De vez en cuando, a Luz Marín se le entrecorta la voz a través de la llamada de whatsapp. Pero en seguida deja de notarse. “No sabía que tener un hijo iba a ser tan grande. Lo miro y me digo que no me voy a permitir llorar ni un minuto”, dice firme esta murciana que junto a su marido, Sergio Aznar, y su pequeño Sergio, forman parte del grupo de españoles que están atrapados fuera del país en medio de la crisis del coronavirus.

Su hijo Sergio nació por gestación subrogada el pasado 8 de marzo. El día de la mujer, mientras las manifestaciones recorrían España, horas antes de que comenzara la explosión de contagios y cuando muy pocos podían imaginar lo que se venía: Estado de alarma, cierre de fronteras y llamada de las embajadas a los españoles para volver al país antes del cierre de fronteras, entre los muchos cambios que han sacudido al mundo las últimas semanas.

Semanas que para Luz y Sergio son nada comparados con los 11 años que han pasado desde que decidieron convertirse en padres. Ella, víctima de un cáncer con 24 años, sabía que nunca podría quedarse embarazada. “Tuve la suerte de conocer a Sergio, que asumió mi situación y se casó conmigo en 2007. En 2009 entregamos los papeles de adopción en la región de Murcia y hasta ahora. De hecho, no hemos renunciado al proceso, pero en 11 años nos han llamado solo cuando caducaron los papeles, a los cinco años”.

Por eso a esta pareja se le abrió un nuevo camino de esperanza cuando se enteraron por unos amigos de la posibilidad de hacer un proceso de gestación subrogada en Ucrania. Fue en noviembre de 2017, cuando los procesos eran más ágiles que ahora (se endurecieron en junio de 2018, teniendo en cuenta que la gestación por sustitución o vientre de alquiler es una práctica ilegal en España).

Su coste, alrededor de 50.000 euros, no fue un impedimento: “Mi marido trabaja en banca y yo en el sector del transporte. Hemos trabajado toda la vida y hemos ahorrado. Ahora estamos aquí de vacaciones pero con miedo a perder nuestro empleo”; reconoce Luz, que está enviando un mensaje de socorro a España para poder acelerar su proceso de vuelta: “La embajada está pidiendo a todos los españoles que vuelvan, pero nosotros no podemos. Necesitamos un salvoconducto porque en Kiev hay estado de alarma y las administraciones están cerradas. La situación está poniéndose muy fea, en España y aquí. Sin cobertura sanitaria, ¿qué vamos a hacer?”

Por eso ellos, así como otras 20 familias españolas atrapadas en Ucrania han lanzado una petición al Gobierno ya que, según aseguran, la Embajada de España en Ucrania les ha ofrecido “respuestas genéricas” o pidiendo “información, sin especificar qué documentación requieren para poder tramitar los salvoconductos”.

Las 20 familias que firman un comunicado y entre las que se encuentran Luz y Sergio, denuncian que se sienten “desamparados, maltratados y agraviados comparativamente por parte de las Autoridades Consulares, máxime cuando ellos mismos están recomendando a través de redes y webs oficiales que todos los españoles que se encuentren Kiev hagan lo posible por regresar a España cuanto antes”.

Su indignación, añaden, es mayor porque “en otros países sí se están tramitando los salvoconductos para bebés sin pasaporte nacidos mediante Gestación Subrogada”. Estos permisos se están concediendo al menos en Estados Unidos, asegura Luz.

Estos padres recién estrenados se debaten entre los saltos que el corazón les da y la preocupación por estar lejos de los suyos durante esta crisis, además de su propia salud en un país donde no cuentan con cobertura sanitaria. “La agencia con la que hicimos la gestación también ha cerrado. Estamos atrapados, apelamos al corazón de quien sea… A Kiev le vamos a estar eternamente agradecidos, pero necesitamos volver a España”, concluye Luz.