Este mes llegaba a la plataforma Netflix la película polaca 365 días, que narra la historia de una mujer que cae en las garras de un jefe mafioso y es encerrada durante un año, plazo que le da para que se enamore de él. El largometraje, que es actualmente el segundo título más visto en España, ha sido acusado de normalizar los abusos sexuales por varias asociaciones. Ejemplo de ello es el comunicado que ha emitido la organización feminista Pro Empower, donde se exige la retirada del servicio de streaming al considerar que fomenta "la cultura de la violación".

"Esta carta abierta destaca el peligro de contar con una película como 365 días en su plataforma de emisión", publicó la organización en su perfil de la red social Twitter. En este mensaje, que está especialmente dirigido a Netflix, se pide igualmente la supresión de la imagen en miniatura de la serie creada por la plataforma, White Lines, en la que su protagonista (Tom Rhys Harries) aparece estrangulando a su novia (Zoe Mulheims) en una piscina. Además, la escritora Anna Fearon denuncia que este fotograma "promueve el estrangulamiento no letal" y criticó la "tendencia a glorificar la violencia masculina" que sigue la plataforma.

En caso de no retirar la película 365 días y la serie White Lines, Pro Empower sugiere a Netflix proporcionar "una advertencia de activación adecuada, que reconozca cómo la película puede alimentar la cultura de la violación, o considere eliminar la película por completo", puede leerse en su comunicado.

También señalan que aunque el largometraje polaco forma parte de la sección de cine romántico de la plataforma, lo que en realidad se encontrarán sus espectadores son "actos de agresión sexual, control coercitivo, masculinidad tóxica y Síndrome de Estocolmo, sólo por nombrar algunos de sus temas". Anna Fearon, quien sufrió abusos sexuales, contó a la revista FEMAIL que le gustaría "ver que Netflix no compre ninguna película que glorifique, promueva y convierta en algo romántico la violencia masculina, punto final".

"Le dan a la gente la idea de que la violencia masculina está bien y es aceptable, siempre y cuando el protagonista sea candente", sugiere la autora, haciendo alusión a 365 días y a White Lines. "El mensaje que envían este tipo de películas es: los hombres pueden infligir dolor y tortura a las mujeres y las mujeres deben ser sumisas".

Anna Fearon confiesa que, habiendo experimentado estrangulamiento no fatal, tortura, violación y asalto sexual tantas veces (he perdido la cuenta) puedo decir que no hay nada romántico o de glamour en ello. Lo único que hay es destrucción. Y deja a las víctimas como yo con estrés postraumático y pensamientos suicidas". "Quiero ver un mundo donde películas como esta hayan muerto porque son perjudiciales para la sociedad", concluye.

Las comparaciones con Cincuenta sombras de Grey

Muchos de los usuarios de redes sociales, han confesado que 365 días les recuerda a la trilogía de Cincuenta sombras de Grey. A estas afirmaciones ha contestado el director de fotografía del thriller erótico de Netflix, Bartek Cierlica: "No sé si sentirme ofendido o halagado", contó en Variety. "La película y el libro erótico escrito por Blanka Lipinska en el que se basa, es una especie de cuento de hadas para mujeres adultas, una interpretación moderna de la historia de La bella y la bestia", detalló.

Cierlica confesó que "la historia es en cierto modo cercana a Cincuenta sombras de Grey, puesto que las dos cuentan con un hombre guapo y rico que abre la puerta a una nueva vida y experiencias sensuales para la heroína". Sin embargo, el entrevistado señala que "en 365 días, la heroína es mucho más fuerte y más emancipada que las chicas de los viejos cuentos de hadas".

En su día, la película Cincuenta sombras de Grey fue igualmente polémica. Durante la premier de la misma se presentaron varias activistas, que a modo de protesta denunciaron que las novelas de E.L. James "idealizan el abuso y ensalzan a una persona abusiva". Este grupo de activistas, llamadas 50 Shades is Domestic Abuse (50 sombras es abuso doméstico), llegaron a las puertas del cine de Londres donde se presentaba la cinta, con carteles y pancartas que clamaban contra la actitud de abuso adoptada por Christian Grey.