifestantes que no dudaron en abuchear a las hermanas. Fue un momento caótico donde se escucharon tantos silbidos como aplausos, pitidos como palmas. Leonor, impertérrita, debió pensar que aquello eran gafes del oficio y saludó con una gran sonrisa.

Curso de programación en Barcelona

Esta mañana hemos podido volver a ver a Leonor y Sofía, esta vez ya en el Palacete Albéniz de Barcelona, la residencia oficial de los Reyes en la ciudad condal. Como ya es tradicional, los Reyes y sus hijas se han reunido con los premiados de las ediciones anteriores y han participado en talleres. Esta vez, se trataba de un taller de programación impartido por el fundador de Code.org, Hadi Partovi. Este señor ha desvelado que las dos princesas han estado muy activas en el taller y que han preguntado mucho.

Una de las mejores apariciones de Leonor

Por la tarde, sobre las siete y media, veíamos a la familia real en pleno llegar al auditorio Àgora de les Aigües AGBAR, en Cornellà. Leonor ha aparecido radiante con un traje azul cielo con escote barco cruzado y falda de vuelo por debajo de la rodilla. Por lo que ya se sabe, el modelo es de la firma Miphai. Los zapatos, de color beige, eran de Carolina Herrera. El pelo lo llevaba recogido en un moño alto y portaba unos pendientes de diamantes y aguamarinas. Es el vestido más de adulta que le hemos visto hasta ahora a Leonor y no podemos dejar de aplaudirlo.

Su hermana, la infanta Sofía, también iba perfecta con un traje de líneas muy moderno con una blusa larga asimétrica y unos pantalones sastre.Todo confeccionado en crepe de seda de color entre beige y blanco roto. Después de que nos hubiéramos quejado varias veces de que las dos hermanas solían acudir a los actos con trajes muy aniñados --y algo casposos, para qué nos vamos a engañar--, hoy nos han sorprendido gratamente con looks perfectos para dos adolescentes. La reina, por cierto, también iba de estreno, con un traje en azul marino de falda de tubo y escote asimétrico semi palabra de honor con una decoración en forma de collar.

La ceremonia, que ha durado casi una hora larga y que ha contado con la participación de numerosos jóvenes que habían ganado los premios en ediciones anteriores, ha llegado a su momento álgido a las nueve menos cuarto, cuando los Reyes y sus hijas han subido al estrado a entregar los premios de este año. Por primera vez en la historia de los premios, las cinco premiadas han sido todas mujeres. Estaban Eleonora Viezzer, investigadora y física; Elisenda Bou-Balust, ingeniera experta en inteligencia artificial; Claudia Tecglen, premiada por su contribución social a través de la asociación para ayudar a las personas que sufren trastorno de espasticidad; Trang Nguyen, activista medioamiental; y María Hervás, dramaturga y productora.

Los discursos

Pocos minutos después, la princesa Leonor subía de nuevo al estrado para pronunciar su discurso. Ha sido un buen discurso --breve, sin palabras de más, muy centrado en agradecer la labor de los premiados--. Ha destacado, eso sí, que hablase este año bastante más en catalán que otros años. Sigue con una pronunciación magnífica y también se nota que está mucho en la fluidez con el inglés.

Acto seguido, ha hablado el rey, el cual ha comenzado con un comentario divertido (¡bien!). También ha comenzado --y ha hablado durante un largo rato-- en catalán (hay que reconocer que Leonor lo habla mucho mejor), pero en Cataluña se agradecen estos gestos. El rey se ha centrado en un mensaje claro: la importancia del talento de los jóvenes como principal activo de futuro. Ha sido un buen discurso: directo, con gestos espontáneos y frases más cortas. La única pega es que, quizás, ha resultado un tanto largo y que quizás no hacía falta detallar tanto los diferentes programas que impulsa la Fundación Princesa de Gerona.