Mucho, mucho se ha hablado de la hipotética fecha de las generales. Infinitas las preguntas que han recibido el presidente y sus ministros sobre si se agotará la legislatura —como ocurrió en el pasado mandato—, recurrentes las dudas de si podrá aguantar hasta el final. Y la respuesta hasta ahora, siempre, ha sido la misma: sí, el Gobierno alcanzará la meta de 2027. Entendido. Pero entremos en detalle. ¿En 2027, pero cuándo? ¿En abril, en mayo, en junio? ¿En julio, como en 2023? Es decir, y aquí está la clave, antes, después o con las elecciones municipales y autonómicas de mayo? Afinemos más: ¿cabe un superdomingo por primera vez en España?

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No hay respuesta posible. En la Moncloa y en Ferraz niegan que Pedro Sánchez haya tomado una decisión —"quedan dos años aún", "no estamos en eso"—, pero en el núcleo duro del jefe del Ejecutivo se encuentran varios partidarios, y de peso, del superdomingo. Dirigentes y ministros que creen que esa es la mejor opción para movilizar al máximo al electorado progresista aunque suponga jugárselo todo a una sola carta. Pero ese debate, que estaba muy verde y discurría soterrado, ha emergido esta misma semana —otra de las derivadas del caso Leire— por unas palabras del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. El barón más alejado de la órbita de Ferraz aseguró el miércoles, en una jornada de auténtico "drama" para los socialistas —y no de "circo", precisó— por el esperpento en que se convirtió la comparecencia pública de la ya exmilitante Leire Díez, con la irrupción final y sorpresiva del comisionista Víctor de Aldama, que hay que pensar en ordenar el calendario electoral. "No puede volver a pasar" que la política nacional "arrastre al PSOE en los territorios" como sucedió en los comicios autonómicos y municipales de 2023, así que si eso significa que las generales se celebren antes "la inmensa mayoría lo preferiría".

Page abre el debate tras pedir que las generales se celebren antes que las regionales y locales, porque "no puede volver a pasar" que la política nacional "arrastre al PSOE en los territorios" como ocurrió en 2023

Page traía a la memoria de todo el partido la debacle de mayo de 2023, cuando el PSOE perdió un enorme poder institucional: sacrificó seis de los nueve gobiernos autonómicos que presidía —solo quedaron en pie Castilla-La Mancha (la única con mayoría absoluta), Asturias y Navarra, y en 2024 pudo sumarse Cataluña— y perdió infinidad de ayuntamientos. Sánchez convocó las generales horas después del tsunami de aquellas urnas para detener la sangría. Arriesgó y ganó. Aunque no repitió como primera fuerza del país, pudo retener el Gobierno central tras una costosa negociación con el socio más complicado, Junts. Los socialistas salvaron la Moncloa pero se quedaron en los huesos en comunidades y municipios. Un trauma que al partido le ha costado superar. Mucho. La lectura extendida en las filas socialistas es que aquella campaña de mayo fue precisamente desastrosa porque se nacionalizó el debate, por la presencia intensa de Sánchez en toda España, por la cadena de anuncios de su Gobierno que fue enlazando en sus mítines. Aquellos 15 días son recordados con horror por el PSOE porque se cruzaron las listas con condenados por terrorismo de Bildu, el "¡que te vote Txapote!" o las dudas sobre el voto por correo. El planteamiento de la campaña de las generales, menos de dos meses después, fue radicalmente diferente. Y funcionó. Pero aquel 23-J en el que el PSOE ganó un millón de votos no podía borrar el nuevo mapa territorial de España: 11 comunidades lideradas por el PP, además de Ceuta y Melilla y del cogobierno de Canarias, y cientos de ayuntamientos de todo el país.

Para Page, ahora, mediada la legislatura, toca pensar. Intentar que no se repita el "patrón evidente" que operó en 2023, cuando el rechazo a la política nacional hizo perder ayuntamientos y CCAA al PSOE. El barón castellanomanchego quiere, por tanto, que el debate propio de autonómicas y locales no quede opacado por la dinámica nacional. Automáticamente se leyeron sus palabras como una petición de adelanto ya de las generales —en línea con lo manifestado días atrás por expresidente aragonés Javier Lambán—, pero en su equipo precisaron que lo que estaba realmente es su rechazo a un superdomingo. Es decir, que Page apuesta por un escenario semejante al de 2019, cuando Sánchez, tras mucho debate con su equipo, convocó las generales el 28 de abril, apenas un mes antes de las municipales, autonómicas y europeas. La jugada también salió bien porque el PSOE vivía una ola de subida: triunfó en las cuatro urnas. Pero ahora el escenario es muy distinto.

