A pocos días de que empiecen las clases, en el colegio Infanta Leonor hay un ambiente contenido. Con todo preparado, se echa en falta el barullo y la alegría de los niños que empezarán el martes su segundo inicio de curso en pandemia. Lejano queda ya, más para los pequeños, el confinamiento que nos mantuvo encerrados y sin clases durante tres meses.

Este colegio de infantil y primaria de San Agustín de Guadalix (al norte de Madrid) espera a sus 580 alumnos con las medidas de prevención del año pasado pero "más preparados". Así lo asegura el director del centro, Luis de Lara: "Ya hemos cogido experiencia. Si fue un reto el año pasado, este año es una continuación con más tranquilidad porque conocemos todos los procedimientos y la colaboración de los alumnos y las familias es estupenda".

El curso pasado fue considerado un éxito por toda la comunidad educativa. Las peores previsiones de contagios no se cumplieron y en ninguna semana hubo más de 45 centros cerrados en toda España, lo que supone el 0,2% del total. Ninguna semana se superó el 2% de aulas cerradas, según los datos del Ministerio de Educación.

Porcentaje de aulas cerradas durante el curso 2020-21

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Ministerio de Educación y Formación Presenciales. EIGráficos

Así fue también en el Infanta Leonor, donde la ventilación ha sido uno de los pilares en los que se ha basado la prevención. El centro cuenta ya desde el año pasado con 12 medidores de CO2 con los que controla la calidad del aire que respiran los alumnos para que el virus no pueda concentrarse. Los van rotando por las aulas. La Comunidad de Madrid compró en septiembre de 2020 5.000 medidores de CO2 que distribuyó por los centros. "Los medidores rotan y se van haciendo tablas de registro que sirven para llevar a cabo un plan de medición, la coordinadora Covid hace tres mediciones diarias. Al llegar, justo antes del recreo y justo antes de salir a comer. Así se va evaluando", explica la jefa de estudios, Arántzatzu Rodeiro.

Estos aparatos son sencillos, un dispositivo redondo que muestra el CO2 que se concentra en el aire en partículas por millón. "Es muy sencillo, dependiendo del nivel muestra una carita contenta si el aire está bien, una seria si hay que ventilar o una triste si es necesaria una ventilación urgente, una situación que no se dio en ningún momento el año pasado", añade Rodeiro.

El nivel óptimo se sitúa por debajo de 400, aceptable entre 500 y 700 y si llega o supera los 800 se requiere ventilación urgente, como explican los responsables de este centro. "El aparato se coloca estratégicamente en el punto más alejado de la ventilación y tener valores correctos", indica la jefa de estudios.

En el dispositivo, que se carga como un teléfono móvil, se marca también la temperatura y la humedad relativa. Uno de los mayores expertos en ventilación, el catedrático de Química José Luis Jiménez, afirma que "un medidor de CO2 cuesta 100 euros y basta uno por escuela, por tanto no hay excusa para no tenerlo y poder identificar los sitios mal ventilados".

A pesar de estos medidores, en el Infanta Leonor Rodeiro afirma que el curso pasado no llegaron a cerrar las ventanas. "Lo que sí te permite es por ejemplo entornarlas un poco más si hace frío, o bajar la persiana un poco, que se mantiene la luz y se mantienen los niveles… Pero no hemos llegado a cerrar".

El director del colegio destaca la buena ventilación cruzada del centro (las aulas y el comedor tienen ventanas en paredes opuestas) y asegura que, por tanto, "no han sido necesarios filtros HEPA". Estos filtros son los que se encargan de retener las partículas o patógenos que están en el aire.

Jiménez incide en que este tipo de filtros son algo más caros y hay que utilizarlos con conocimiento de la potencia necesaria para el tamaño de la estancia o el impacto que puede tener el ruido que hacen. Sin embargo, su uso puede evitar en invierno la apertura de ventanas y por tanto suponer un gran ahorro en calefacción. "Hay que analizar lo que se va a gastar en calentar o enfriar la estancia y ver si compensa", añade.

Familias y adolescentes vacunados

Otro aspecto que trae tranquilidad a la evolución de este curso es el alto porcentaje de inmunización en las familias, que protegerán en caso de transmisión a los niños. El curso empieza con más del 70% de la población vacunada y en caso de los adolescentes, alrededor de un tercio vacunados y más del 70% con la primera dosis.

Las vacunas evitarán muchos contagios ya que aunque los jóvenes han mostrado contagiarse menos y sufrir menos la enfermedad, sí supone un riesgo que puedan transmitir el virus a familiares más vulnerables. "Las medidas de protección las mantendremos, más allá de la pandemia en los centros trabajamos en prevención de la salud y eso lo continuaremos", concluye De Lara.

En apenas unas horas, más de ocho millones de alumnos se incorporarán a las aulas en toda España por segundo curso consecutivo en pandemia. Esta vez, afortunadamente, de forma más segura.