El pådel, dominado hasta por españoles y argentinos, vive estos días un completo maremoto. Las aguas bajan revueltas. Qatar y el talonario de Naser al Khelaifi, al frente del Paris Saint-Germain y el fondo soberano dedicado a las inversiones deportivas, han irrumpido en escena. Doha celebra hasta este såbado la edición inaugural del Premier Padel Tour, un competidor de altura para el circuito que hasta ahora había monopolizado la disciplina, el World Premier Tour, entre denuncias de vulneración de contratos.

PUBLICIDAD

Los rostros de los principales jugadores del pĂĄdel, desde Juan LebrĂłn a Ale GalĂĄn o Paquito Navarro, empapelan los alrededores del complejo internacional de tenis Al Khalifa, el recinto donde se celebra esta nueva competiciĂłn bajo los auspicios de la federaciĂłn qatarĂ­ de tenis, squash y bĂĄdminton. Es media tarde de esta semana y un pĂșblico escueto asiste a uno de los partidos en la pista principal. Destacan por su entusiasmo las familias de los jugadores. La caĂ­da del sol mitiga el calor, lentamente.

"Las condiciones del torneo son un poco difíciles pero, al final, cada competición es distinta a la anterior. La organización y el trato es totalmente insuperable. Tuve la suerte de vivirlo ya en el Mundial en estas mismas instalaciones", declara a El Independiente Jerónimo Gonzålez Luque, alias Momo Gonzålez, tras concluir su participación de la jornada. Doha también albergó el pasado noviembre el campeonato del mundo y, con esas credenciales, organiza ahora una cita que -bajo el mandato de la Federación Internacional (FIP) y Qatar Sports Investments (QSI)- ha despertado críticas y un contencioso que ha alcanzando los tribunales.

"MĂĄs de una carta presionando"

Desde la direcciĂłn de World Padel Tour, hasta ahora el Ășnico torneo en liza, asegura que los jugadores que han viajado a Doha estĂĄn “incumpliendo automĂĄticamente” el contrato que les vincula en exclusiva a hasta el 31 de diciembre de 2023. GonzĂĄlez Luque denuncia a este medio las tĂĄcticas empleadas: "Hemos recibido mĂĄs de una carta, presionando. QuizĂĄs no nos la enviaron en el mejor momento, en mitad de un torneo. Yo la he encarado bien, porque mi sueño es jugar bien, y yo me centro mucho en jugar mi torneo y en apartarme de todo lo exterior", replica.

Alejandro Villaverde, abogado de la Professional Padel Association (PPA), resulta mås directo. "Se ha cruzado alguna línea. Ya no es una cuestión de presiones y amenazas. Ahora estamos lógicamente con algo mås concreto. Hay 71 jugadores afectados a través de un arbitraje en el cual lógicamente se estån pidiendo unas compensaciones por daños y perjuicios. Quienes las estån pidiendo, tendrån que correspondientemente acreditar", manifiesta el representante de los jugadores que han optado por competir en Qatar.

PĂșblico qatarĂ­ en el torneo qatarĂ­, esta semana.

Medio millĂłn de euros, el premio

La apuesta de Qatar es que el pådel siga subiendo y dentro de unos años se convierta en un deporte dominante

MOMO GONZÁLEZ, JUGADOR

"El jugador en todo momento ha sido diligente en el cumplimiento. Ha jugado todos los torneos que por contrato tenĂ­an que jugar y, a partir de ahĂ­, el deportista no pertenece a nadie. Tiene que ser libre para poder jugar donde lo considere y lĂłgicamente respetar y honrar los contratos que tiene suscritos", comenta. Desde el bando que ha elegido jugar en tierras ĂĄrabes, al abrigo de una potencia gasĂ­stica que presume de tener uno de los mayores PIB per cĂĄpita del mundo, se subraya el premio: el ganador se embolsa 520.000 euros, "incluido el bonus pool y la pensiĂłn", establece la organizaciĂłn. La Copa de Maestros del World Padel Tour agasaja al campeĂłn con 17.713,08 euros.

"El premio es importante pero, aunque es lo mås atractivo que ves en un principio, no es el el pilar fundamental en el que se basa esta apuesta. Es una decisión con vistas a futuro, dentro de cinco o diez años. Para entonces el premio que estamos recibiendo a día de hoy serå absurdo por la dimensión que puede llegar a tener deporte. La apuesta de Qatar es que el pådel siga subiendo y dentro de unos años se convierta en un deporte que quizå domine en todos lados", explica Gonzålez Luque, esperanzado con los nuevos aires orientales de la disciplina.

La mano de Al Khelaifi

DetrĂĄs de la estrategia de la familia real qatarĂ­, que a finales de este año hospedarĂĄ el Mundial de fĂștbol, se halla Naser al Khelaifi (46), el rostro pĂșblico del Paris Saint-Germain y presidente del gigante catĂłdico beIN Media Group. Al Khelaifi acumula cargos y es una de las personalidades mĂĄs influyentes del deporte mundial. Cercano al emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Zani, desde 2011 preside Qatar Sports Investments (Qsi), filial del fondo soberano de Qatar que dirige el propio emir. Desde 2012 la empresa controla por completo el club de fĂștbol parisino y es, ademĂĄs, propietaria de Burrda, una marca de ropa deportiva qatarĂ­ que viste a equipos, selecciones y academias.

Estamos encantados y agradecidos con Qatar. Han hecho una apuesta fuerte por este deporte y es muy bueno para los jugadores

MOMO GONZÁLEZ

Su Ășltimo asalto es precisamente el pĂĄdel. Su llegada a la disciplina ha abierto un cisma. Desde el World Padel Tour, que ve ahora peligrar su dominio entre crĂ­ticas de algunos jugadores a su incapacidad de dotar al deporte de una base profesional, denuncia la incursiĂłn de Doha y su festĂ­n de petrodĂłlares: "Ahora, los cantos de sirena de Qatar parecen pesar mĂĄs para quienes han decidido incumplir su contrato bajo la premisa de que la propia QSI se harĂĄ cargo de las contraprestaciones econĂłmicas que supondrĂĄ el correspondiente proceso judicial".

Sobre la pista de Qatar, donde concluye este sĂĄbado su primer torneo de pĂĄdel en el que han participado 52 parejas de jugadores, responden a las acusaciones. "Nosotros seguiremos jugando el World Padel Tour. Obviamente tenemos un contrato que vamos a seguir cumpliendo", advierte GonzĂĄlez Luque.

"Estamos encantados y agradecidos con Qatar. Han hecho una apuesta fuerte por este deporte y es muy bueno para los jugadores", desliza el español. A Alberto tampoco le quedan dudas. "Nada tiene por qué morir. Hemos venido a construir, no a destruir absolutamente nada. Cuantos mås torneos haya, mejor. Las condiciones hasta ahora solo permitían a un grupo muy seleccionado de jugadores poder vivir del pådel. Eso va a empezar a cambiar", concluye.