Sánchez, en la encrucijada, sondea a los socios mientras partido y Gobierno siguen en vilo

Todas las miradas regresan este lunes a Ferraz. A la sede federal del PSOE. Pedro Sánchez reúne a su ejecutiva a las 10.30 horas por primera vez tras la caída de su secretario de Organización, Santos Cerdán, por presunta corrupción. Y todos, en el Gobierno y en el partido, esperan decisiones. ¿Cuáles? No hay respuesta clara por ahora, porque el presidente guarda silencio. Como recuerdan los suyos, es "hermético", "imprevisible", y todo puede pasar. En la Moncloa trasladan que todas las opciones están abiertas, aunque a renglón seguido inciden en que no tendría sentido elegir caminos drásticos como la convocatoria de elecciones, la cuestión de confianza o la dimisión. Será él mismo quien comunique sus siguientes pasos a los medios en el cuartel general de los socialistas, en su segunda rueda de prensa allí en apenas cuatro días.

El jefe del Ejecutivo marchó el viernes hacia la finca toledana, propiedad del Estado, de Quintos de Mora, para darle vueltas a la encrucijada más laberíntica de toda su carrera política. En otras ocasiones se ha desplazado hasta esta residencia rural con su Gabinete, pero no fue el caso. No viajó con ninguno de sus ministros, y regresó el sábado por la noche. Durante todo el fin de semana ha estado meditando qué hacer, tirando de teléfono. En contacto con sus colaboradores más cercanos, con los ministros más próximos. "Esto ha sido un golpe muy fuerte y toca pensar y tomar decisiones. Y como siempre hace, habla con gente, sondea, hace llamadas... como ocurre cuando toca decidir", explican desde su equipo.

Esto ha sido un golpe muy fuerte y toca pensar y tomar decisiones. Y como siempre hace, el presidente habla con gente, sondea, hace llamadas... como ocurre cuando toca decidir", explican desde su equipo

El rotundo informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre Cerdán conocido el pasado jueves ha llenado de desolación, bochorno, rabia, dolor y pánico al PSOE. Un dosier de 490 páginas que pinta un sobrecogedor cuadro de corrupción sórdida, cutre, que se movía en el triángulo que formaban Cerdán, su antecesor en Organización, José Luis Ábalos, y su asesor en el Ministerio de Transportes, Koldo García. Entre los tres, según el documento policial entregado al juez del Supremo Leopoldo Puente, urdieron presuntamente una trama criminal que cobraba mordidas a cambio del amaño de adjudicaciones públicas. El daño a unas siglas centenarias y al Ejecutivo de Sánchez ha sido colosal, y lo peor de todo es que nadie si este es solo el principio, si detrás de este "meteorito", como lo definen algunos, vendrán más explosiones.

En el PSOE la ansiedad crece por momentos. La sensación generalizada es que será imposible aguantar hasta 2027, como manifestó el presidente el pasado jueves, y que en todo caso han de celebrarse las generales antes de las autonómicas y municipales para no arrasar las posibilidades de sus candidatos. Pero hay barones y relevantes cuadros que piden elecciones ya, "cuanto antes", para evitar una sangría mayor. Porque el temor evidente en muchos mandos es que la situación puede ser ya imposible de remontar.

Sánchez, para muchos de sus compañeros, se quedó corto en su rueda de prensa de Ferraz del pasado 12 de junio, cuando además de vestirse de sepelio y pedir perdón en varias ocasiones, anunció la reestructuración de la dirección federal y una auditoría externa de las cuentas del PSOE. Y precisó que fue él quien exigió a Cerdán la dimisión de todos sus cargos y la entrega de su acta, un escaño que el ex número tres aún retiene aunque ha prometido abandonar este lunes.

Por el momento, los socios no han lanzado la señal de que vayan a dar la espalda al Gobierno de coalición, pero sí exigen explicaciones y marcan distancias para no mancharse de la toxicidad que emana del PSOE

El presidente se encerró en Quintos para meditar. Ahora tiene qué determinar qué salida escoge, cuál es la menos mala, y cómo y cuándo la anuncia. En su círculo de confianza apuntan que irá dando pasos en distintos ámbitos. Este lunes, en el partido, en la reunión de la ejecutiva federal, y "a lo largo de la semana" se reunirá con los socios de investidura, porque la pretensión de Sánchez es pulsarles, ver cómo de firme es su apoyo. Por el momento, los aliados parlamentarios no han lanzado señales de que vayan a dar la espalda al Gobierno de coalición, pero sí exigen explicaciones y marcan distancias para no mancharse de la toxicidad que desprenden los socialistas. El miércoles, además, el jefe del Ejecutivo acudirá al Congreso a la sesión de control, tras comunicar la Moncloa a los grupos que cambiaba su agenda: la conferencia de la ONU sobre la solución de los dos Estados, Israel y Palestina, que se iba a celebrar esta semana en Nueva York y a la que Sánchez tenía previsto asistir, quedó aplazada. Así, se quedará en Madrid y responderá a preguntas de PP, ERC y Vox.

