Llevaban más de dos semanas avisando y la grieta ha dejado paso a una amplia ruptura. Compromís dejará de estar, en parte, representado dentro de Sumar en el Congreso. El partido mayoritario de la confluencia valenciana, Més-Compromís, decidió por mayoría abandonar el grupo plurinacional de Sumar este lunes, al no ver atendidas sus demandas de autonomía total. Tanto para el voto, como para la interlocución con el Gobierno en cuestiones que afectasen a la Comunidad Valenciana. De esta forma, de los dos diputados nacionalistas valencianos, Àgueda Micó pasará al Grupo Mixto. Alberto Ibáñez, de Iniciativa del Poble Valencià, permanecerá en Sumar.
El punto de discordia entre los socios fue la negativa de la mayoría de Sumar en el Congreso a llamar a la comisión de la DANA al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. A ello, se sumó la semana pasada el escándalo por corrupción en el seno del PSOE, al publicar la Unidad Central Operativa (UCO) un informe que apunta de lleno al exsecretario general de los socialistas, Santos Cerdán, como uno de los colaboradores de la trama Koldo. Eso hizo subir las reclamaciones a Compromís, al considerar más que nunca necesaria esa autonomía respecto a Sumar, dentro del Gobierno.
A esta decisión —a falta de ver como se materializa— se une la disconformidad de otros dos socios de la alianza. Si Izquierda Unida fue la que durante el año pasado exigió un cambio de dinámicas y mayor "horizontalidad", ahora reclaman mayor independencia, capacidad de decisión y visibilidad tanto Chunta Aragonesista (CHA) como Més per Mallorca. Cada fuerza cuenta con un solo escaño que se une a los dos de Compromís, todos son clave para lo que resta de mandato en vista a la beligerancia con Podemos y las posiciones duras de Junts. Por ahora, de esas amenazas de salida al Grupo Mixto, solo la del CHA dejan abierto un escenario de cese de apoyo al Gobierno.
Estas fisuras se dan en un momento en el que se aprecia que la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sube el tono contra el PSOE —aunque también contra el PP— en pleno escándalo por la corrupción y ante la competencia con Podemos, que este sábado confirmó que ven la legislatura agotada posicionándose de nuevo bajo una óptica propia de 2014 contra el bipartidismo. Sin dejar claro si quiere buscar el relevo como líder de la izquierda a la izquierda del PSOE en las próximas generales, sí se evidencia un intento de consolidación como opción transformadora de la izquierda. Compitiendo con los morados desde dentro del Gobierno, para recomponerse.
CHA y MÉS, tras la estela de Compromís
Por un lado, el CHA denuncia una situación similar de la que viene quejándose Compromís: de falta de presencia de los temas aragoneses. Además, su diputado, Jorge Pueyo, avanzó la semana pasada que están cansados de la actitud del PSOE y que la crisis de los socialistas les hace sentir "incomodidad" a la hora de tener que seguir sosteniendo al Gobierno. Este lunes la dirección del partido se reunía en Zaragoza para abordar la situación, aunque se descartó avanzar alguna conclusión inmediata.
Por otro lado, la Ejecutiva de Més per Mallorca [que representa a toda la corriente nacionalista de las Islas Baleares] quiere que su único diputado, Vicenç Vidal, salga de Sumar para irse al Mixto tras no verse atendidas sus reclamaciones para que los magentas abandonen el Consejo de Ministros después de salir a la luz el caso Cerdán. Los nacionalistas baleares ya vienen demostrando su descontento con otras dinámicas del grupo, como la falta de visibilidad de la agenda balear o que se decline una confederalización del grupo [también lo pidió Compromís]. Eso, en parte, les llevó a acudir de forma independiente a las elecciones europeas. Pero creen que la situación en la que queda el PSOE por las investigaciones de la UCO es "la gota que colma el vaso" y requiere una medida contundente.
El CHA y Més reclaman más visibilidad. Desde Sumar hay disposición a aplicar lo que se queria pactar con Compromís. Una mayor apertura de la que se evitan dar detalles
En el Més estiman que continuar junto a ellos ya no es asumible, por lo que tendrán muy en cuenta la votación de Mès-Compromís de este lunes de cara a su asamblea en Mallorca del jueves donde acordarán qué camino tomar. Están abiertos a una contraoferta de Sumar, en todo caso. Hay disposición de negociación desde Movimiento Sumar.
De producirse esa quiebra total, y después de la fractura con Podemos en diciembre de 2023, solo quedarían dentro de la confluencia el Movimiento Sumar como matriz, IU, Más Madrid y Catalunya en Comú más Iniciativa. 25 escaños. El portavoz de IU en el Congreso, Enrique Santiago, pidió este lunes "responsabilidad" a sus compañeros para mantenerse unidos por encima de partidismos frente a la "desestabilización" de la derecha. El paso de Compromís supone un desplante.
Yolanda Díaz eleva el tono dentro del Gobierno
A la espera de qué harán Més per Mallorca y CHA, Sumar se adentra hacia un futuro incierto. Todo con un desgaste previo en el que Movimiento Sumar ya no parece ser el pegamento de unión de las izquierdas diversas, estatales, regionalistas y nacionalistas. Una capacidad de la que se presumía hasta hace no mucho dentro del grupo frente a los intentos en el pasado por parte de Unidas Podemos.
