Cuando suben las temperaturas es inevitable recurrir al aire acondicionado. Con él, se puede sobrevivir como un aliado para afrontar el verano y los días en los que el calor es extremo, como los que estamos viviendo estos días. Sin embargo, si utilizas el aire acondicionado de manera habitual, tal vez la factura de la luz pueda elevarse de manera significativa. La buena noticia es que puedes mantener la casa fresca, sin que esto suponga un gasto excesivo al final de mes. Siguiendo algunas pautas y recomendaciones de uso eficiente podrás disfrutar de la comodidad térmica sin que tu bolsillo sufra las consecuencias.

PUBLICIDAD

Temperatura para ahorrar con el aire acondicionado

Ajusta el termostato de forma eficiente

Un aspecto fundamental para disminuir el consumo energético del aire acondicionado es la temperatura que establezcas en el dispositivo. Los especialistas sugieren poner la temperatura comprendida entre los grados 23 y 26 en verano, es el entorno térmico que recibe el equilibrio ideal entre frescor y eficiencia. También se aconseja no establecer una diferencia mayor a 8 grados entre el exterior y el interior. Así, si hay 32 grados de temperatura exterior, se recomienda que el aire acondicionado se configure a alrededor de 24 grados.

Evita temperaturas demasiado bajas

Configurar el aire acondicionado a 20 grados para que enfríe más pronto es un error habitual y que eleva la factura de la luz de forma considerable. Si seleccionamos una temperatura demasiado baja, obligamos al equipo a trabajar con más intensidad, incrementando el gasto energético y maximizando el desgaste del aparato. En vez de ello, procurar una temperatura aceptable para la refrigeración contribuirá al mantenimiento de la eficiencia del sistema y redundará en su longevidad.

Modos de uso del aire acondicionado

Utiliza el modo económico o “eco”

La gran mayoría de los equipos de aire acondicionado actuales tienen la opción de un modo económico, que ajusta automáticamente la potencia del compresor y del ventilador, lo que permite un menor consumo. Este modo permite conseguir la misma temperatura con un menor consumo energético, lo que se traduce en el ahorro que puedes conseguir al final del mes.

Mantén el equipo en buen estado

Un aire acondicionado en mal estado consume más energía. Por eso, la limpieza de los filtros una vez al mes y la revisión es fundamental. De hecho, unos filtros en mal estado suponen un mayor esfuerzo del aire acondicionado, y por tanto un mayor consumo. En definitiva, un buen mantenimiento permite evitar averías costosas y un rendimiento defectuosos del equipo.

Más allá del aire acondicionado

Aísla tu hogar del calor exterior

Potenciar el aislamiento térmico de la vivienda resulta fundamental para garantizar que se conserve el frescor del interior. Utiliza cortinas gruesas, estores, persianas... durante las horas más densas de sol. No te olvides de verificar que cierran correctamente puertas y ventanas para que no penetre aire caliente.

Aprovecha la ventilación natural y usa ventiladores

Por la noche, cuando ya hace menos calor, abre las ventanas para hacer corriente y refrescar la casa. Durante el día, los ventiladores de techo o portátiles pueden ser un buen complemento al aire acondicionado, porque generan sensación de frescura y consumen mucha menos energía.

Ahorrar con el aire acondicionado en verano es posible si adoptas una forma responsable y estratégica. Hacer un uso correcto de la temperatura; elegir correctamente el modo; llevar un correcto mantenimiento del dispositivo; adoptar medidas complementarias de protección, como la ventilación natural y el aislamiento son pasos muy sencillos y realizar un gran cambio en la factura de la luz. Realizarlos no solo te permitirá llevar un verano más fresco, sino, también, más barato y más sostenible.

PUBLICIDAD