"Vamos a ir partido a partido. Iremos tomando decisiones con la ejecutiva, tras escuchar a nuestros socios y con el control del miércoles en la Cámara", señalan en el círculo de confianza del presidente.

Un círculo cada vez más cerrado

Los colaboradores más próximos, y también varios ministros consultados, decían no saber qué decisiones puede tomar Sánchez. "No tengo novedades, no sé lo que va a hacer", manifestaba este domingo uno de los dirigentes de más peso del Gabinete. "Ni idea —responde un responsable que le conoce bien—. No sé si está en desplome anímico o resurgiendo en plan resistiré, como tantas veces ha hecho. Siempre ha sido hermético y lo es cada vez más: la mesa camilla son media docena de personas". Y es que el círculo de total confianza del líder socialista es cada vez más estrecho: es el que estuvo con él el pasado jueves, cuando el PSOE se rompió tras el informe de la UCO. Lo forman la vicepresidenta primera y vicesecretaria general del partido, María Jesús Montero; los ministros de la Presidencia, Félix Bolaños; de Transformación Digital, Óscar López, y de Transportes, Óscar Puente —aún en Valladolid por su permiso de paternidad—, además de su director de Gabinete, Diego Rubio.

Los colaboradores del líder indican que todas las opciones están sobre la mesa, pero hay algunas que creen menos probables, como una dimisión "injusta", porque el informe no le señala ni hay por ahora sombra de financiación ilegal

Aunque todas las opciones están abiertas, aseguran en la Moncloa, hay caminos que creen menos probables. Así, señalan que no tendría sentido una cuestión de confianza —sería un riesgo innecesario, porque los socios podrían aprovechar la debilidad del Ejecutivo para elevar el precio de su apoyo—, tampoco una dimisión del presidente, porque sería "injusta", ya que no hay nada en el informe de la UCO que le apunte ni hay indicios de financiación ilegal del PSOE. "Lo que está en esas 490 páginas es algo terrible, pero no son motivo de dimisión. Es más grave hacer que dimita un Gobierno limpio", protestan fuentes próximas a Sánchez.

Y, aunque no se descartan del todo, no se vislumbran unas elecciones cercanas. Es más, en el equipo de Sánchez molesta que en los territorios reclamen un anticipo de las generales: les parece un argumento "egoísta", que en las federaciones esgrimen para "salvarse en las municipales y autonómicas", cuando es igual de importante, advierten, salvar el Gobierno, que es el asidero más firme de que dispone el partido.

En la Moncloa no descartan que se pueda ir a elecciones, pero no pueden ser "fruto del nerviosismo". "Tranquilidad", recomiendan. Montero subraya desde Sevilla que hay "razones" para que la legislatura siga

"Es el Ejecutivo el que gestiona las grandes políticas, el que inyecta recursos a CCAA y ayuntamientos, el que sube el salario mínimo, el que está contribuyendo a que la economía marche tan bien —indican desde la Moncloa—. No decimos que no se pueda ir a elecciones, pero no pueden ser fruto del nerviosismo. Tranquilidad. El que tenga calor, que salga de la cocina. Además, se parte del análisis de un hundimiento del partido que no va a pasar. No hay trasvase de votos entre bloques. Y esto, siendo grave, no nos parece insalvable, ni de lejos. Pero no parece plausible una dimisión, no se va a alterar la democracia de ninguna manera, y nuestros socios nos apoyan. A lo mejor el problema está en la gente que pide que se tomen medidas". Resistir es así la primera alternativa de Sánchez, como recordó este domingo la vicepresidenta Montero desde Écija (Sevilla). La ministra de Hacienda reconoció que el PSOE está "consternado, impactado y triste" tras el informe de la UCO, pero insistió en que "hay razones" para que la legislatura siga. Porque ningún partido puede asegurar "casos de corrupción cero", pero sí respuestas contundentes a los casos que emergen, motivo por el que exigió al PP la misma "tolerancia cero" ante la corrupción en sus filas que la que ha demostrado Ferraz con Cerdán, echándolo del cargo y demandándole el acta a las horas del dosier de la Guardia Civil.

La pieza del nuevo jefe del aparato, quizá la primera en descubrirse

La tesis que circula en el Ejecutivo, por tanto, es que aunque la preocupación inunda al PSOE, el cierre de filas es un hecho y el liderazgo de Sánchez no está cuestionado. Pero esta crisis, la mayor que ha sufrido el hoy presidente desde que accedió al trono de Ferraz en 2014, sí ha levantado muchas dudas sobre su futuro y amenaza más que nunca su supervivencia. Una salida distinta, y que también se ha invocado en los últimos días, es la del congreso extraordinario, que serviría para elegir nuevo líder orgánico —en caso de que él decidiera no concurrir— o para apuntalarlo —si opta por seguir— y para conceder una mayor legitimidad de origen a la dirección federal.

