Primera consecuencia del caso Salazar. Primer cese. El de uno de los principales colaboradores del exdirigente sevillano en la Moncloa, su número dos. Antonio Hernández Espinal. El hasta ahora director del Departamento de Coordinación Política del Gabinete de la Presidencia del Gobierno cae. Fulminado.
El cese de Hernández Espinal se formalizará este próximo martes, 9 de diciembre, en la reunión ordinaria del Consejo de Ministros, según adelantó elDiario.es y confirmaron fuentes de la Moncloa a El Independiente. A él se le ha señalado por su posible papel protector de su antiguo jefe, Paco Salazar, denunciado por presunto acoso sexual por dos mujeres a través del canal interno del PSOE.
Desde la Moncloa señalan que es un cese "acordado y compartido": "Entendió que no era sostenible y desde aquí, al conocer los hechos, se actúa "con contundencia. Como siempre"
"Él niega los hechos y se aparta para no perjudicar al Gobierno", señalan fuentes del Ejecutivo, dando a entender, por tanto, que Hernández Espinal tratara de encubrir a su superior. "Es un cese acordado y compartido. Él, desde que tuvo conocimiento, entendió que no era sostenible y obviamente, desde la Moncloa, al conocer los hechos, se actúa con contundencia. Como siempre".

Las mismas fuentes de la Moncloa explicaron a este diario que no se prevén más ceses. Otra de las personas de mayor confianza de Salazar en el Gabinete del presidente era Mónica Belinchón, pero ella fue fichada hace poco más de un año por Salvador Illa como directora general de Estrategia Electoral, Análisis y Prospectiva. El president de la Generalitat es a su vez uno de los dirigentes más próximos a Salazar. Este, de hecho, fue uno de los estrategas de su exitosa campaña de las autonómicas catalanas de febrero de 2021 junto a Iván Redondo, en aquel momento director de Gabinete de Pedro Sánchez.
Hernández también es apartado de la ejecutiva de Montero en el PSOE andaluz, donde ocupaba el cargo de secretario de Datos, Análisis y Prospectiva
Hernández Espinal recibe un doble castigo. Porque quien también ha decidido apartarlo de la ejecutiva del PSOE de Andalucía es su secretaria general, María Jesús Montero, también vicepresidenta primera del Gobierno. El dirigente ocupaba, desde el congreso regional del pasado febrero, el cargo de secretario de Datos, Análisis y Prospectiva. Ahora deja esa cartera. Fuentes de la Moncloa señalaron también que no saldrán de la dirección andaluza más cargos próximos a Salazar, como el secretario de Organización de la federación y, por tanto, número tres de Montero, Paco Rodríguez, alcalde de Dos Hermanas (Sevilla). Este aseguró en julio, después de que se conocieran las primeras acusaciones de comportamiento machista de Salazar que provocaron su caída inmediata, que ponía "la mano en el fuego" por quien era su "amigo".

