Si el Atlético de Madrid se lanzó a por Joao Félix en 2019, convirtiéndole en el fichaje más caro de su historia (127 millones de euros), fue con el visto bueno de Simeone. El técnico argentino había acogido en su plantilla a Antoine Griezmann cinco años atrás y, después de cuatro de duro trabajo juntos, el francés llegó a presumir de sentarse en la misma mesa en la que comían Leo Messi y Cristiano Ronaldo.

Si bien Griezmann llegó con 23 años al Atlético de Madrid, Joao Félix lo hizo con 19. Un diamante que Simeone confiaba en poder pulir a su antojo para que pudiera marcar una era, como él lo ha hecho como futbolista y entrenador, en el conjunto rojiblanco. Sin embargo Joao Félix nunca tuvo fe ni en el ‘Cholo’ ni en el ‘cholismo’. Su adaptación al Atlético de Madrid fue más difícil de lo que esperaba y, en lugar de hacer autocrítica, se sumó a esa corriente de opinión que decía que el estilo propuesto por Simeone no favorecía su talento.

El pulso de Joao Félix contra Simeone

Joao Félix inició así un pulso contra su entrenador y, para salir victorioso, decidió salir del Atlético de Madrid para demostrar, que en otro fútbol y a las órdenes de otro técnico, podía brillar como lo había hecho en el Benfica. El luso puso entonces rumbo al Chelsea. Fue el pasado mes de enero, cuando Simeone atravesaba uno de sus momentos más delicados como entrenador colchonero después de que su equipo resultase eliminado de competiciones europeas en el primer tramo de la temporada.

Joao Félix confiaba en ganar el pulso al 'Cholo', brillar en el Chelsea y, por soñar, soñaba con regresar al Atlético de Madrid y que ya no estuviese el técnico argentino. Sin embargo el luso no hizo más que lanzar una moneda al aire y la cara fue para Simeone y la cruz para él. Un irreconocible Chelsea terminó decimosegundo la Premier League y el paso de Joao Félix por el cuadro londinense se saldó con cuatro goles en 20 partidos; es decir, con un tanto menos de los que anotó en los mismos encuentros con el Atlético de Madrid durante el primer tramo de la temporada. El conjunto rojiblanco, por su parte, fue el mejor equipo del segundo tramo.

El guiño al Barcelona y el mosqueo de la directiva

Y con la figura de Simeone reforzada, Joao Félix ha regresado este verano al Atlético de Madrid. Y es que el Chelsea, en ningún momento, se ha planteado retener al futbolista de 23 años en sus filas. Por suerte para él, con contrato en vigor hasta 2027, y después del esfuerzo económico que el club hizo; cuenta, o mejor dicho contaba, con el visto bueno de la directiva.

Y es que en los últimos días ha perdido su favor. Al club no le ha gustado que las cámaras grabasen cómo discutía con Andrea Berta durante la pretemporada. Menos aún que recientemente declarase que le encantaría jugar en el Barcelona y que para él, el conjunto azulgrana, siempre había sido su primera opción.

Sin apoyos dentro del club, el Atlético de Madrid no pondrá trabas a su salida. De igual manera que Joao Félix no creyó en Simeone, ni Simeone ni la directiva creen ya que vaya a marcar una era como colchonero. Eso sí, el equipo que quiera hacerse con sus servicios deberá pagar una cantidad cercana a los 100 millones de euros.

Consciente de la complicada situación de Joao Félix, su padre, Carlos Sequeira, confía en que su salida pueda concretarse este verano. «Claro que esta situación le afecta, pero tiene que estar tranquilo, porque las cosas se van a resolver de una forma u otra, donde no sé. Lo que él decida, para nosotros, es bueno», declaró en radio Renascença.

Para colmo, la situación de Joao Félix se ha agravado más después de su guiño al Barcelona. Y es que el último favor que ha perdido el luso es el de la afición. Su placa en el Metropolitano ha sido rayada y en ella se puede leer ahora: «Va al Barça».

La afición del Atlético de Madrid no se toca

Cabe señalar que en las entrevistas que Joao Félix concedió durante su cesión al Chelsea, dijo que necesitaba «salir del Atlético de Madrid» para jugar al juego que a él le gustaba practicar. También dio un palo a los seguidores rojiblancos. «Estuve tres años y medio en el Atlético de Madrid y no tuve ningún cántico. Aquí en el primer partido tuve uno, pero aquí es normal, los tienen para casi todos los jugadores», manifestó.

Si hay algo intocable en el Atlético de Madrid es su afición, y yendo contra ella es como Joao Félix ha cavado su propia tumba en el Atlético de Madrid.