La reunión del presidente del Gobierno con el -todavía- presidente de la Generalitat no pasará a la historia. Ha sido un puro trámite, una toma de temperatura, el cumplimiento, en fin, de una de las condiciones que impuso ERC a Pedro Sánchez para investirle como presidente.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí