En las últimas cuatro décadas, la supervivencia al cáncer de mama ha avanzado desde el 70 al 90% en España. Es la cara positiva del tumor más frecuente en mujeres, del que España diagnostica más de 33.000 casos anuales. La incidencia lleva años aumentando a nivel global y los últimos datos de 2021 del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) sitúan al de mama como el más diagnosticado del mundo, por primera vez por delante del de pulmón.

En España, se estima que una de cada ocho mujeres sufrirá cáncer de mama a lo largo de su vida. La etapa más común es entre los 45 y los 65 años pero en los últimos años se ha evidenciado un adelanto de la edad media en los diagnósticos. “La incidencia por debajo de los 40 años se va incrementando lenta pero tozudamente”, afirma Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que ha participado en un acto de la sociedad este lunes.

Ana Lluch, consejera emérita de la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (ECO), corrobora el dato. "Aún no hay estadísticas muy completas que evidencien este adelanto, pero sí llevamos años observándolo y detrás de ello creemos que hay distintos factores coadyuvantes. Uno de ellos es el retraso de la maternidad, pero también el estrés y el estilo de vida", explica la oncóloga e investigadora. Para Rodrígez- Lescure tras este fenómeno "hay factores muy vinculados al estilo de vida y el ciclo de vida reproductiva hormonal de la mujer".

Hace justo una década, en 2011, se publicó un estudio que ya recogía ese lento adelanto de la edad media al diagnóstico. Investigadores aragoneses recogían de forma retrospectiva datos entre 1990 y 2009 y mostraban que la edad media al diagnóstico había pasado de 63 a 60 años. La mediana (edad en el centro de los diagnósticos) había pasado de 64 a 58 años.

No obstante, el grueso de los diagnósticos se sitúa entre los 45 y los 65 años y el porcentaje de casos antes de los 40 años es minoritario. Un estudio en Madrid de 2016 basado en 1.392 casos estableció en el 4% los casos en mujeres menores de 35 años y se eleva al 7% si se engloban las menores de 40.

Cuando el cáncer afecta a mujeres más jóvenes suele hacerlo, además, de forma más agresiva, según explica Lluch: "Suelen necesitar tratamientos más intensos cuando afecta a mujeres más jóvenes. Si tienen menos de 35 años se hace siempre un estudio genético para determinar si tienen la presencia del gen BRCA, que ha mostrado su implicación en el desarrollo de cáncer, porque estos tumores son los más frecuentes en las jóvenes".

Coincide Natalia Carballo, jefa del servicio de Radioterapia de MD Anderson Cancer Center Madrid, en que cuando los tumores aparecen en mujeres menores de 40 años "tienen por lo general más visibilidad e impacto porque son tumores más agresivos, de tipo HER2 triple negativo, aunque respecto al número total de casos no sean tan representativos".

Además de este aumento global de casos y la incidencia en mujeres jóvenes, los expertos advierten de los efectos de la pandemia. "Estamos viendo tumores por lo general en estadíos más avanzados y eso supone un peor pronóstico. Por eso es fundamental que las mujeres que tengan pendiente la prueba acudan a su revisión", incide Carballo.

Los programas de detección precoz de cáncer de mama son la fuente de muchos de los diagnósticos que se producen cada año pero empiezan, según la comunidad autónoma, entre los 45 y los 50 años. "Es importante también que las mujeres se hagan autoexploraciones cada mes", indica Antonio Sierra, jefe de la Unidad de Senología y Patología de la mama del Hospital Beata María Ana. Este especialista incide en la importancia de que las mujeres acudan a las unidades de mama en los hospitales, donde se atienden los casos desde una perspectiva multidisciplinar orientada al tratamiento y la prevención de estos tumores.

Cuando se habla de cáncer de mama, explica Carballo, "se habla de muchas enfermedades y es complicado analizar las causas. Sin embargo, hasta un 80% de los casos son cánceres denominados luminales y en ellos sí tenemos evidencias, sobre todo de como prevenir recaídas". La oncóloga del MD Anderson explica que en el pronóstico de este tipo de tumores de mama es importante establecer hábitos de vida saludables, en cuanto a alimentación y ejercicio, porque "el índice de masa corporal o el tabaco y el alcohol influyen en el curso de la enfermedad".

El presidente de SEOM también apunta a la "compleja prevención" de estos tumores pero "cada día está más claro que la mala alimentación, el sedentarismo, el alcohol, el tabaco y el sobrepeso son factores de riesgo".