El Real Madrid ha puesto límites al Girona. El equipo catalán soñaba con asaltar al Santiago Bernabéu para salir líder de LaLiga. Nada más lejos de la realidad. Los de Ancelotti, a pesar de todas las bajas que arrastra en defensa, arrollaron sobre el verde del Paseo de la Castellana.

La escuadra blanca se valió con un gran Vinícius y un oportunista Bellingham, que acabó lesionado por una torcedura en el tobillo, para alejar al Girona del liderato. Dos goles del británico antes del minuto 60 y otro del brasileño, con un soberbio zapatazo, bastaron para que los catalanes tiraran la toalla.

Dos minutos después de que Bellingham se marchara a los banquillos cabizbajo por una posible lesión de gravedad, que le alejaría del partido de Champions de la próxima semana, Rodrygo se sumó a la fiesta y anotó otro gol de calidad.

Los siguientes minutos bien podrían haberse liquidado cuanto antes porque la historia ya la habían escrito antes. Eso sí, dio tiempo para que Ancelotti pudiera dar descanso a los pocos jugadores sanos que tiene en plantilla y pudo poner sobre el césped a Arda Güller, el joven talento turco del que se tienen grandes expectativas. De hecho, le dio tiempo a provocar un penalti en los últimos minutos de partido, que lo falló Joselu.

La distancia, aunque queda aún mucha tela que cortar, parece insalvable y son cinco puntos los que el Real Madrid saca al Girona, que parece desinflarse en las últimas jornadas. Con techo o sin él, el Santiago Bernabéu se sabe vencedor de una nueva Liga que, salvo catástrofe, tendrá un hueco en la sala de trofeos en las entrañas del feudo blanco.