Ha sido la camarilla sevillana una de las que más ha aventado la tesis de la vendetta. Es decir, que habían sido los enemigos internos de Salazar los que habían vendido a los medios unas acusaciones falsas. Una teoría sin apoyatura y que se vino abajo esta semana cuando elDiario.es publicó los escritos de las denuncias de dos trabajadoras de la Moncloa que estaban a las órdenes de Salazar, al que acusaban de acoso sexual y de abuso de poder.
En el Ejecutivo no prevén más ceses, ni tampoco más salidas en la dirección del PSOE-A, en la que está señalado el número tres, Paco Rodríguez, que puso "la mano en el fuego" por su "amigo" Salazar
Dos relatos terribles que han espantado a un partido cada día más inquieto y que exige decisiones ya. Por la propia reputación de las siglas socialistas, muy erosionadas tras los audios vomitivos del exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García sobre mujeres prostituidas y los fallos de las pulseras antimaltrato, pero también porque el voto femenino es capital para cimentar las victorias socialistas. Las mujeres fueron determinantes para que Sánchez retuviera la Moncloa en las generales del 23 de julio de 2023.
Una pobre formación académica
La destitución de Hernández Espinal como director del Departamento de Coordinación Política del Gabinete de la Presidencia del Gobierno —número dos de Salazar en la Moncloa— llega un día después de que el jefe del Ejecutivo asumiera personalmente "el error" de confiar en Salazar y negara públicamente que se le hubiera encubierto, que hubiera existido "connivencia" para tapar sus denuncias por acoso sexual. El presidente, en conversación informal con los periodistas en el Congreso por la recepción por el 47º aniversario de la Constitución, apuntó que el partido ofrecía además apoyo institucional y jurídico a las dos militantes socialistas que reportaron a Ferraz su experiencia si finalmente optan por llevarlo a la Fiscalía. Sánchez agregó que sin su voluntad el PSOE no podía trasladar el caso al Ministerio Público.
La posición de Hernández Espinal era insostenible porque las víctimas le apuntaban como cómplice y encubridor de quien era su jefe y amigo. Así que la decisión estaba clara. El proceso de salida fue coordinado, como indicaba elDiario.es, por el director de Gabinete del presidente, Diego Rubio, y la propia vicepresidenta primera, María Jesús Montero, que este sábado mostraba en la misma recepción en el Congreso una enorme indignación con el caso por el daño a las mujeres y al partido.
La destitución llega un día después de que Sánchez asumiera "en primera persona" el "error" por la lentitud de la tramitación de las denuncias por presunto acoso sexual contra Salazar
A Montero se la ha señalado internamente por haber defendido a Salazar, pero ella lo negaba este sábado y advertía de que no iba a cargar con ese "mochuelo", cuando además era la primera en reconocer que Ferraz no había sido diligente, ya que las denuncias de las dos trabajadoras de la Moncloa fueron registradas en julio y durmieron durante meses en un cajón, hasta que el pasado martes elDiario.es publicó sus desgarradores testimonios. Conductas misóginas y humillantes protagonizadas por Salazar y presuntamente encubiertas por quien era su mano derecha en el complejo presidencial, Hernández Espinal.

Parte de la carrera política de Hernández Espinal, de hecho, ha corrido en paralelo a la de su antiguo jefe. Tras unos años en la política andaluza —como asesor en el Ayuntamiento de Sevilla, director de Comunicación del consistorio y asesor de la Consejería de Cultura de la Junta—, saltó al Ejecutivo central de la mano de Salazar.
Primero, como subdirector general del Departamento de Análisis y Estudios del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, luego como director general de Asuntos Políticos, más tarde como jefe de Unidad de Estrategia de la Dirección Adjunta de Gabinete, luego como subdirector general de la Secretaría General de Planificación Política, y a continuación secretario general de Planificación Política (junio a noviembre de 2023).
En esta legislatura, siguió como hombre de confianza de Salazar, como director general de Planificación Política (noviembre de 2023 a septiembre de 2024) y como director del Departamento de Coordinación Política, el cargo que comenzó a desempeñar en septiembre de 2024 y del que será descabalgado este próximo martes. El currículum vitae del dirigente es bastante pobre si se atiende a su ficha en la Moncloa: es técnico especialista en Publicidad. Punto. No se consigna más formación académica.
Parte de la carrera política de Hernández Espinal ha estado ligada a la de su jefe y amigo: en los últimos años era su hombre de confianza
Salazar dejó su puesto de secretario general de Coordinación Institucional en la Moncloa el pasado 5 de julio, el mismo día en el que renunció a convertirse en segundo adjunto de la Secretaría de Organización del PSOE. Pero su baja como militante llegaría justo días antes de que se publicara que Ferraz había metido en el congelador las denuncias de dos mujeres contra él. Sánchez insistió este viernes en que el "error" evidente era de "velocidad" en la tramitación de esos escritos, pero añadió que no era nada premeditado, sino más bien producto de la falta de rodaje del órgano antiacoso, el encargado de recepcionar y tramitar las denuncias que llegan al partido y cuya composición Ferraz se ha negado a facilitar. Ese órgano es el que tiene que culminar la instrucción de ambos expedientes y formular un escrito de conclusiones, que tanto Sánchez como Montero dijeron esperar para los próximos días. Por lo pronto, ya hay un cese registrado, el de Hernández Espinal, el ejecutor de Salazar en la Moncloa.
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1 Comentarios
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hace 4 segundos
Vale, todo en la lógica socialista.
Al Sr cesado ya lo «colocaremos» en paradores o en cualquier otro sitio… Al fin y al cabo el mundo de la publicidad está en todos lados.
Luego pues lo de siempre, uno asume y eso que significa?
NA
DA
Cesamos a un Sr y nos quedamos tranquilos, sacamos pecho:
Hemos actuado, como siempre, con contundencia.
Eso sí, cinco meses después.
A ver cómo le echamos la culpa al PP.
Me parto!!!!
Tragala, una más, gracias Pedro.