Hace poco más de un mes y medio, el 22 de enero, Sanidad informaba de que estaba preparando un protocolo ante posibles casos del nuevo coronavirus. Calificaba el riesgo de introducción del virus en España de "muy bajo". "El impacto para la salud pública, en caso de detectar un caso importado en nuestro país se considera muy bajo dado que, de ocurrir transmisión persona a persona del virus, ésta es limitada y se asocia a un contacto estrecho", decía el documento.

Este sábado la situación ha dado un giro de 180 grados. España cuenta con más de 5.000 contagiados y más de un centenar de muertes. Desde este 11 de marzo estamos ante una pandemia, como finalmente ha calificado la OMS al Covid-19, la enfermedad que provoca el virus SARS-CoV-2 y desde hoy, además, en Estado de Alarma por segunda vez en democracia.

En estas siete semanas, las autoridades sanitarias de todo el mundo, como las españolas, han afrontado el que ha sido probablemente uno de sus mayores retos para, como se sigue intentando, atajar la enfermedad.

La gestión española ha sido alabada y criticada. Uno de los últimos elogios se lo hacía el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, al presidente Pedro Sánchez en la tarde del domingo. "España ejemplifica la aproximación necesaria de los gobiernos para combatir el coronavirus".

Una calificación que no comparte la oposición, que ha denunciado "descoordinación" o que "el Gobierno va por detrás de los acontecimientos", como aseguraba este domingo el líder del PP, Pablo Casado.

Pero más allá de la discusión política, expertos en el ámbito sanitario o investigador hacen sus juicios sobre la gestión. Mientras que en las primeras semanas no se alzaron muchas voces, el agravamiento de la situación en los últimos días ha provocado reacciones. El pasado martes, cuatro sociedades científicas relacionadas con la medicina interna, de enfermos críticos, de urgencias y microbiólogos (muy relacionados con el manejo de pacientes con coronavirus) enviaban una carta a Fernando Simón - portavoz principal para el Covid-19 del Ministerio de Sanidad - ante su "preocupación por la evolución de la epidemia".

Firmada por los cuatro presidentes de las sociedades científicas, aseguran que es necesario preparar el sistema para "escenarios más desfavorables que los actuales, que deben ser contemplados cuanto antes" y piden "acciones contundentes". Demandan, fundamentalmente y "con gran urgencia", "garantizar la identificación (y aislamiento) precoz del mayor número posible de casos para lo que es necesario adecuar la capacidad y la estrategia diagnósticas y la adecuada protección de los profesionales sanitarios de los que depende la salud de la población, invirtiendo los recursos que sean necesarios". Piden, además, la creación de un Comité Técnico Permanente para relación entre las autoridades de Salud Pública y los profesionales del Sistema Sanitario.

Peticiones en la misma línea hacía este jueves la Organización Médica Colegial, que como prioridades solucionar las carencias del sistema, ampliar la capacidad diagnóstica con más dotación de pruebas y la necesitar de dotar al sistema y establecer presupuestos extraordinarios.

La puesta a prueba del sistema sanitario - saturado sobre todo en Madrid, donde se acumulan alrededor del 50% de los casos y un más alto porcentaje 82% de los enfermos graves - es el centro principal de las críticas aunque expertos como Guillermo Quindós, catedrático de Microbiología en la Facultad de Medicina del País Vasco, defienden que la respuesta está siendo "la adecuada para los recursos existentes".

Quindós defiende también la que ha sido otra de las principales críticas a la gestión pública del coronavirus y es el anuncio de medidas que inicialmente se descartaban, como el cierre de colegios en Madrid, Vitoria o La Rioja apenas dos días después de las concentraciones del 8 de marzo. "Es inevitable que las medidas se vayan tomando a medida que avanza el escenario. Lo que no se puede hacer es comentar las medidas que se plantean antes de tomarse, pues se generaría mayor confusión y alarma", afirma el experto.

Cauto también se muestra Adolfo García-Sastre, catedrático de Microbiología y director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes del Hospital Monte Sinaí en Nueva York, quien afirma que "en el modelo ideal, las medidas se deberían tomar basadas en datos reales. Pero se desconocen los datos reales. Se desconoce el número de infectados, porque muchos infectados transmiten y no tienen síntomas, y porque incluso los que tienen síntomas comienzan a transmitir antes de tenerlos". Por ello, el experto apela más a la responsabilidad individual como la forma de "ralentizar la transmisión tomando decisiones personales que limiten nuestros contactos". 

Los hospitales españoles, preparados ante posibles casos de coronavirus. EFE

El médico y experto en Salud Pública Joan Ramón Villalbí coincide con la necesidad de tomar medidas adaptadas a la evolución de la epidemia y entiende la incertidumbre generada al "ser inevitable que cuando se toman se desconoce hasta qué punto van a ser efectivas, pero se hace en base a la evidencia científica".

Para José Martínez Olmos, que fuera secretario general de Salud Pública durante la pandemia de gripe A, aún es pronto para evaluar la gestión en su conjunto. Cuando acabe. "En ese momento, con todos los datos en nuestro poder, se debe hacer un balance para reforzar lo que haya funcionado y mejorar y cambiar lo que no haya funcionado".

Para estos Villalbí y Martínez Olmos, la declaración del Estado de Alarma era una herramienta necesaria "para que el Estado se dote de la capacidad de actuar en las comunidades autónomas, porque aunque al inicio ha habido una aparente coordinación y armonía, ya en Madrid por ejemplo esta semana Ayuso lanzó críticas y creo que se están anticipando para actuar ante posibles actuaciones discordantes", indica Villalbí.