El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero promovió una reforma de las pensiones públicas en 2011 que alargaba la edad legal de jubilación de los 65 a los 67 años para garantizar más ingresos al sistema y tratar de enderezar así sus problemas de solvencia. Dos años más tarde, el Ejecutivo de Mariano Rajoy hizo lo propio en 2013 añadiendo topes a la revalorización anual de las prestaciones para echar el lazo también a los gastos. Sin embargo, en la última década se ha venido desarrollando de fondo otra reforma, más silenciosa: la mayor participación de la mujer en el mercado laboral.

Datos de la oficina estadística de la UE (Eurostat) sobre las expectativas de duración de la vida laboral en los Estados miembro reflejan que los españoles ampliaron su previsión en 2,1 años entre 2005 y 2015. De esta forma, el promedio de tiempo que los españoles esperaban permanecer en activo, empleados o no, era el pasado año de 34,9 años. Esto, con unas condiciones laborales y salariales constantes, implicaría más ingresos por cotizaciones en la cuenta de cada trabajador y un cierto alivio para el sistema de pensiones.

Los hombres prevén mantenerse activos durante siete meses menos que hace una década, hasta 37,2 años

Por ahora, datos de Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran, por ejemplo, que el número de ocupados de entre 60 y 69 años ha pasado de las 93.300 personas al cierre de 2005 a los 126.200 en el tercer trimestre de 2016, aunque su peso sobre el total de ocupado se ha mantenido estable.

Sin embargo, no todos los afiliados a la Seguridad Social prevén remar con la misma fuerza. Las cifras desagregadas de Eurostat muestran que los hombres esperan vidas laborales siete meses más cortas que en 2005, hasta los 37,2 años. Si el incremento en el caso de las mujeres hubiera sido similar, el efecto habría sido neutro. Sin embargo, sus expectativas de vida laboral se han incrementado en 5,1 años durante la última década, hasta los 32,5 años.

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Así pues, es de esperar que sea el empleo femenino el que ha haga repuntar la permanencia media en el mercado laboral de los españoles. De hecho, los mismos datos del INE indican que, del total de ocupados entre 60 y 69 años en diciembre, el número de mujeres de entre 60 y 69 años que se encontraban ocupadas en el tercer trimestre de este año era de 55.500, prácticamente el doble que en el mismo periodo de 2005 (28.800).

Las cifras aportadas por Eurostat indican además que el aumento de la vida laboral prevista por las mujeres entre 2005 y 2015 ha sido superior al del resto de los países de la UE, salvo en el caso de Malta (8,6 años), lo que ha valido para que, pese al descenso en las carreras de los hombres, la media de España haya superado la de la UE: 2,1 años frente a los 1,9 años del conjunto de los Estados miembro.

Los expertos en pensiones apuestan por ellas

El Pacto de Toledo prevé retomar su actividad a todos gas antes de que acabe el año en busca de soluciones para  el futuro de las pensiones, y dado que la opinión generalizada entre patronales, sindicatos y fuerzas políticas es que hay que aumentar los ingresos del sistema, no es de extrañar que diferentes voces hayan puesto ya sobre la mesa la necesidad de facilitar aún más la incorporación de la mujer al mercado laboral.

Es el caso de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) , que cuenta en su patronato con el Banco de España y las mayores empresas del país, se propone mejorar la conciliación laboral y los salarios de las mujeres, con una mayor cuota en puestos de responsabilidad, para incrementar sus ingresos por cotizaciones.

En el caso del Círculo de Empresarios, la apuesta incluye algunos matices. En un reciente documento señala que la incorporación de la mujer al mundo laboral incrementa las tasas de fecundidad siempre que vaya acompañada de medidas de conciliación de la vida familiar y laboral, adecuadamente repartidas entre hombres y mujeres, como ocurre en los países nórdicos. Un aumento de la natalidad, añade, permitiría revertir el envejecimiento de la población para garantizar la sostenibilidad del Estado de Bienestar.