En el PP rebajan el impacto que la tendencia al alza de Vox en los sondeos podría tener en sus resultados, tanto en el actual ciclo autonómico como de cara a unas eventuales elecciones generales. En el plano nacional, Vox es donde muestra mayor fortaleza, situándose, de media, por encima del 15% obtenido en 2019, su techo electoral. Fuentes de Génova sostienen que el crecimiento general del bloque de derechas se explica, en buena medida, por el retroceso de la izquierda, y subrayan que en numerosos escenarios territoriales la suma de PP y Vox supera la mitad del voto, mientras que las siglas populares conseguirían más representación que el PSOE y aliados conjuntamente en muchos casos.
Aunque en el PP insisten en que su avance se produce por el centro mientras Vox capta parte su derecha, reconocen que podría haber repercusiones en términos de escaños en algunos territorios. En determinados enclaves, una transferencia de voto del PP hacia Vox podría traducirse en la pérdida de representantes populares sin que ello se transformase en un incremento neto para el bloque de derechas y si en la suma de representación para el PSOE, debido a los efectos de la proporcionalidad y del reparto de restos. Este posible desajuste recuerda a lo ocurrido en las generales de 2023, cuando Vox reprochó a Alberto Núñez Feijóo su apelación al 'voto útil', que en algunas provincias dejó a la formación de Santiago Abascal a pocos miles de votos de obtener un escaño que finalmente recayó en el PSOE, sin que el PP lograra traducir esos sufragios en mayor representación.
En el nuevo ciclo autonómico, escenarios similares podrían darse en Extremadura o Andalucía: una pérdida de voto del PP en favor de Vox podría abrir al PSOE la posibilidad de ganar algún escaño adicional. De momento, de acuerdo a sus sondeos internos, en el PP dan por segura la victoria de María Guardiola y de Juanma Moreno sobre el conjunto de la izquierda, aunque con la incógnita de si gobernarán con mayoría absoluta o dependerán de Vox, Se ven al borde. En Extremadura destacan la solidez del PP frente a un PSOE desgastado; en Andalucía, recuerdan que el PP necesitó en los últimos comicios menos votos que otras formaciones para convertirlos en escaños.
Castilla y León, donde hay más riesgo
En Castilla y León, los populares confían en revalidar la victoria, aunque los socialistas creen que podrían arrebatar la Junta a Alfonso Fernández Mañueco con el apoyo de la izquierda -que puede ir partida con Podemos por un lado e IU y Sumar en coalición- y de fuerzas provincialistas.
Por poner un ejemplo. En Segovia, una de las provincias en las que se reparten menos escaños (6) en unas autonómicas, el PSOE quedó a 2.275 votos de arrebatarle un escaño al PP en 2022. En Salamanca (10), quedaron los socialistas a 2.688 votos. Y en León la alianza de izquierdas a 2.848 votos de hacer lo propio. Tres escaños que dejarían a Mañueco al borde de la gobernabilidad con Vox. Si bien es cierto, Vox también estuvo a unos miles de votos de quitar escaño a Soria ¡Ya! en Soria y al PSOE en Zamora, más allá de circunstancias de traspaso directo de PP a Vox.
La estrategia del PSOE, entre otras, pasa por alentar esa dicotomía entre ellos y la ultraderecha, dejando a los populares como mera fuerza seguidista de los de Abascal. Ello en un periodo en el que se endurece el discurso migratorio o en el que se prevé que pueden acabar necesitando los votos de Vox para gobernar a cambio de compromisos ideológicos. Recientemente, se aprecia a un Pedro Sánchez más activo, en Tik Tok o como tras su visita a Radio 3, lo que sugiere un intento de reforzarse entre el electorado más joven de cara a un posible adelanto de generales si el bloqueo de Junts se hace insostenible.
Las generales, el principal dilema
La suma cercana al 50% entre PP y Vox que reflejan las principales encuestas nacionales es una constante desde hace tiempo. Según estas proyecciones, ambos partidos superarían con holgura la mayoría absoluta —alrededor de 190 escaños frente a los 176 necesarios— en un contexto de baja movilización en la izquierda y sin una alternativa sólida a la izquierda del PSOE. No obstante, en Génova y en la sede de Vox son cautos: aunque no ven probable que Sánchez pueda revalidar el Gobierno, consideran que una campaña podría modificar el escenario. De ahí que Abascal, por ejemplo, insista cada vez que Feijóo habla de designación de cargos en un futuro en tener cautela. Ocurrió en la última comparecencia del presidente, en la que el gallego afirmó que su vicepresidente primero tendrá las competencias de vivienda.