Hay barones y mandos regionales que sí quieren un 'superdomingo'. Son "la mayoría", dice Ferraz. Otros lo rechazan de plano, otros tienen dudas, otros guardan silencio. "Page ha abierto el debate que todos teníamos, pero es desleal", apunta una federación

¿Qué opina hoy el partido? Hay división de opiniones, no un juicio unánime. Y depende mucho de a quién se pregunte. Porque hay barones y mandos regionales que sí quieren un superdomingo. Y en absoluto son pocos, "son la mayoría", proclama Ferraz. Otros que, como el presidente de Castilla-La Mancha, lo rechazan de plano. Otros que tienen dudas. Otros, que prefieren acogerse al silencio. La discusión interna no está madura sobre todo porque es muy inicial. "Page ha abierto un debate que interiormente todos teníamos. Y lo ha hecho públicamente y eso es desleal", manifiesta un jefe de un aparato autonómico.

Los que no acaban de ver la conveniencia de las cuatro urnas —Congreso, Senado, municipales y autonómicas, más los comicios forales en Euskadi y a los consells y cabildos insulares en Baleares y Canarias— creen que es mejor preservar el "debate propio" en los territorios, aislarlo de la política nacional, no "mezclar procesos", porque es la manera de que no todo se contamine de la toxicidad de la pugna entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. También porque ir a una sola cita es muy arriesgado. Es la ruleta. "O todo o nada", advierte un barón, "es hacer de una jornada electoral un plebiscito total de Pedro sí o no, punto". "Yo siempre he abogado por separar las legislativas de las municipales y autonómicas. En todo caso, andaluzas con generales. Un superdomingo arrastraría a todos los candidatos a un plebiscito nacional, y podría llevarse por delante a muchos alcaldes nuestros", opina otro líder regional.

O todo o nada", "es ir a un plebiscito de Pedro sí o no", "es asumir mucho riesgo, yo en esto estoy de acuerdo con Emi, y como yo el resto de alcaldes de España, nadie lo dice en alto, pero lo pensamos todos", expresan tres dirigentes contrarios a la triple urna

Los más reacios a la superurna son los alcaldes. "Es que irnos a ese escenario es asumir mucho riesgo. Yo, en esto, estoy de acuerdo con Emi. Y, como yo, el resto de alcaldes de España. Nadie lo dice en alto, pero lo pensamos todos, lo que pasa es que no lo dicen por miedo —expresa una reconocida primera edil—. Se anularía totalmente el debate local y autonómico. Llegará la polarización a enturbiarlo todo, y nosotros queremos hablar de los ayuntamientos, no de Leire". "Page mentó la bicha y ya no hay ni reflexión. Si este dice A, ya otros dicen B. Qué puta locura no tener criterio propio. Ni nosotros ni el PP debemos nunca jugar todo a una carta, es elemental", completa otro responsable local. "Todo el mundo quiere debates propios, y los alcaldes no quieren ni oír hablar de coincidencias, y es lógico —asegura un presidente de una Diputación provincial—. Los alcaldes quieren ir a unas elecciones donde se hable de sus proyectos, pero en todo caso queda una eternidad y quién sabe dónde estaremos en 2027. La política es muy líquida".

"Sánchez es una fortaleza y un valor del PSOE"

Sin embargo, son también numerosos y cualificados dirigentes los que creen que, en la coyuntura actual, conviene ir a un superdomingo. De cabeza. "En Navarra lo tenemos clarísimo. Somos primera fuerza en generales y en las últimas europeas, pero en las autonómicas juegan más los nacionalistas", señalan fuentes muy próximas a la presidenta foral, María Chivite. "Pedro Sánchez es una fortaleza y un valor del PSOE, aunque algunos no lo quieran ver es nuestra locomotora. Nosotros estaríamos encantados con un superdomingo donde sumar todas las fortalezas del PSOE. Page solo plantea cosas que hagan daño a Pedro y por ende al partido. Se piensa que las derechas le protegen y simplemente le utilizan. También irán a por él cuando llegue el momento", completan desde su entorno.

