El president de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, ha afirmado este miércoles que "la suspensión de las Fallas supone para Valencia la pérdida de 700 millones" de euros y ha asegurado que el Govern de la Comunidad Valenciana intentará "minimizar" un daño económico, que "será inasumible", después de que ayer anunciase la cancelación de estas fiestas, que iban a tener lugar del 15 al 19 de marzo próximos, a causa de la epidemia del coronavirus .

Puig ha recalcado en una entrevista en Las mañanas de RNE que más allá del impacto económico que va a repercutir en la región, también hay un "impacto emocional, sentimental e identitario", ya que "muchas personas trabajan durante todo el año de cara a las Fallas".

El president ha alertado del "riesgo de contagio en unas fiestas en las que se concentran centenares de miles de personas" y ha confesado haber tenido que suspender estas fiestas ha sido "una decisión triste y muy dolorosa, pero necesaria". "Siempre hay que primar el interés general y la salud", ha destacado.

El socialista se ha escudado en que las cuestiones relativas a la celebración de las Fallas y de las fiestas de la Magdalena en Castellón deben adoptarse desde el "ámbito local", en las juntas de fiestas de estas localidades. "Ellos son los que tienen la responsabilidad finalmente para decidir cuándo y en qué condiciones" se celebrarán estos eventos, aunque ha destacado que "la Generalitat quiere ayudar y colaborar para que este año se celebren las fiestas" en Valencia y Castellón.