El 32% de los españoles no se pondría la vacuna contra el covid. Esta es una de las principales conclusiones del estudio realizado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), una empresa dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación. Lo asegura en base a la encuesta que ha realizado sobre el coronavirus entre junio y julio, y que ahonda en la actitud de la población frente a la esperada vacuna y en el grado de cumplimiento de las medidas sanitarias.

Para la elaboración de la encuesta se ha estudiado el comportamiento de 2.100 personas procedentes de toda la geografía española. Estima que hasta un 23% de los encuestados es reticente a ponerse la vacuna. Y de los que se la pondrían, el 36% está a favor pero con alguna reserva, solamente el 32% se muestra totalmente favorable a ponérsela. Un 9% prefiere no responder.

El 32% de los encuestados que dice que no se pondría la vacuna desconfía de la rapidez con la que se están llevando a cabo las investigaciones para desarrollarla. Estas personas esperarían a la segunda o a la tercera vacuna que se desarrolle. Un 12,7% está preocupado porque la vacuna cause posibles efectos secundarios que pongan en riesgo la salud. Y otro 5,8% piensa que el riesgo de contagio es bajo. Una pequeña parte de los encuestados no se vacunaría porque cree que no será eficaz (3,7%), por motivos económicos (1,7%) o por confiar en que ya se ha superado la pandemia (1,6%).

Según el informe, la mayoría de personas que se muestran reacias a la vacuna son aquellas que cuentan con altos niveles de estudios (sobre todo primer ciclo universitario), las que tienen un alto nivel de ingresos, las que trabajan por cuenta propia (autónomos) y las que consideran gozar de un buen estado de salud. La edad no es un aspecto especialmente relevante sobre el parecer de la vacuna, aunque es cierto que se muestran más predispuestas las personas mayores que las jóvenes.

Pese a estos datos, el estudio sostiene que las vacunas gozan de un elevado nivel de aceptación entre la población española, solo alrededor de un 6% de la población las considera inseguras, y un 4,4% cree que no son realmente eficaces para prevenir enfermedades.

Cumplimiento de las medias sanitarias

Con lo que respecta al cumplimiento de las medidas sanitarias para prevenir el covid, el estudio elaborado por el FECYT asegura que ocho de cada diez españoles las cumplen, tanto el uso de mascarilla, la distancia de seguridad y el lavado de manos. No obstante, sostiene que uno de cada diez las incumplen de manera ocasional, e igualmente, un 10% reconoce hacer un seguimiento bajo.

De las tres medidas la más aceptada es el uso de la mascarilla, aunque es verdad que es la única cuyo incumplimiento acarrea una sanción, le siguen de cerca el lavado de manos y por último la importancia de guardar la distancia social.

Las personas que cumplen en mayor medida con los hábitos son las que padecen enfermedades crónicas y las que tienen una salud delicada. De la misma manera lo hacen los padres con menores a cargo. La edad, al igual que ocurre con el criterio sobre la vacuna, no determina el acatamiento de las precauciones sanitarias. El factor más importante para el cumplimiento es el entorno próximo que lo conforman la familia y amigos. La modificación de los hábitos es más grupal que individual.

Y por último el estudio indica que el cumplimiento de las medidas está determinado por la preocupación sobre la enfermedad y por la apreciación que hay de la efectividad de estas medidas (si realmente son útiles), tanto para protegerse a uno mismo, así como para evitar transmitir la enfermedad a otras personas.