"El efecto rebote tras el Paxlovid está definitivamente ocurriendo", reconocía uno de los epidemiólogos estadounidenses más reconocidos, el profesor de Harvard Michael Mina, en su twitter el pasado 7 de mayo. Hablaba sobre el tratamiento oral para el Covid de Pfizer, destinado a personas de riesgo en sus primeros cinco días de infección con el objetivo de evitar la enfermedad grave y la muerte. El motivo es que el país donde ya se han administrado más de 660.000 tratamientos lleva semanas hablando de ese "efecto rebote": personas que después de recibir el tratamiento vuelven a dar positivo, algunas de ellas con síntomas.
La Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA) ya se pronunció sobre ello en abril, cuando reconoció que algunos pacientes volvían a dar positivo en test Covid tras el tratamiento de cinco días. Y hacía referencia al ensayo clínico en el que se reportó un 1-2% de estos rebotes, cuyos datos se habían vuelto a analizar tras darse estos casos de reinfección. El director de la Oficina de Enfermedades Infecciosas del organismo, John Farley, aseguraba que tras haber recibido reportes de pacientes que volvían a ser positivos en Covid al terminar el tratamiento - con o sin síntomas -, la FDA analizó de nuevo los datos, que revelaron que ese porcentaje del 1-2% había ocurrido "tanto en los pacientes tratados con el fármaco como en los que recibieron placebo, por lo que no está claro en este momento que esto esté relacionado con el tratamiento farmacológico" y añadía que "lo que es más importante, no hubo un aumento de la hospitalización o la muerte o el desarrollo de resistencia a los medicamentos".
Las estadísticas de los que aún no se dispone son los de esos efectos en pacientes reales, cuyas circunstancias son distintas a las del ensayo. Por un lado, el estado vacunal, ya que el ensayo se realizó en pacientes no vacunados. Por otro, el de la variante dominante en aquel momento, que era delta, y la ómicron actual. "Estas dos diferencias son fundamentales y requieren de más estudios que lo confirmen, pero lo que hay que tener en cuenta es que lo que ha ocurrido no es excepcional y ocurre con otros antivirales cuando se retira el tratamiento, porque puede que el virus no se haya eliminado totalmente del organismo. Pero lo que interesa más que que pueda detectarse carga viral es si existe una recaída", apunta Antonio Guerrero, especialista en Enfermedades Infecciosas y colaborador de la Universidad Católica de Valencia.
El doctor en Farmacia y epidemiólogo Antonio Gutiérrez Pizarraya cree que no hay razón para la alarma. "La información es poca, la casuística es muy baja y sin datos suficientes para reportar conclusiones. Yo no me alarmaría de momento porque este fármaco actúa a nivel de post exposición. Es una terapia para disminuir la carga viral y los síntomas en personas de alto riesgo, muy seleccionadas. No es un tratamiento para prevenir la infección".
El epidemiólogo incide en que el fenómeno no es extraño: "No debemos sorprendernos si pacientes negativizan y disminuye síntomas y luego adquieren la infección. Porque lo que evitaría esto es una vacuna".
Carlos Fernández, portavoz del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, también muestra prudencia ya que "de momento no se sabe muy bien la relevancia que puede tener, porque no parecen casos graves y al final por muy vacunado o tratado que estés contra la enfermedad siempre te puedes volver a infectar y por tanto esto no supone una alarma. Por lo que se sabe no se puede decir que sea preocupante".
En la misma línea se manifiesta Guerrero, quien cree que "en base a los datos que tenemos, Paxlovid sigue siendo el tratamiento más eficaz y la FDA no lo pone en cuestión tras lo últimos eventos. La eficacia sí podría variar en función de la variante y el estado vacunal, pero esto hay que corroborarlo y así lo está estudiando Reino Unido desde el estudio Panoramic, al que Paxlovid se incorporó en abril. En este momento para los pacientes de riesgo este tratamiento es el indicado".
¿Ampliar la duración del tratamiento?
El CEO de Pfizer, Albert Bourla, ya habló de este 'efecto rebote' el 3 de mayo y sugirió que quienes lo sufrían ampliasen la duración del tratamiento, de cinco días, hasta los 10. Sin embargo el directivo de la FDA negó evidencias para asumir este aumento de la dosis días después. El asunto sigue sobre la mesa y epidemiólogos como Michael Mina apuestan por ello. Sin embargo, faltan datos objetivos que llegarán en los próximos meses.
Mientras que en Estados Unidos ya se han administrado más de 660.000 dosis de Paxlovid, en España no se han hecho públicos estos datos. El Ministerio de Sanidad adquirió un total de 344.000 dosis que han sido distribuidas en las comunidades autónomas. "El uso ha sido menor del que se esperaba", afirma Fernández, "al principio parece que hubo alguna dificultad en el acceso al fármaco, tanto en farmacia hospitalaria por parte de algunas comunidades autónomas, como en distribución controlada en centros de salud. No ha habido el gran alcance que se esperaba y la finalidad de este antiviral es cualquier persona infectada que cumpla los requisitos y es fundamental facilitar el acceso".
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