El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García Page, ha dinamitado la imagen de unidad que quería vender su jefe de filas, Pedro Sánchez, en Zaragoza. Allí reunió el pasado sábado a todos su barones territoriales en lo que era, supuestamente, una reunión del Consejo Político Federal, órgano deliberativo, para dar el pistoletazo de salida a la carrera electoral de mayo próximo, pero a la que "sólo nos llevaron a aplaudir" y en la que García Page apenas pudo hablar unos minutos "y casi se lo saltan".

El relato de la jornada lo hace un miembro de su equipo para negar que lo del sábado fuera una reunión de trabajo. "Es mentira. Nos llevaron, nos separaron en grupos de cinco o seis para ver unas supuestas resoluciones de las que nos enteramos en ese mismo momento y por no haber en las carpetas no había ni folios para apuntar. Y luego todos juntos (barones autonómicos y secretarios territoriales) no tuvieron ni veinte minutos para hablar. Imagina cuánto duró cada turno de palabra", denuncian.

Ferraz acusa al castellanomanchego de callar lo que luego dice públicamente

De esta manera rebaten las acusaciones de Ferraz en el sentido de que el castellanomanchego no trasladó internamente ninguna de las críticas que vierte en la entrevista que este lunes publicaba El Mundo, realizada el pasado miércoles. En la misma dice no compartir que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sea un "insolvente", como insisten una y otra vez desde Moncloa y Ferraz, y alerta de que "si seguimos con las mismas compañías, el PSOE sufrirá un castigo", en alusión a compañeros de viaje parlamentarios como ERC o Bildu.

"Lo que dice Emiliano en la entrevista sobre los indepes, sobre Podemos, sobre los indultos y sobre Feijóo lo ha dicho setenta veces", recuerdan las mismas fuentes consultadas para asegurar a continuación, y volviendo al acto de Zaragoza, que "estuvieron a punto saltarse a Emiliano. Sólo le dejaron hablar el último y querían saltárselo. Lo que nos llevaron fue a un mitin a aplaudir", afirman.

En Ferraz alertan en que "si le va mal a la marca, nos va mal a todos" y acusan a García Page de "hacer guerras en solitario". Aducen que no intervinieron luego públicamente en el acto más que cuatro presidentes, "de nueve que tenemos", y un secretario general que fue Juan Lobato, de Madrid. No tomaron la palabra tampoco ni el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ni el canario, Ángel Víctor Torres, entre otros, y que los socios los elige la "aritmética" parlamentaria "con independencia de afinidades", justifican.

Page asegura que tuvo 22 segundos para hablar

García Page, quien no tiene inconveniente desde hace años en marcar el contrapunto con sus opiniones, señaló ayer que "si alguien quiere que hablemos de la mecánica de la reunión de Zaragoza, se la explico. Dije en Zaragoza en los 22 segundos que tuve de tiempo más o menos que no estaba de acuerdo con algunas cosas. Alguien está intoxicando -agregó en alusión a Ferraz-, pero no hay guerra alguna, yo cierro filas con mi partido y tengo muy claro para quien voy a pedir el voto".

Tras volver a defender la necesidad de entendimiento con el PP en los grandes temas de país y recordar su conocimiento de Núñez Feijóo, -con quien pactó distintos asuntos siendo éste presidente de la Xunta, por lo que no le parece un "insolvente"- señaló que, "al margen de lo de Zaragoza", ya ha trasladado su visón y análisis de la situación "a quien tenía que saberlo", previsiblemente el propio Sánchez, con quien compartió un acto público la semana pasada en Toledo.

Y frente a la supuesta "insolvencia" del presidente popular, sé lo que es ser "disolvente". "Lo que busco es que el PSOE tenga mayoría suficiente para hacer como hace el ministerio con los peajes, ir quitándolos. Tengo claro quiénes son los disolventes, los que buscan romper con el interés general del país", agregó de nuevo respecto a los independentistas.

Un tercer acto de precampaña fallido

Este es el tercer acto de campaña de Sánchez que bajo el lema "El Gobierno de la gente", no le sale bien. Resultó un fiasco la cita en Moncloa con un grupo de ciudadanos anónimos, donde resultó que había algunos cargos socialistas, y que fue más un mitin, un monólogo, que otra cosa. Cambió un mitin en Toledo, mano a mano, precisamente, con García Page, deslucido por el cambio de fecha y ahora estalla el formato de una cita "a mayor lucimiento de Sánchez" y con críticas por parte de uno de los pocos barones socialistas, el otro es el extremeño Guillermo Fernández Vara, que tiene mayoría absoluta.

La próxima cita será la Fiesta de la Rosa, un acto "enorme" el próximo domingo en Barcelona, donde el PSC va a echar los restos. A ver si a la cuarta nada se lo desluce.