La expansión del nuevo coronavirus de Wuhan supone un rato sanitario global que está poniendo a científicos e industria en la búsqueda de la vacuna. No obstante, los plazos son largos y la posibilidad de inmunización es un reto que se ve aún a lo lejos. “Una vacuna no es un producto que se genera de un día para otro. Se necesitan varios meses para tener candidatos vacunales, que antes de ser autorizadas para el uso farmacológico en humanos necesitan pasar por fases de control que permitan comprobar su eficiencia y eficacia”, indica Sonia Zuñiga, investigadora del grupo de Coronavirus del CNB-CSIC.

Preguntada sobre si llegará la vacuna en este brote, la investigadora se centra en los fármacos antivirales. “Gracias a trabajos previos realizados por grupos de investigación en EEUU sobre compuestos antivirales que sirvieran para tratar infecciones con los virus SARS y MERS, ahora se está utilizando uno de esos compuestos para tratar a pacientes infectados con el nuevo coronavirus”, explica.

En su centro, que dirige el científico Luis Enjuanes, consiguieron desarrollar una primera vacuna contra el SARS en 2014, que perfeccionaron en 2016. No obstante, la vacuna no llegó a comercializarse porque el virus – que había surgido en 2002, desapareció y no ha vuelto a dar ningún caso.

No obstante, distintos grupos científicos se han puesto a la carrera por desarrollarla y en el propio Grupo del CSIC también se han puesto manos a la obra. “Para poder trabajar con este virus, lo primero es conseguir los permisos administrativos. En primer lugar, se solicitan a la comisión de bioseguridad del CNB y después en el ministerio correspondiente. Estos procesos pueden llevar alrededor de 2 meses”, explica Zuñiga.

Para la espera, al menos de momento, Zuñiga cree que hay que mantener un nivel de preocupación “bajo, el único caso detectado en España corresponde a un paciente contagiado en Alemania, y los sistemas de control han funcionado perfectamente, el protocolo de actuación es el adecuado”.

También tranquiliza sobre la expansión del virus ya que reconoce que “los datos que apuntaban a que se podría transmitir antes de la presentación de síntomas no han sido revalidados. Con las secuencias disponibles en este momento (menos de 80) no parece que el virus esté mutando rápidamente”.

Las farmacéuticas europeas se movilizan

La Federación Europea de la Industria Farmacéutica Innovadora (Efpia) también está trabajando a través de la colaboración público-privada, según ha anunciado hoy, para intentar conseguir en tiempo récord un tratamiento eficaz para hacer frente a la actual epidemia de coronavirus.

De momento, han movilizado a las distintas compañías para que identifiquen qué tratamientos ya utilizados o en investigación podrían ser eficaces para frenar el brote de este virus y poner todos estos datos en común.

En concreto, la patronal europea ha pedido compartir las investigaciones tanto de herramientas diagnósticas y biomarcadores como de tratamientos aprobados o compuestos en desarrollo que podrían reutilizarse ahora para tratar pacientes con el coronavirus. También se ha pedido a los miembros de Efpia que identifiquen cualquier inmunoterapia que pueda ser relevante en el contexto del coronavirus. Los datos de secuenciación (patógenos, genomas…), líneas celulares, depósitos de biobancos, reservas virales y cepas que podrían usarse para apoyar el desarrollo o la validación de nuevos tratamientos también están en la lista de activos potenciales que se encuentran en la solicitud de la Efpia a todos sus miembros.