"¿No cree usted que ya es hora de despedirse del siglo XIX, señor Sorolla? —¡Y a mí qué me importan los siglos! Que te vaya bien, Pablito". Así concluye la hipotética conversación entre Joaquín Sorolla y Pablo Picasso que imagina en su cabeza (y en el papel) César Suárez en su libro Cómo cambiar tu vida con Sorolla (Lumen). Precisamente con esa idea de atemporalidad transcurre esta original historia sobre uno de los mejores pintores españoles de todos los tiempos. "No quería hacer una biografía de una vida disecada, me parecía aburrido. De ahí el título (mi hijo dice que parece que lo he sacado de un tutorial de Youtube), jugando irónicamente con esto de la ayuda emocional, pensando en Sorolla como un referente y un modelo", explica Suárez.

Con apariencia de libro de autoayuda, esta biografía ficcionada explora la figura del pintor de la luz desde una prisma tan libre como personal, donde los géneros fluyen sin llegar a cerrarse del todo. Capítulos que pueden leerse de manera desordenada, cuyos títulos van desde Cómo ser tú mismo a Cómo mantener el amor toda la vida, fórmulas que parecen salidas de una guía de desarrollo personal o coaching. El libro también incluye Dos encuentros improbables pero posibles con Proust o Picasso, constituyendo todo ello no solo un acercamiento al personaje, sino también un retrato de sus emociones, de su época o su forma de entender el arte y, con ello, su vida.

"No es que fuera un ejemplo de comportamiento o de virtudes, pero sí es un tipo con muchas facetas en las que mirarse: el éxito, la lealtad a los amigos, a su mujer, su dedicación, su naturaleza optimista" aclara el escritor.

Y es que, ¿cómo no va a ser interesante la vida de un hombre que vivió la Belle Époque, que triunfó con su pintura en Nueva York, París y toda España, que viajó por todo el mundo en un tiempo en el que los cimientos de lo conocido estaban saltando por los aires? La efervescencia del cambio de la historia en estado puro contado desde la perspectiva vital de uno de sus grandes protagonistas.

"Lo que me gusta de la historia y lo atractivo de leer las vidas de otros es ser capaz de mirarte en ellos, pensar en cómo hicieron lo que hicieron y qué hubieras hecho tú en su lugar. Fantasear con el condicional, el: ¿qué hubiera pasado si...?". En Cómo cambiar tu vida con Sorolla, César Suárez se toma todas las licencias habidas y por haber: escribe desde la propia voz del artista o desde la de su mujer, simula conversaciones íntimas, imagina encuentros con grandes personalidades de la época y recrea un tiempo pasado en plena ebullición en base a una documentación rica y exhaustiva y, sobre todo, a un atrevimiento lúcido y sin complejos.

Retrato Joaquín Sorolla
Retrato Joaquín Sorolla Museo del Prado

Entre tanta pirueta temática y estilística, cuesta conservar la esencia de la realidad, algo que el autor ha mantenido presente en todo momento. "Lo que más me preocupaba era que perdiera la veracidad o la rigurosidad de que lo que se está contando es la vida de una persona que vivió de verdad. Tampoco te puedes inventar todo y dar lugar al engaño de que la gente piense que se encontró con Picasso o tuvo la conversación que tiene en el libro con Galdós. Pero cuando ves los retratos de Sorolla dices: '¿Y de qué hablaría cuando estuvo ahí con Galdós cuatro horas delante? ¿Qué harías tú si tienes a Baroja o a Unamuno delante?'".

El optimismo del artista que pintó la España luminosa en su época más negra

Una de las cosas que más se le echó en cara a Sorolla desde la generación del 98, sobre todo Pío Baroja o Miguel de Unamuno, es que pintaba "una España irreal". Sus cuadros reflejan un país lleno de luz y color, donde la gente derrocha alegría y ganas de vivir, mientras los intelectuales seguían dando vueltas a la crisis nacional que supuso la decadencia española tras el 98. Pero Sorolla pinta lo que ve y lo que ve es eso.

"No era un intelectual, sobre todo porque era mucho más pasional, vehemente y no aguantaba la especulación. Esto de tener charlas en cafés durante horas y horas sobre España para arriba, España para abajo, el progreso, la monarquía, la República..., le parecía una pérdida de tiempo porque le robaba tiempo a su pintura y esa era su única pasión en la vida".

Su naturaleza optimista no significaba que todo fuera un mundo de luz y de color en la vida del pintor valenciano. "Sorolla era una persona que tendía a la hipocondría, a desbordarse emocionalmente. Muchas veces lloraba viendo un paisaje o el mar, le podía la emoción". Dice el autor del libro que la pintura le llenaba tanto que le desbordaba, produciéndole una ansiedad que superaba lo físico.

Aparte de hablar de sus encontronazos con sus contemporáneos del 98, el libro también aprovecha para introducir el choque generacional entre dos maneras distintas de entender el arte gracias al hipotético encuentro con Pablo Picasso en el Louvre. "El mundo de Sorolla está muriendo mientras el de Picasso lo está haciendo desaparecer con la llegada de las vanguardias", indica Suárez. Un reflejo de esa indiferencia del valenciano por las nuevas modas de su época.

Joaquín y Clotilde, un amor para toda la vida

Clotilde García del Castillo fue la mujer del pintor y una persona capital en el desarrollo vital y artístico del pintor. "Es una pieza fundamental en su vida, la parte femenina que le da el equilibrio emocional que necesita, una mujer a la que adoraba con incansable pasión".

Archivo fotográfico de Sorolla
Clotilde y Sorolla (Jerez de la Frontera, 1870 - Madrid, 1936).

Por eso, uno de los capítulos más importantes en ese recorrido a través de los pilares más importantes en la vida de Sorolla está dedicado en exclusiva a la capacidad de mantener el amor para toda la vida. "¿Quién no quiere mantener el amor durante toda su vida?, ¿quién no idealiza el amor que nunca se acaba?", reflexiona Suárez. Una proeza cada vez más complicada de conseguir (si es que alguna vez no lo fue), que Joaquín y Clotilde supieron materializar gracias a un amor incondicional y sincero.

Rejuvenecer a Sorolla en su centenario

En el año de su centenario, este libro refresca el recuerdo de un artista cuya historia merece tanta atención como su obra. "Mi idea era rejuvenecerle en el sentido de darle vida, acercarme a él sin usar etiquetas, como una persona atractiva y muy viva para meterme en su piel. Además, creo que no se ha contado con con la pasión que él tenía al pintar, siempre he leído que era muy frío o muy analítico y por eso también quería cambiar eso y transmitir su pasión por la vida".

El debut literario de César Suárez (Madrid, 1975), redactor jefe de Cultura en Telva, es un homenaje al artista que supo equilibrar talento, trabajo y pasión; que nunca perdió la confianza en sí mismo; que no sucumbió a las tentaciones de su época y que siempre supo hacia dónde quería ir. Una demostración de que, a pesar de cumplirse 100 años de su muerte, es posible encontrar hoy en Sorolla un referente sobre el que construir un modelo de vida.