Para cubrir la vacante de Cerdán, se pide un perfil "intachable", y que "no sea un macho carpetovetónico como los dos ex". Y se exige una salida radical de todo el círculo del navarro, empezando por los diputados Juanfran Serrano y Javier Alfonso Cendón

La incógnita que podría despejarse antes, tal vez este lunes, es el nombramiento de un nuevo secretario (o secretaria) de Organización, dado que urge la cobertura de la vacante dejada por Cerdán. Son varios los nombres que circulan en las quinielas: los ministros Félix Bolaños y Óscar Puente; el secretario general de Coordinación Institucional de la Moncloa y responsable de Acción Electoral de la dirección, Paco Salazar, o la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana y secretaria de Igualdad de la cúpula federal, Pilar Bernabé. No se descarta que Sánchez pueda designar a un dirigente de su confianza para que asuma las riendas de forma interina. En cualquier caso, ese solo sería un primer paso, porque lo que se espera es una remodelación en profundidad de la cúpula, de la que saldrá, previsiblemente, todo el círculo de colaboradores de Cerdán, empezando por su adjunto, el diputado jiennense Juanfran Serrano, y el secretario provincial de León, Javier Alfonso Cendón.

En el partido reclaman a Sánchez que sitúe en Organización un perfil "intachable", "inatacable", a un socialista de prestigio capaz de conducir la nave en su momento más crítico en años y capaz, también, de preparar la maquinaria electoral para cuando la legislatura, que muchos ven ya agotada, dé a su fin. "Hay un clamor para que, además de ser intachable, no sea esta vez un macho carpetovetónico. O una mujer o un varón de características opuestas a los dos ex", resume una integrante de la cúpula federal. En el PSOE han hecho muchísimo daño (y provocado enorme "asco") los audios de Ábalos y Koldo aludiendo a citas con mujeres prostituidas. Se espera asimismo una dirección más funcional, más reducida, de mayor peso político y con una separación más nítida entre partido y Gobierno. Si no hay cambio de planes, la nueva ejecutiva será validada en el comité federal que el PSOE celebrará el 5 de julio en Sevilla.

Será el propio secretario general el que explique sus decisiones al término de la reunión de la ejecutiva, según confirmaron a este diario en su equipo. Será su segunda comparecencia en Ferraz en cuatro días, la segunda también en siete años, desde que el 25 de mayo de 2018 presentó la moción de censura que le llevaría al poder. "No sé por dónde puede salir Pedro. Él es muy imprevisible. Y es muy hermético, con lo cual puede pasar cualquier cosa", señala un barón muy alineado con Ferraz, que admite que no ha recibido ninguna llamada del líder en estos días. En el Consejo de Ministros, varios de sus miembros dicen sentirse "descorazonados", inmensamente tristes porque al final su esfuerzo queda arruinado por "tres puteros". Y no ven soluciones mágicas, porque "todos los escenarios tienen problemas". Contraindicaciones. De ahí la dificultad de dar con la tecla.

De Sánchez los suyos recuerdan que es "hermético", "imprevisible", que "siempre sorprende" y que no le gusta estar a la defensiva salvo para "contraatacar". Todas las salidas, eso sí, tienen contraindicaciones

"Pedro no es de no hacer nada. Siempre sorprende. Yo no descarto nada… salvo languidecer. Mi apuesta es que va a sorprender. No sé cuándo. Pero Pedro no es un jugador defensivo. No le gusta estar a la defensiva. Es ofensivo. Y el día que piense que ya no puede serlo, dará un paso al lado. No soporta estar a la defensiva. Lo aguanta un rato y solo si piensa que puede contraatacar", valora un responsable con hilo con la Moncloa, que considera la cuestión de confianza como la opción más improbable la cuestión de confianza, porque "no aporta nada, salvo más peajes" de los socios, "a no ser que sean lentejas: 'O me dais la confianza gratis o elecciones'".

Otro de los interlocutores habituales del presidente también comparte que esta última alternativa sería "demencial" y descarta asimismo una rendición como elecciones o dimisión: "No hay otra opción que aguantar. Si no hay financiación ilegal y esto se queda aquí, no tiene por qué haber desgaste, aunque este asea un punto decisivo de la legislatura. Pero debe resistir por una causa mayor, que es gobernar para la gente. Eso sí, que quede manifiesto que no quiere tapar nada y que quiere explicarse". Sánchez está ultimando su reinvención, preparando la catarsis de un partido que se siente desnortado, afligido, traicionado. Y sin saber si hay una salida posible al marasmo desencadenado por el hombre del que se habían fiado ciegamente hasta el mismísimo final.