Al mismo tiempo que ha detonado a CHA y Més, la presunta corrupción en el PSOE ha dado combustible a Podemos para reafirmarse en su decisión de seguir su camino en solitario, lejos de Sumar y tentando a partidos como IU para asociarse. Ante ello, y a su manera, la posición de debilidad de los socialistas también busca ser aprovechada por Sumar. De hecho, la vicepresidenta segunda viene desplegando junto a su círculo más próximo la máxima artillería posible para no dejarse ganar el espacio por la izquierda en un momento en el que las encuestas le dan un desgaste considerable. Unas avistan competencia directa con los de Ione Belarra e Irene Montero, otras simplemente reflejan una quiebra sustancial del proyecto, con menos de la mitad de escaños. Difícilmente superan los diez.
Al atenderse en Sumar que apenas hay margen de reencuentro con Podemos, que patrocina ya a Montero como candidata a las generales y se aleja de cualquier pacto en Andalucía para las autonómicas del año que viene, Díaz entró a competir la semana pasada de forma dura contra Sánchez. Para demostrar que se puede ser contundente y presionar al socio mayoritario del Gobierno sin necesidad de romper y dejar camino libre a la derecha. En Sumar entienden que es lo que quiere hacer directamente Podemos, para nutrirse del descontento social que puede generar eso.
La semana pasada Díaz mostró seriedad en el encuentro con Sánchez en el Palacio de la Moncloa. En una comparecencia posterior, dejó claro que la legislatura necesita un impulso para cumplir todo lo pendiente del pacto de coalición y trasladar a la ciudadanía. Buscó así reivindicarse entre los suyos, pero pugnar contra el relato que Podemos venía fomentando desde su salida del grupo: que Sumar era la izquierda dócil, al servicio del PSOE, y que por ello era necesario una alternativa sólida. La vicepresidenta segunda, entonces, dejó clara las primeras demandas al PSOE. Continuar con una hoja de ruta centrada en la transparencia y en la agenda social.
Primero, con la reunión de la comisión de seguimiento del pacto de coalición con los socialistas como punto de inicio, y después con la supresión de los aforamientos sobre la mesa. También con la creación de la Agencia contra la corrupción y con la modificación del Código Penal para perseguir a las empresas que fomenten o inciten las corruptelas desde la política, así como impedirles que vuelvan a conseguir licitaciones con la administración pública. A la espera de que los socialistas muevan ficha [ya está habiendo conversaciones y se espera una cita de la comisión para final de esta semana o principios de la que viene] Díaz y sus ministros [los que no tenían preguntas] escenificaron el desencuentro con el PSOE no acudiendo al control al Gobierno de la semana pasada.
A ello le siguió el jueves una entrevista dura de Díaz en Telecinco, en la que arremetió contra Sánchez por apostar por la estrategia del "y tú más". "Eso no arregla la corrupción, mejor no haber asistido al Congreso", ante ello, apuntó que mantuvo la exigencia de "explicaciones". Creen que Sánchez debe rendir cuentas en profundidad, incluso con un pleno monográfico y no mezclándolo todo con la agenda internacional como aspira a hacer el próximo 9 de julio en la Cámara Baja.
Fue el fin de semana, con todo, cuando Díaz mostró su lado más duro contra lo sucedido en el PSOE. El sábado, en el acto de clausura del 13 Congreso Confederal de Comisiones Obreras, la líder de facto de Sumar cargó contra el bipartidismo y contra los socialistas. "La corrupción cero sí existe. Nosotros no somos iguales, somos limpias", aseguró Díaz, arremetiendo contra las "mordidas" de socialistas como José Luis Ábalos o Cerdán mientras "otros estábamos trabajando en la reforma laboral" o por los ERTE en pandemia.
Yolanda Díaz, desde el Gobierno, y Podemos, desde fuera, se reivindican como alternativa regeneradora frente al bipartidismo
"Claro que se puede acabar con la corrupción, es una obligación acabar con ella. La izquierda en nuestro país no roba, nos lo han enseñado en casa". "El problema no es nuevo, ya lo conocemos. Se llama bipartidismo. PP y PSOE tienen el problema. Es lo que hay que arreglar en nuestro país, acabar con la forma de gobierno que se llama corrupción", amplió Díaz. "Me avergüenza el comportamiento de estos golfos", diferenció la también ministra de Trabajo, que reivindicó que a la puerta de su despacho no ha llamado ningún empresario porque "saben lo que se van a encontrar". Este discurso lo repitió este lunes en TVE.
Imagen de quiebra
El problema es que la salida de Compromís y el amago de los otros dos socios dejan a Díaz bajo una imagen de falta de apoyos entre la izquierda difícil de rearmar. No hay que olvidar que aunque mantiene su fidelidad con la confluencia, Más Madrid ya deslizó que su intención es la de probar suerte en solitario en las próximas generales. De igual manera, y ante la incapacidad de sellar espacios en torno a unos intereses comunes con Podemos, el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, advirtió de que concurrirían bajo sus siglas. Que no elegirían entre "papá o mamá" en referencia a Sumar y a Podemos. La visión de los izquierdistas en este momento es de vértigo. Ven que el fin de la legislatura cada vez está más cerca.
Todo dependerá, en su caso, del escenario que haya de cara a las próximas generales. Evitan hacerse futuribles, con todo. Desde Sumar se prefiere analizar el momento. Igualmente, descartan por ahora contemplar un panorama en el que Sánchez se vea salpicado directamente por estos escándalos de corrupción, lo que precipitaría la caída de la legislatura. Fuentes de la dirección de Sumar, esperan que Compromís recapacite pese a la votación de este lunes. También que el resto de aliados mencionados no sigan ese camino rupturista. Hay disposición a generar un ambiente de mayor coordinación entre partidos, para que todos se sientan cómodos. Por otro lado, no se deja de reprochar que esto responde a un intento de marcar posición electoral desde los propios territorios.
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1 Comentarios
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hace 8 segundos
Esta falsa izquierda no tiene la menor estatura moral para distanciarse de la corrupción, y defender la democracia.