Los partidarios del 'superdomingo' creen que podría ayudar a Sánchez "el tirón de los alcaldes implicados al 100% en la campaña" y la movilización máxima de todos los cuadros y militantes del partido

"En esta ocasión", observan desde una federación mediana, "tal vez Pedro valore hacer coincidir las tres elecciones para aprovechar la movilización de todos los cuadros del partido y de todos los militantes al máximo. En 2019 el momento del PSOE a nivel nacional era de subidón y fuimos nosotros, alcaldes y presidentes autonómicos los que cogimos ese viento de cola un meses después. A él le podría beneficiar aprovechar el tirón de los alcaldes implicados al 100% en la campaña. Pero vamos, que como en política cada seis meses puedes estar en un escenario completamente distinto, ya veremos".

Este último elemento, el análisis de la coyuntura, será fundamental para tomar decisiones, coincide un importante responsable de una gran federación socialista: "Cambia todo en horas, esto ya no es como antes, y hay que ir paso a paso. Faltan dos años". Este mando recuerda que quedan muchas incógnitas por resolver, desde la estrategia que despliegue el PP a partir de su congreso del próximo mes (y su "blanqueamiento de Vox") al desempeño de la economía y la recomposición del espacio a la izquierda del PSOE, ahora mismo absolutamente deshecho.

Las reticencias a que se nacionalice el debate... ¿Pero no lo está ya? Que se contaminen las autonómicas y municipales de la dinámica nacional va a pasar, vayan las elecciones juntas o separadas", observa una dirigente madrileña

Y será capital, también, cómo arranque el ciclo electoral. Esto es, para cuándo se van convocar las elecciones en Castilla y León y, sobre todo, en Andalucía. De hecho, aunque Sánchez proclama que aguantará hasta 2027, hay quienes tampoco ven cien por cien descartado que se sume a las andaluzas, pero para ello tendría que subirse al carro de Juanma Moreno. Que sea otro, uno de los barones del PP más fuertes, el que marque los tiempos. "Hay muchas cosas en juego. Ya veremos. Día a día. Pero ahora hay que resistir y aguantar la situación", comenta este último cuadro.

No hay que olvidar que el PSOE que llegue a las siguientes urnas es sustancialmente distinto al de los pasados comicios. Porque ahora hay cinco candidatos que son ministros y que, obviamente, están plenamente alineados con Sánchez y que quieren aprovechar toda la luz que les proporciona el Gobierno para sus respectivas campañas. Es decir, que buscan el debate nacional. Son María Jesús Montero (Andalucía), Óscar López (Madrid), Pilar Alegría (Aragón), Diana Morant (Comunitat Valenciana) y Ángel Víctor Torres (Canarias), a los que hay que sumar la presidenta del Congreso, Francina Armengol (Baleares). En Madrid, por ejemplo, sí tienen claro que les convendría el superdomingo. "El único que saca más voto que Pedro en su comunidad es Page. Por eso las quiere separadas. Pero en el resto de España es Pedro quien saca más votos que cualquiera. Ojo a eso. Y las reticencias a que se nacionalice el debate... ¿Pero no lo está ya? Que se contaminen las autonómicas y municipales de la dinámica nacional va a pasar, vayan las elecciones juntas o separadas", apunta una dirigente madrileña.

"Ahora la ola es distinta"

Coincide otra responsable del PSOE-M que pretende repetir como cabeza de cartel en 2027: "A Page y a otros barones puede que no les venga bien una única cita, porque ellos han fidelizado a votantes del PP. Pero en Madrid quien moviliza es Pedro. Y yo no veo que haya que temer por los municipios, porque allí el voto es muy fiel al alcalde, por lo general". En la federación madrileña, en la que milita el presidente y en la que está obsesionado porque cree que, si no se remonta, igual que en Andalucía, será muy difícil batir al PP, se apunta que en Ferraz pesará mucho la estrategia. Porque el partido se ha renovado en el último proceso congresual y la marca de Sánchez puede tirar de los candidatos. "Es que no se puede comparar con 2023, porque entonces teníamos muchos presidentes y alcaldes. Ahora no. Además, tengamos en cuenta una cosa: si las generales se celebran antes y pinchamos en ellas y perdemos la Moncloa, entonces hay efecto contagio para las autonómicas y municipales. El riesgo es evidente. Yo más bien vería que, si no hay superdomingo, se hagan después, como ocurrió en 2023. Ahora la ola es distinta. Te lo juegas todo a la movilización, y el electorado progresista está muy desmovilizado. No estamos ni en 2015, cuando salieron elegidos los alcaldes del cambio, ni en 2019, ni en 2023. Ahora, la polarización ha ido a más", subraya una líder local del PSOE-M.

Adelantar las generales tiene, para sus contrarios, la desventaja de que si el partido pincha se extendería el 'efecto contagio'. En el PSC, granero fundamental para los socialistas, están de acuerdo con el planteamiento que haga el presidente

En el PSC, granero fundamental de votos para el conjunto de los socialistas, no rehúyen la posibilidad del superdomingo. "A Pedro aquí en Cataluña la gente le sigue queriendo mucho. A nosotros nos viene bien lo que le vaya bien al PSOE. Ayudar al PSOE siempre", adelanta un miembro de la cúpula del president, Salvador Illa. "Todo tiene pros y contras. Por eso el que ha tomado las mejores decisiones este sentido ha sido el presidente del Gobierno. Plena confianza en él", resuelve un importante alcalde del PSC.

Tampoco todo es blanco o negro. "Veo pros y contras", apunta cauteloso un importante barón autonómico. "El presidente decidirá, pero a título personal tengo mis dudas. El superdomingo puede tener la virtud de movilizar a toda la izquierda en clave nacional, y eso en comunidades con alta abstención en principio favorece al PSOE. El peligro es que se nacionaliza el debate, sobre todo si llega muy polarizado. Habrá ministros que jueguen a candidatos autonómicos y otros que no. Y con superdomingo no hay repesca", porque no podrán pasar a las listas de las generales, como ocurrió con los dirigentes barridos por las urnas en 2023, que pudieron pasar a Congreso, Senado o al Ejecutivo central, señala un secretario de Organización regional. Para otro jefe del aparato, "donde se gobierna interesa ir solos siempre". En otras federaciones piden calma y eluden ofrecer su opinión: "Quedan dos años. Veremos".

"Hay una mayoría de territorios que estarían encantados con el superdomingo", concluyen en la dirección federal de Sánchez. "Lo mejor es eso, el superdomingo. Todos enchufados. Incluidos los desleales —sentencia un ministro—. De verdad que veo a la organización abrumadoramente a favor de esta salida. Es más, si a un alcalde le das la oportunidad de que haya dos urnas, en el fondo le das la opción de que el ciudadano pueda castigar al Gobierno respetándole a él. En 2023 no se pudo hacer eso. El voto de castigo se aplicó en las autonómicas y municipales. Y para que el debate nacional pudiera arrastrar a muchos alcaldes y presidentes nuestros tendríamos que tener muchos, y ese es el problema: que no tenemos".

Lo mejor es eso, el 'superdomingo'. Todos enchufados. Incluidos los desleales", defiende un ministro que cree que a los alcaldes les puede venir incluso que haya una urna 'de castigo' para no recibir ellos la penalización ciudadana, como sí pasó en 2023

Pero incluso aquellos que conectan más con la Moncloa albergan dudas. Un responsable con muchos trienios advierten de las dificultades logísticas (y de escrutinio) de tres elecciones coincidentes y no tiene claro que pueda haber un bonus de una superelección. Más bien al contrario, podría "predisponer negativamente a los votantes". Este dirigente apunta la conclusión que muchos en el partido tienen: que las federaciones con liderazgos menos sólidos preferirán "el arrastre nacional", mientras que aquellas con más arraigo y discurso territorial propio "preferirán desdoblar". El cálculo clave, para Sánchez, es cómo conseguir ayudarse a sí mismo ayudando a su vez de todo el partido y sobre todo de los territorios más débiles. Cualquier solución presenta riesgos. Más en un PSOE que acumula mucho desgaste, y que no acaba de coger fortaleza en sus terminales regionales y locales.

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