Con datos de 2023, las provincias que reparten tres escaños son las de alto riesgo para el PP. A priori, el PP puede perder un escaño en Teruel, Huesca, Cuenca, Zamora y Soria si el traspaso a Vox no es fuerte
De la veintena que separaría a la derecha de esa mayoría o no, casi la mitad de escaños en juego entre derecha e izquierda se concentran en provincias que reparten solo tres diputados. Son las de más alto riesgo: Ávila, Cuenca, Guadalajara, Huesca, Palencia, Segovia, Teruel y Zamora, además de Soria, que reparte dos. Aunque existe la posibilidad de que se mantenga el patrón habitual (2 diputados para el PP y 1 para el PSOE), o un 1-1-1 si Vox entra con fuerza, también se contempla el riesgo de que la transferencia de voto popular hacia Vox quite un escaño a Feijóo y no sea suficiente para que este logre transformar más músculo en un escaño y eso beneficie al PSOE. Que aboque a un vuelco 1-2 para los socialistas.
Según estas estimaciones, la franja decisiva para que el ascenso de Vox no favorezca al PSOE se situaría entre el 18% y el 25% del voto, un umbral difícil de alcanzar en algunas provincias. En Teruel, Vox no superó el 13% (con PP y PSOE alrededor del 35% y 30%, respectivamente); en Huesca los equilibrios son parecidos. En Cuenca, Vox alcanzó el 15,5%, con un PSOE duplicando esa cifra y un PP ligeramente por debajo. Y en Soria, Vox rondó apenas el 10%, con un PSOE en el 30% y un PP en el 37%. Si Soria ¡Ya! concurre de nuevo y concentra voto progresista, podría darse un reparto 2-1 favorable al PSOE. Zamora también es factible
La distancia de 15% del PP sobre el PSOE en Segovia dificulta que ahí los socialistas saquen rédito y no lo haga Vox para un 1-1-1. Es algo menor en Palencia, que apunta a ese mismo escenario o en su defecto un mantenimiento del 2-1 para los populares. También puede darse en Guadalajara, donde Vox rozó el 20% con un PP en 36% y un PSOE en 33%. En Ávila o bien el PP, con más de un 16% de ventaja sobre el PSOE y Vox en el 15%, podría mantenerse en un 2-1 o pasar al 1-1-1. Dependerá de los flujos de voto, en todo caso, y de la proporcionalidad, pero en base a estas aproximaciones el PSOE podría ganar cuatro escaños extra a costa de la derecha.
Menos riesgo cuando hay más de 4 o 5 escaños en juego
En las provincias de cuatro o cinco diputados el hipotético riesgo es menor, dado que el reparto ya se hace más rígido. Albacete, Burgos, Salamanca, Cáceres, León, Burgos, Ourense, Lleida, Álava o La Rioja reparten cuatro. Salvo en algunas, por la influencia de terceros partidos, en ellas, hay un equilibrio PP-PSOE con un 2-2 con los populares como ganadores en votos. En el caso de Albacete, la escasa distancia de Vox para robar escaño a los socialistas sugiere que de haber cambios, se pasaría a un 2-1-1 con perjuicio para el PSOE. Solo la concentración del voto de izquierdas en la candidatura de Sánchez -Sumar de momento no descarta presentarse en las provincias más pequeñas pese a no tener opciones históricamente-, podría volcar en un 3-1 a favor del PSOE el escenario si en añadido hay trasvase importante de PP a Vox.
Menos dudas hay en Burgos. Con un traspaso importante de voto sobre el resultado de 2023, en torno a un 20-30%, el PSOE mantendría dos escaños y los otros dos se los repartirían PP y Vox. En Salamanca saldría perjudicado, con esos mismos parámetros, el PSOE, con dos para el PP, un escaño para Vox y otro para el PSOE.
Pero en vista de los repartos de las últimas generales, Cáceres, Lleida, La Rioja, Lugo u Ourense son de las más favorables a un vuelco 3-1 para el PSOE, siempre que haya un impulso fuerte que los populares no ven. Fuentes del PPdeG no ven a Vox por encima del 10% en sus sondeos internos. El riesgo en León o en Álava es muy bajo.
En el caso de provincias o comunidades uniprovinciales que reparten cinco escaños, caso de Ciudad Real, Castellón, Huelva, Cantabria, Jaén, Navarra o Valladolid, una trasferencia ligera de voto no inclinaría la balanza, que es de 2-2-1 en Ciudad Real, Castellón, Huelva, Cantabria, Jaén y Valladolid, con la excepción de Navarra donde Vox no tiene representación y sí EH Bildu y UPN, el el PSOE lidera con dos frente a un PP con un diputado. Salvo en esta última comunidad, solo una trasferencia considerable de votantes beneficiaría a Vox con un segundo escaño a costa del PP sin perjudicar a los socialistas.
De cara a unas elecciones generales, hay cinco escaños en las provincias de 3 escaños que podrían ir a Sánchez, con margen de otros cinco, menos probables, si el traspaso de voto a Vox es considerable. Hasta diez escaños podrían estar en juego. El factor 'bloque 'voto útil' de izquierda puede favorecer a Sánchez en otras provincias pequeñas o menores donde el resto de partidos de izquierda no lograron representación. De momento, Sumar no se abre a explorarlo y Podemos quiere concurrir donde le sea posible. Frente a esta hipótesis, de cara a una campaña electoral de generales se podrán esbozar aproximaciones más fiables.
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