Los últimos testigos llamados a declarar en el macrojuicio de las tarjetas black –a partir de ahora será el turno de los peritos- han respaldado la versión que mantienen buena parte de los acusados: la Visa era una parte de su retribución como consejeros de Caja Madrid (así que no era sólo para gastos de representación), se utilizaba para gastos privados libremente y no era necesario presentar facturas que los justificasen. Y todas estas directrices sobre cómo utilizar su tarjeta se les explicó desde la Secretaría General de la Caja.

“Lo pregunté reiteradamente y siempre me dijeron que la tarjeta era retributiva. El señor De la Torre [secretario general de Caja Madrid durante la presidencia de Miguel Blesa] me explicó que la retribución de los consejeros se descomponía en dos partes: dietas por asistencia a reuniones y una tarjeta con la que podía hacer gastos libremente”, ha declarado Ignacio Varela, que fue consejero de Caja Madrid entre marzo de 2005 y julio de 2006, y que durante la instrucción del caso dejó de estar imputado por la prescripción de los supuestos delitos por el uso presuntamente fraudulento de las tarjetas de empresa. “Formaba parte de mi retribución, así que la tarjeta era de libre disposición”.

Varela ha explicado que el secretario del consejo de administración, Enrique de la Torre, le explicó que los gastos más habituales que realizaban los consejeros con la tarjeta eran “viajes, regalos, comidas, libros…”. Todos gastos privados y que se les permitía realizar dado que, según su versión, la tarjeta era parte de su retribución. E incluso el ex consejero ha apuntado que consultó si podía abonar con su Visa un viaje privado, y desde la Caja se le dejó claro: “Para eso la tienes”, le dijo el propio De la Torre, que también figura entre los 65 acusados del juicio.

Sin embargo, Varela no ha aclarado por qué, si se trataba de parte de su retribución, no agotó los límites mensuales de gasto establecidos por la caja (“¿El resto se trataba de una donación a la Caja?”, ha ironizado Andrés Herzog, abogado de la acusación popular de CIC); ni por qué consultó con la Caja qué tipo de gastos se podían considerar “inadecuados”. (“¿Por qué había gastos adecuados o inadecuados si se trataba de una tarjeta para gastos de libre disposición?”, ha preguntado el fiscal, Alejandro Luzón); ni por qué, si todo era retribución (dietas y tarjetas), sólo le preocupaba en qué y cómo realizaba gastos con la Visa de la empresa pero no cómo utilizaba los ingresos por dietas.

Joaquín García Pontes, consejero de la Comisión de Control de Caja Madrid entre 1996 y 2003, y Emilio Navasqüés, miembro del consejo de administración entre 1978 y 1982 y también entre 1987 y 2001, han insistido también en sus declaraciones que las tarjetas se utilizaban libremente y para gastos tanto personales como ligados a sus cargos, y así se lo habían explicado desde la Secretaría General. “Era para gastos de cualquier tipo. Nos dijeron que era para nuestros gastos personales”, ha apuntado García Pontes.

“A mí Ángel Montero [secretario general de la Caja durante la presidencia de Jaime Terceiro] me dijo que la tarjeta era para mis gastos y que no me pasara del límite”, ha insistido Navasqüés. El ex consejero, además, ha subrayado que no hubo cambios en el tipo de utilización que se realizaba con las tarjetas cuando Miguel Blesa sustituyó a Jaime Terceiro como presidente de la entidad, en 1996. “Nunca hubo un cambio en el uso. Yo la utilicé siempre igual”, ha apuntado, “para gastos personales y para gastos relacionados con el cargo”.

En paralelo, Navasqüés ha explicado que, aunque él nunca sacó dinero de cajeros automáticos con la tarjeta de empresa, sí disponía de pin para hacerlo y lo tuvo desde el primero momento. También durante el mandato de Terceiro, que insistió en su declaración como testigo que, cuando él era presidente, las tarjetas de empresa sólo eran para gastos de representación y, por ello, no disponían de número secreto para extraer efectivo, aunque documentos internos de la Caja ponen en cuestión este extremo. “Las tarjetas siempre venían con pin, siempre”, ha dicho el ex consejero.